domingo, 18 de octubre de 2020

JUAN JOSÉ SILVESTRE BLAQUIER ELIZALDE Y MAGDALENA NELSON DE BLAQUIER.

JUAN JOSÉ SILVESTRE BLAQUIER ELIZALDE. (31 de diciembre de 1915-fallece el 8 de julio 1959 a los 43 años)

MAGDALENA NELSON DE BLAQUIER. 23 de noviembre de 1916-27 de noviembre 2016

Fotos personales tomadas el 12 de septiembre de 2020
Una obra de arquitectura más que sobria de un elegante color negro y una impactante cruz en un lugar muy estratégico de este cementerio. , Esta bóveda es obra del Arquitecto Alejandro Christophersen (Realizada en el año 1928)y esta ubicada en la Sección 19 Tablón 35 y esta realizada en granito pulido negro.
RECURSO.
Magdalena Nelson de Blaquier: la increíble historia de una mujer rebelde que marcó una época
Por Alfredo Serra 28 de Noviembre de 2016 Especial para Infobae
Magdalena Nelson Hunter de Blaquier
El año de gracia de 1916 en la benemérita ciudad de Santa María de los Buenos Ayres fue la primera bisagra política en tiempos modernos. Llegó al poder el radical Hipólito Yrigoyen –vicepresidente, Pelagio Luna– por casi 400 mil votos: derrota de las fuerzas conservadoras y triunfo de las clases populares…
El dueto vencedor asumió la presidencia el 12 de octubre de ese año.
Y once días después, el 23 de noviembre, llegó al país y al mundo Magdalena Nelson Hunter, luego "de Blaquier", que acaba de morir, el 27 de noviembre, a los 100 años y cuatro días. Viuda de Juan José Silvestre Blaquier Elizalde (1915–1959),descansa en la Recoleta desde el mediodía del 28.
Si bien nació en pleno Centenario de la Independencia –todo un año de recordación patriótica–, no rodeó su cuna la misma ruidosa algarabía del Centenario de la Revolución de Mayo (1910). Por "razones fiscales" (eufemismo por "no hay un peso"), los fastos fueron mucho más sobrios. Acto central en Tucumán, desfile militar, cien mil turistas, y un episodio policial… Ese mismo 9 de julio, un joven anarquista dispara contra el presidente Victorino De la Plaza, que está en el centro del palco. La bala no da en el blanco, el anarquista es detenido, pero De la Plaza ordena su libertad: "Sin duda se trata de un enfermo", explica.
Pero el episodio no llega al seno de esa familia acomodada de clase media alta, donde Magdalena vio la luz. Su padre, Juan Manuel Nelson era el dueño de la tradicional farmacia Nelson, en Diagonal Norte y Florida, y su madre, Julia Elena Hunter Soler, descendía de una familia rica de Buenos Aires, cuyos antepasados eran dueños de casi todas las tierras de las Barrancas de Belgrano.
Antes de cumplir 21 años se casó con Juan José Silvestre Blaquier
Hija del medio de cinco hermanos, "desde muy temprano tuvo que soportar la muerte de sus seres más queridos. A sus ocho años, un tumor cerebral se llevó a Tatenita, su hermana mayor de apenas once", según relata Soledad Ferrari en su libro Las Blaquier.
"Con la muerte de Tatenita, el departamento de los Nelson, ubicado en Avenida Alvear y Callao, se había convertido en un lugar triste y apagado que se volvió a iluminar cuando Malena conoció al joven más apuesto de Buenos Aires. Se trataba de Juan José Silvestre Blaquier Elizalde y le decían 'el pibe de oro' porque tenía todo: rico, buen mozo, seductor, jugaba bien al tenis y mejor al polo", sigue la autora.
El amor nació en una fiesta en el Jockey Club. Una semana antes de cumplir la mayoría de edad -el 15 de noviembre de 1937- se casaron en la iglesia de Nuestra señora del Socorro, con una boda transmitida en directo por la radio y una aglomeración de curiosos en la puerta que retrasó el ingreso de la novia, vestida de blanco por la modista más cotizada de la época: Henriette. Fue el acontecimiento social del año.
Hubo gran fiesta, luna de miel en Europa y un primer embarazo a los pocos meses de casada. "Los dolores de parto fueron peor de lo que había imaginado, Malena se juró que no volvería a tener otro bebé, pero después de Mercedes llegaron ocho hijos más", afirma Ferrari. “Mima” le decían en familia
Juan José Silvestre Blaquier se instaló junto a su familia en su afamada estancia La Concepción, en el partido de Lobos, provincia de Buenos Aires: seis mil hectáreas de tierra fértil, con canchas de polo y lago propio.
Silvestre y Malena vivieron sus años de matrimonio como si fueran eternos novios: viajes a Europa, escapadas románticas a lugares exóticos (con Julia Elena, la madre de Malena haciéndose cargo de los chicos), y regalos deslumbrantes.
Hasta que a mediados de 1959 un fatal accidente volvió a teñir de luto la vida de Mima. Silvestre, que había viajado a los Estados Unidos para traer un avión que recién había comprado, desaparece en aguas de América Central.
"Malena pasa sus días desesperada, tratando de no quebrarse frente a sus hijos (…) El primer mes sin el hombre de la casa fue desolador. Mercedes y Marina, las mayores del clan, acompañan a su madre en la tarea de criar a los más chicos. Malena no podía ocuparse de otra cosa que no fuera encontrar alguna pista que la llevara a Silvestre", describe la autora.
La gente empezó a llamarla "viuda de Blaquier". "No lo den por muerto", exclamaba enojada. Había contratado expertos -radioaficionados, pilotos- para la búsqueda y no perdía las esperanzas.
Pero el 14 de agosto de 1959 todo se derrumbó: en una playa en Panamá encontraron un pedazo de la proa del avión. Y muy cerca de allí un tapado que él había comprado para una de sus hijas y el cuerpo del piloto Juan Carlos Mendevil.
Recibió la noticia por teléfono. Solo cuando dejó de llorar sentó a sus nueve hijos en el living de su casa y les dijo: "Papá murió". Tenía 43 años.
Crió a sus hijos -y más a sus hijas- con una premisa clara: "Sean libres". Ella fue la primera en seguirla, como un dogma. Ni la sociedad, ni el qué dirán, ni las ataduras sociales iban a impedirle ser una mujer distinta.
Malena llegaría a ser, según algunos historiadores, también una mujer–bisagra.
Según esos investigadores, en la mujer argentina hay tres épocas: la primera, del Centenario, descripta con fina pluma por Santiago Calzadilla en su libro Las beldades de mi tiempo.
Luego, la mujer de la transición hacia la modernidad, que para muchos fue, casi sin discusión, Magdalena Nelson Hunter de Blaquier…





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