SIMBOLOGÍA DEL CIPRÉS.
Foto personal tomada el 29 de septiembre de 2020.
Para mi gusto, hay pocos árboles en el Cementerio pero allí donde los encontramos le dan un gran sentido al espacio. Me impresiona el poder ver cada escena desde distintas perspectivas. Esta es solo una.
RECURSO.
Simbología del ciprés
El ciprés es el árbol que simboliza la unión entre el Cielo y la Tierra. Tanto su tronco como sus raíces se alzan y descienden profundamente hacia el centro de la Tierra (antiguamente, el inframundo), así como hacia la morada de los dioses (actualmente, el reino de las ideas psíquicas).
El ciprés está considerado como un árbol sagrado entre numerosos pueblos; gracias a su longevidad y a su verdor persistentes, se llama "el árbol de la vida" (ciprés-tuya). Entre los griegos y los romanos, está en relación con las divinidades del infierno; es el árbol de las regiones subterráneas; está ligado al culto de Plutón, dios de los infiernos; también adorna los cementerios.
El ciprés es en Europa un símbolo de duelo. Quizás se trata de todos modos de una mala interpretación, aunque sea de origen muy antiguo, del simbolismo universal y primitivo de las coníferas que, por su resina incorruptible y su follaje persistente, evocan la inmortalidad y la resurrección…
Orígenes [Escritor eclesiástico] ve en el ciprés un símbolo de las virtudes espirituales, pues "el ciprés desprende muy buen olor", el de la santidad…
Orígenes [Escritor eclesiástico] ve en el ciprés un símbolo de las virtudes espirituales, pues "el ciprés desprende muy buen olor", el de la santidad…
Según consta en el Diccionario de los Símbolos y Mitos de J.A.Pérez-Rioja, al igual que todos los árboles fálicos el ciprés es, al mismo tiempo, un símbolo de la generación, de la muerte y del alma. Pero, sobre todo, en su calidad de árbol perenne, siempre verde, perfumado, de madera incorruptible como la del cedro, ha tomado una significación funeraria. Ya desde los tiempos paganos, se asocia con la idea de la muerte. Así, entre diversos pueblos primitivos y entre los griegos, que lo consideraban como uno de los atributos de Hades y de otras divinidades infernales. También debieron consagrarlo a Esculapio, dios de la medicina. Los romanos lo consagraron, asimismo al dios infernal Plutón, otorgando al ciprés el adjetivo de «fúnebre», con el que ha pasado a la posteridad. Por ello se encuentra, generalmente, en los cementerios. Por su follaje oscuro y por su tronco, que, si se corta, jamás vuelve a crecer -otras ideas que lo relacionan con la muerte-, el ciprés aparece esculpido en numerosas tumbas cristianas.
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