martes, 30 de abril de 2019

RAMÓN FITTE. VITRALES GÓTICOS

RAMÓN FITTE.  VITRALES GOTICOS  
Fotos personales tomadas el 12 de diciembre de 2018. 

Los vitrales de este espacio son muy difíciles de fotografiar pero es un rubro que merece prestarle mucha atención ya que el deterioro de muchos de ellos amenazan su supervivencia. 
Este es un magnifico vitral que se encuentra en la .bóveda de RAMON FITTE.  La imagen central que he colocado simplemente para mostrar la fuente de inspiración medieval es una iluminación tomada de un libro inglés del 1225 que encuentra en Londres.
RECURSO.
Vitrales góticos (Selección) 
Los vitrales, por el lugar que ocupan en las iglesias y catedrales serán, en la Francia del siglo XIII, la verdadera Pintura Gótica. Los vitrales sustituyen allí a la pintura mural que se había desarrollado ampliamente durante el periodo románico pero que en el gótico quedó como un arte complementario. El arte de los vitrales se convierte en el arte hegemónico del color y del dibujo, toma las funciones simbólico-docentes de la pintura mural con sus completos programas iconográficos que hicieron converger a la mayor parte de los talleres y centros artísticos europeos, principalmente de Francia, en el dibujo de los cartones que es el paso previo para la realización de un vitral.
La catedral gótica evoca la imagen de la Jerusalén celeste y constituye la obra colectiva de los habitantes (burgueses) de las ciudades de la Baja Edad Media. Cada nueva generación de albañiles y artesanos, al tomar el relevo de la generación anterior, hará avanzar la construcción del presbiterio o de las capillas laterales y del crucero. Cada nueva iglesia o catedral hará sus naves más altas que las anteriores, suprimiendo progresivamente el muro de fábrica o muro de carga y sustituyéndolo por lo que se ha denominado el «muro translúcido», es decir, por los amplios ventanales con vitrales de color que proporcionan al interior de las iglesias y catedrales una atmósfera cálida, coloreada e irreal donde los fieles pueden sentirse seguros al amparo de la Iglesia mientras contemplan la «luz de esencia divina». Así se expresaba el abad Suger, que fue quien impulsó la construcción de los vitrales del coro de la Basílica de Saint-Denis de París, a mediado el siglo XII.
El arte de los vitrales domina sobre las demás técnicas de pintura a las que impone sus leyes: la composición enmarcada en medallones, nichos u otros compartimentos, los colores vivos y saturados, las formas delimitadas y precisas, etc.; son pautas estéticas que hallamos también en las ilustraciones de libros y miniaturas ampliamente difundidas por Europa. Este predominio del vitral tiene su excepción en Italia, donde la tradición muralista no se había interrumpido desde la antigüedad, o en otros lugares que como Cataluña acusaban desde el románico las influencias italianas.
Sus temas son tomados del Antiguo y Nuevo Testamento, las historias de la Virgen María y de los santos así como las representaciones de las actividades gremiales o escenas de la vida cotidiana, las cuales, progresivamente suben también a lo alto de los vitrales de las catedrales...
El arte gótico se expandió por Europa durante la primera mitad del siglo XIII, alcanzando su plenitud hacia la década de 1260 cuando se terminan las catedrales de Beauvais en Francia, de Colonia en Alemania y de León en España. Es en esta etapa clásica cuando la arquitectura se hace más compleja: las naves se elevan hasta alturas jamás alcanzadas, los arbotantes se duplican para sostener estas bóvedas tan elevadas y los pináculos se vuelven más voluminosos. En esta etapa las portadas pasan de las tres clásicas de Reims o Amiens a las cinco portadas de Bourges o León. Los ventanales dejan de ser perforaciones en el grueso del muro para transformarse en entrepaños translúcidos, llenos de vidrio entre tracerías o encajes de piedra.

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