martes, 30 de abril de 2019

VITRALES EN EL CEMENTERIO DE LA RECOLETA Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fotos personales tomadas el 18 de septiembre, el 15 de octubre y el 12 de diciembre de 2018.
Esta es mi muy pequeña colección de vitrales que tengo registrados con el dato de la bóveda en la cual se encuentran. La comparto como para que puedan ver la riqueza que no podemos dejar que se pierda.

RECURSO.
Historia de los vitrales 

El vitral puede ser definido de acuerdo a como se presenta desde las más antiguas realizaciones que han llegado hasta nosotros, como un mosaico de vidrio de color, dispuestos con miras a componer un dibujo, soldados entre sí por segmentos de plomo en forma de "H", capaces de sujetar sólidamente los fragmentos de vidrio entre sí.
Hasta el siglo XV los vitrales constituyeron el orgullo de todos los edificios religiosos europeos. Aunque los hechos históricos prueban que la técnica del vitral era sobre todo patrimonio de los vidrieros franceses y alemanes, en Italia fueron célebres pintores los que se interesaron por esa actividad.
En los primeros tiempos se supone que los operarios encargados de la fabricación de los vitrales preparaban ellos mismos el vidrio en los lugares donde debían ser colocadas las obras. Generalmente eran artesanos que no tenían taller propio, debiendo ante todo construir un horno de leña rudimentario, pues para fijar el color de manera indeleble es necesario someter el vidrio a cocción.
Los vitrales más antiguos que se conservan datan del siglo XI, los vidrios estaban montados sobre bastidores de madera, bronce o de piedra y se utilizaron para adornar las ventanas de las primeras basílicas cristianas del siglo VII.
En nuestros días el arte del vitral está renaciendo como consecuencia de la renovación del interés por el arte gótico que se manifestó en el curso del siglo XIX.
En Buenos Aires pueden apreciarse bellísimos vitrales en templos religiosos, palacios, bóvedas y otros edificios.
En las iglesias eran utilizados a fin de hacer comprender las sagradas escrituras, a través de imágenes, a aquellos que no sabían leer, y en las edificaciones privadas tenían simplemente una función ornamental.

Susana Espósito










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