viernes, 12 de abril de 2019

CAMPOSANTO O CEMENTERIO. 

Me parece interesante realizar esta distinción porque ubica el espacio en una perspectiva ideológica sumamente importante. El Cementerio de la Recoleta en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, le fue quitada en un momento determinado por el Arzobispo de la ciudad su carácter de camposanto que nunca más recuperó.
Puede ser que a muchos les parezca un bizantinismo el tratar
de establecer la diferencia que existe entre un camposanto y un cementerio, términos utilizados como sinónimos y que en definitiva se emplean para designar el sitio destinado al entierro de cadáveres humanos. Como ya lo sugiere la palabra, camposanto significa tierra consagrada por la religión para el albergue de nuestros restos, es decir, ha recibido una sanción de la Iglesia; mientras que cementerio (del griego koimeteriun y el latín coementeriun: dormitorio) es el lugar donde se procede al entierro de los muertos sin que medie habilitación de tipo religioso. De allí que sea necesario, cuando se habla de estos enterratorios, darles su correcta denominación...
RECURSO. 

DE COMO UN CAMPOSANTO SE CONVIRTIO EN CEMENTERIO
Como hemos visto, el Cementerio de la Recoleta era en rigor un camposanto, por haber recibido la bendición que lo convertía en tierra consagrada a la inhumación de católicos.
En 1856 se reglamenta en Buenos Aires la denegatoria de sepultura eclesiástica, es decir, que todas aquellas personas interdictas (suicidas, excomulgados, renegados públicos de su fe, etcétera) no podían recibir sepultura en un camposanto.
El 9 de marzo de 1863 el obispo de Buenos Aires reclama ka separación de un sector del Cementerio del Norte que, debidamente cercado v con entrada propia, serviría como enterratorio para los interdictos. En ese mismo año, el 20 de abrir las autoridades eclesiásticas se niegan a dar sepultura a un cadáver, en el Cementerio del arte. Tercia le Poder Ejecutivo Nacional en el problema y, por decreto del 9 de junio, firmado por Bartolomé Mítre y Eduardo Costa, se manda enterrar dicho cadáver, haciendo caso omiso de lo ordenado por las autoridades religiosas. Ante tal decreto, el obispo diocesano declaró profanado el Cementerio del arte y se le retiró la bendición. De esta forma el camposanto se transformó en cementerio. Cabe destacar que la Recoleta aún no ha sido reconciliada y creemos que no lo será nunca, ya que los cementerios de Buenos Aires son laicos y comunes "sin más distinción de sitios que los de sepultura, nichos, panteones y osarios",
file:///C:/Users/MyPc/Downloads/Ctrios%20de%20la%20ciudad%20de%20Buenos%20Aires-Luis%20Nu%C3%B1ez%20(1).pdf

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