COLUMBARIUM.
Fotos personales tomadas el 29 de septiembre de 2020.
No puede dejar de llamarme la atención que esta bóveda tenga como único nombre el de COLUMBARIUM y ninguna otra indicación de su propietario excepto el busto de un varón en lo alto de la misma. Supongo que puede ser un intento de anonimato y humildad pero el busto del señor me confunde. Sin duda es un espacio privado sin ninguna intención de ser público.
Como elemento a destacar pueden notar en un ángulo del frente vemos un vertedero de agua de lluvia en forma del rostro de un gato o de un intento de ser tigre.
RECURSO.
CONCEPTO DE COLUMBARIO No resulta nada fácil el definir con exactitud un término, a priori tan sencillo y claro como podría ser el de «columbario» (del latín columbarium, literalmente palomar). Palomar o columbario será el término empleado comúnmente desde la Grecia Clásica para designar aquellos edificios donde moraban las palomas, si bien por extensión, desde época romana, y por su similitud física y estructural acogieron la denominación de columbarium diversas construcciones que recogían en su seno aberturas regulares similares a las de un palomar, si bien con una finalidad tremendamente distinta…
Se pasa a identificar como columbario, aquellas hornacinas o nichos excavados en la pared de una cueva o más corrientemente en una tumba con carácter de hipogeo, donde se depositaban las urnas cinerarias (olla ossuaria), y se recogía la ceniza que en los casos más suntuosos llegan a ser de mármol, vidrio, broncíneas o incluso áureas ya fuera de forma cilíndrica o rectangular provistas de su tapa correspondiente y con frecuencia decoradas. Ya en época romana, encima del nicho era costumbre colocar una inscripción con el nombre y los títulos del difunto, información epigráfica que ha favorecido el conocimiento del trasfondo social que envuelve a estas estructuras funerarias.
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