lunes, 15 de abril de 2019

CLEPSIDRAS

LAS CLEPSIDRAS
A mi entender detrás de este símbolo, sumamente frecuente en algunas áreas de este espacio, subyace el mismo sentimiento que encontramos en el "Carpe Diem". En ese caminar por esas callecitas y encrucijadas de este espacio es como si los residentes susurraran discretamente en mi oído el consejo tan vital y prometedor de no perder el tiempo y de disfrutarlo plenamente con alegría y esperanza. Ese mensaje de vida resuena con mucho más vigor en medio de un cementerio y le despoja de muchos sentimientos morbosos.
Carpe diem es una locución latina que literalmente significa 'toma el día', que quiere decir 'aprovecha el momento', en el sentido de no malgastarlo. Fue acuñada por el poeta romano Horacio (Odas, I, 11):
Carpe diem, quam minimum credula postero
"Aprovecha el día, no confíes en el mañana." (trad.)
El adagio latino podría equivaler a oraciones en castellano como «no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy» o «vive cada momento de tu vida como si fuese el último».
Es un tópico literario, o tema recurrente, en la literatura universal como exhortación a no dejar pasar el tiempo que se nos ha brindado y a disfrutar los placeres de la vida dejando a un lado el futuro, que es incierto. Cobra especial importancia en el Renacimiento, en el Barroco y en el Romanticismo.
Este tópico respecto a las diferentes épocas literarias ha ido variando en la forma de entenderlo. Durante el periodo de la Edad Media era entendido como: "vive el momento porque vas a morir pronto". Posteriormente durante el Renacimiento, los ideales de belleza y perfección hicieron entenderlo de la siguiente forma: "vive el momento porque vas a envejecer pronto". Finalmente en la época Barroca este tema se volvió a interpretar de la misma forma que en la Edad Media, pero con bastante más intensidad en cuanto a la muerte.












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