jueves, 10 de diciembre de 2020

MANUEL ALCORTA. 1847. DOLIENTE, BUHOS, CLEPSIDRAS, URÓBOROS

MANUEL ALCORTA. Doliente, buhos, clepsidras, coronas, uróboros.

Foto personal tomada el 12 y 29 de septiembre de 2020.

Esta simple construcción es un catálogo de simbología. La preside una doliente apoyada en una urna cineraria. Este elemento muy de la cultura romana, es extraña en una obra realizada en un contexto donde la Iglesia Católica Romana durante ese tiempo tenía prohibida la incineración. Esta doliente lleva en su mano derecha un cuenco que por el momento me resulta un misterio su significación. Al pie de esta doliente con ropajes griegos o romanos vemos un friso que tiene en sus cuatro ángulos la figura del buho, que en esta iconografía significa la sabiduría. También vemos cuatro uróboros que significan el eterno retorno o el creencia de que todo recomienza en una vida de mayor calidad. Es importante la clepsidra alada que nos advierte de la fugacidad del tiempo y la necesidad de aprovecharlo al máximo. Coronas y flores completan esta riqueza simbólica.
RECURSO.
Qué es Ouróboros: El ouróboros, también llamado uróboros, es un signo que representa a una serpiente o a un dragón en forma circular para así poder morderse la cola La palabra ouróboros proviene del griego ουροβóρος (ourobóros) que significa “serpiente que se come su propia cola”. Su significado remite a la naturaleza cíclica de las cosas y a la idea el eterno retorno. En este sentido, ambas interpretaciones se refieren a la concepción de la existencia como un ciclo que siempre recomienza, y cuya continuidad consiste en un constante renacer como, por ejemplo, lo que se observa en el ciclo de las estaciones del año.
De allí que el ouróboros también se asocie a la naturaleza cíclica del tiempo, donde el instante presente es eternamente devorado por el instante futuro, constituyendo una secuencia infinita de instantes que mueren y renacen a cada momento.
CLEPSIDRA Reloj de Arena Símbolo del paso del tiempo, el reloj de arena, se asocia con lo transitorio, la fugacidad de la vida, y por lo tanto, la muerte. Su representación es un "memento-mori", recordatorio de la hora o el tiempo de morir. Es uno de los elementos que mejor refleja el constante fluir del tiempo. Del latín "clepsydra" y del griego "klepsydra" (hydra=agua; klepto=robo) alude al agua (aunque el término también abarca a los relojes de arena) y al concepto que, el segmento inferior, le "roba" al superior.
En el caso de la arena, que escurre hacia abajo, representa la atracción que ejerce la naturaleza o el mundo material; y también indica la oportunidad de invertir las relaciones entre el plano inferior y superior, volviendo al origen, repitiendo el tiempo y renaciendo. Ambas secciones representan la secuencia de la vida y la muerte, el cielo y la tierra.
Con alas a los costados, simboliza la vida que se va, la caducidad y lo efímero de la existencia y al alado mensajero que vendrá en nuestra búsqueda. Atributo del dios del tiempo, es la imágen del devenir cíclico, el "eterno retorno" de situaciones cósmicas que se repiten una y otra vez.
El Búho está presente, desde la antigüedad, en numerosas leyendas y supersticiones del mundo, aunque dependiendo de la época se ha dado, a esta ave de rapiña, diferentes significados. Los búhos son generalmente un símbolo de sabiduría, silencio e inteligencia, asimismo, pueden representar algún augurio nefasto -debido a su relación con la noche al ser un ave nocturna-. o al hecho de que el ulular de un búho en la oscuridad de la noche es realmente fácil de interpretar como un grito de desesperación. El búho es para la noche lo que un águila para el día.
En los himnos sumerios, la lechuza se usaba como símbolo de dolor y olvido: "un ave de abatimiento", "un ave de ciudades en ruinas", "un ave de ensueño", "un ave de angustia". Las diosas paganas del Mediterráneo y Oriente Medio tenían un búho como símbolo.







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