MANUEL JOSÉ GARCIA MANSILLA. 1859-1910
Fotos personales tomadas el 29 de septiembre de 2020.
Esta bóveda y las placas que le acompañan da para un trabajo interpretativo intenso que tendré que posponer mientras el cementerio permanezca limitado en su ingreso.
RECURSO.
CONTRAALMIRANTE MANUEL JOSÉ GARCIA MANSILLA.
El 18 de agosto de 1910 fallecía a los 51 años el Contraalmirante Manuel José García Mansilla. Había nacido en Buenos Aires el 17 de febrero de 1859; era hijo del abogado y diplomático argentino Manuel Rafael García Aguirre y de Eduarda Mansilla.
Manuel García Mansilla completó sus estudios primarios y secundarios en Francia, adonde la familia se había trasladado por las funciones de su padre.
Ingresó a la Escuela Naval francesa el 1º de enero de 1875 cuando tenía 15 años, graduándose en el segundo lugar de su promoción en abril de 1877. La vocación marinera corría por sus venas; era valiente, profesional e inquieto.
Fue apreciado y reconocido por la Marina de Francia. Con fecha 26 de diciembre de 1878, el Presidente de la República Francesa le confirió la Cruz de Caballero de la Legión de Honor, la más alta condecoración del país, por haber arriesgado su propia vida para salvar a un marino francés, que había caído al mar mientras navegaban durante la noche a bordo de la fragata «La Victorieuse”, por el Canal de Suez.
La noticia de tal distinción la recibió durante una formación en la cubierta del buque, un domingo después de misa. Se emocionó por ello y más aún al escuchar los acordes del Himno Nacional Argentino, que la banda de música había ensayado en secreto para la ocasión.
La condecoración era por su valentía y solidaridad, ya que en la oscuridad y ante el pedido de auxilio del marinero, no dudó en abandonar su puesto más allá de las consecuencias que esto podría traerle y arrojarse al agua para salvarlo. El joven Manuel había cumplido con la premisa que años después, siendo Director de la Escuela Naval, grabó a fuego en los futuros oficiales y que la Armada honra permanentemente: “Un hombre de mar nunca abandona a otro hombre de mar en peligro”.
Manuel García Mansilla contaría cada detalle de lo ocurrido a su madre en una carta, en la que también relataba que su viejo reloj se había arruinado por el agua salada. Esa historia del “reloj perdido” dio origen en 1946 al galardón que lleva el nombre de «Almirante Manuel José García-Mansilla» y que sus descendientes entregan al abanderado de la Escuela Naval Militar por su excelencia académica, su aptitud militar y sus valores éticos y morales. La vuelta al país
García Mansilla regresó al país luego de completar su primer crucero de circunnavegación a bordo de la cañonera “Hugon” en 1879. Volvió a su tierra natal navegando en el recientemente adquirido transporte ARA “Villarino», donde había embarcado el 12 de abril de 1880 en el puerto francés de Le Havre. Integraba la Plana Mayor de la unidad.
Con ese mismo transporte recalaron días después en la localidad francesa de Boulogne-sur-Mer, donde recibieron los restos del General José de San Martín. El «Villarino» llegó a Buenos Aires el 28 de mayo y fue recibido por el entonces presidente Nicolás Avellaneda.
Desde ese año comenzaría su extensa y fructífera trayectoria en la Armada Nacional. Fue pionero del arma torpedista en nuestro país, ocupando diversos cargos relacionados a ella, desde Director de la Estación Central de Torpedos hasta Director de la Dirección General de Torpedos, creada el 28 de abril de 1891 por decreto del Presidente Carlos Pellegrini. Confiada al entonces Capitán de Fragata Manuel José García Mansilla, esta dirección entendía sobre todas las cuestiones técnicas, administrativas y operativas vinculadas al arma de torpedos.
Asimismo, el oficial elevó al Gobierno su Plan Orgánico para la Defensa del Estuario del Río de la Plata en marzo de 1893; participó de importantes sucesos como el Combate Naval del Espinillo en ese mismo año; y llegó en 1895 a ser designado Jefe del Estado Mayor General de Marina con 36 años, constituyéndose en el oficial naval más joven en ocupar la conducción de la Armada. Fue ascendido a Capitán de Navío.
En 1900, García Mansilla fue nombrado Comandante Director de la Escuela Naval Militar, donde ya había cumplido su rol docente como profesor de Torpedos. En ese destino ascendió al grado de Contraalmirante.
Desarrolló reformas sobre el plan de estudios y el reglamento orgánico, destacando la importancia del sentido profesional en la instrucción de los futuros oficiales. Durante su gestión se creó también el escudo de la ESNM y se instituyó el Día del Cadete.
En 1902 participó en las maniobras navales de ese año, por lo que tuvo que dejar la dirección de la escuela. Luego llegaría una comisión a Europa para realizar un control sobre la construcción de dos nuevos cruceros acorazados.
1906 lo encontró nuevamente como Director de la Escuela Naval Militar, período que se prolongó hasta la fecha de su fallecimiento. En esa ocasión “El Diario” del 19 de agosto de 1910 imprimió en sus páginas: “(…) Era tan alto y tan legítimo el prestigio de este hombre de ciencia y de guerra, eran tan salientes sus méritos y tan grandes las esperanzas que el país tenía cifradas en su patriotismo, su abnegación y en su saber, que la prensa entera, sin distinción de ideas, ha condensado en una sola frase y en un solo concepto, el dolor intenso causado por esta pérdida irreparable”.