martes, 11 de febrero de 2020

DALMACIO VÉLEZ SARSFIERLD - AURELIA VÉLEZ SARSFIELD.

MAUSOLEO DE DALMACIO VELEZ SARSFIELD. Código Civil Argentino
Fotos personales tomadas el 31 de enero de 2020.
Desde lejos me impacto la belleza y los detalles refinados de esta cúpula en la mausoleo de Velez Sarsfield. Acompaño la biografía de AURELIA, su hija a pesar de saber que ella no está aquí, pero su personalidad merece que no la olvidemos. Seguramente podría tener su nombre una de las estaciones nuevas del subte LINEA E o quizás en uno de los nuevos billetes argentinos.
RECURSOS.
Dalmacio Vélez Sarsfield
Dalmacio Vélez Sarsfield falleció el 30 de marzo de 1875 en Buenos Aires.
«Dr. Mandinga», así se conocía a este hábil y versado jurisconsulto, autor de nuestro Código Civil, por su mefistofélico aspecto y endiablada picardía cordobesa. Enemistado y reconciliado con Rosas y Urquiza, frecuento la amistad de los emigrados unitarios que había conocido en su exilio uruguayo. Allí conoció a Sarmiento, con quien no solamente estuvo unido por afinidad intelectual, sino por la íntima relación que éste mantuvo con su hija Aurelia.
Aurelia había estado casada con su primo, el doctor Pedro Ortiz Vélez. ¿Cuál fue la desavenencia que rompió su matrimonio? Se presta a versiones. Dícese que Ortiz sorprendió a Aurelia en una situación equivoca con su secretario, al que Ortíz mató de un certero disparo en la frente. El hecho es que al cabo de 8 meses de convivencia, Ortiz desapareció del país y Aurelia volvió a la casa de su padre, a quien asistió durante los cinco años que llevó la elaboración del Código Civil, junto a Eduardo Díaz de Vivar y Victorino de la Plaza.
La relación con Sarmiento siempre se mantuvo bajo un clima de discreción, aunque conocida por los corrillos de la sociedad, debido a la frecuente permanencia de Sarmiento en la quinta que el Dr. Vélez Sarfield poseía en Almagro (donde hoy se ubica el Hospital Italiano). Fue una relación entrecortada por los viajes y la política, pero de constancia epistolar que refleja el aprecio afectivo e intelectual que se profesaban.
Aurelia compartió los últimos momentos de Domingo Faustino Sarmiento cuando murió en Asunción. Cerro sus ojos y depositó el ramo de diamelas sobre el cofre que llevó los restos del ex presidente hasta su mausoleo en la Recoleta.
Después de la muerte de su padre y de su amante, Aurelia viajo por el mundo y relató sus impresiones en diversos artículos y libros, que hoy nadie lee. Donó el busto de mármol de su padre a la Facultad de Derecho –obra del escultor Romane– y murió a los 88 años de una vida prolífica en obras y afectos.
AURELIA VÉLEZ SÁRSFIELD. Ella no está aquí
Aurelia Vélez Sarsfield (n. 8 de junio de 1836 en Buenos Aires, Argentina — falleció el 6 de diciembre de 1924 en Buenos Aires, Argentina1​) fue una escritora, hija del legislador Dalmacio Vélez Sársfield y de Manuela Velázquez Piñero. Era la segunda hija del legislador. Desde sus primeros años recibió una formidable educación, que junto con las enseñanzas de su padre, servirían para que este decidiese asociarla a sus trabajos en calidad de secretaria —que posteriormente serviría para la redacción del Código Civil de Argentina en 1869.
A la edad de diecisiete años, en 1857, se casó con su primo hermano, el doctor Pedro Ortiz Vélez, hijo del secretario de Facundo Quiroga. Por causas desconocidas, su matrimonio duró sólo unos pocos meses; sin embargo, una de las causas relacionadas con la separación es que Pedro Ortiz mató al secretario de Aurelia luego de que los viese abrazados. ​ Tras la ruptura, Aurelia regresó a la casa de sus padres.
La desunión de Domingo Faustino Sarmiento y su esposa Benita Martínez Pastoriza se concretó cuando esta sorprendió la correspondencia que su esposo mantenía con Aurelia:
“He debido meditar mucho antes de responder a su sentida carta de usted, como he necesitado tenerme el corazón a dos manos para no ceder a mis impulsos. No obedecerlo era decir adiós para siempre a los afectos tiernos y cerrar la última página de un libro que sólo contiene dos historias interesantes. La que a usted se liga era la más fresca y es la última de mi vida. Desde hoy soy viejo."
Esta se volvería un "complemento espiritual para este". Tiempo después, la misma Aurelia preparó la candidatura a la presidencia de Sarmiento, mientras este se encontraba en Estados Unidos. Sarmiento le envió una carta cuando este tenía 77 años:
“Venga al Paraguay y juntemos nuestros desencantos para ver sonriendo pasar la vida. Venga pues a la fiesta donde tendremos ríos espléndidos, el Chaco incendiado, música, bullicio y animación. Venga, que no sabe la bella durmiente lo que se pierde de su príncipe encantado”.
Sarmiento murió el 11 de septiembre de 1888. Luego Aurelia realizó un largo viaje por Europa, Egipto y Palestina, regresando casi veinte años después. Publicó trabajos que fueron piezas fundamentales y referentes de la época política por la que pasaba el país.
Murió el 6 de diciembre de 1924, aunque en el libro de registros de ese cementerio aparece inscrita como "Aurelia Vélez de Ortiz, sepultada el 7 de diciembre de 1924, en la parcela 19-3-35/36, que no es la que ocupa Dalmacio Vélez Sarsfield". Los sobrinos de Aurelia acataron una de sus órdenes, "pero no pensaron en su voluntad implícita de descansar en la bóveda familiar y de que su nombre no apareciera acompañado por su apellido de casada". En 1964 los descendientes dispusieron la cremación de sus restos y los colocaron en un nicho sin placa. Finalmente, existen suposiciones de que Aurelia fue a parar al osario común, debido a que sus herederos no renovaron la tenencia del nicho innombrado.
Los literatos la califican como una mujer "libre, amaba el conocimiento, era brillante". Asimismo, "su tiempo no le perdonó tener la espectacularidad intelectual que tenía".








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