TORIBIO DE AYERZA. Obra del escultor MIGUEL SAN SEBASTIANO

TORIBIO DE AYERZA.

A mi entender esta es una de las obras de arte más logradas y bellas de este espacio.

Fotos personales tomadas el 31 de enero de 2020. Pocos datos sobre el escultor creador de esta belleza MIGUEL SAN SEBASTIAN

RECURSOS.

TORIBIO DE AYERZA.

Ayerza, Toribio de. Zubieta (Azpeitia, Guipúzcoa), 16.IV.1815 – Buenos Aires (Argentina), 27.IX.1884. Médico.

Era hijo de Juan José de Ayerza y de Josefa Antonia Mendizábal. Sus primeros estudios de latín los cursó en Aspiazu, con sus dos tíos sacerdotes. La segunda enseñanza la realizó en el Colegio de los Nobles de los jesuitas. Luego pasó a Madrid para seguir la carrera médica, pero debió interrumpirla a causa de la guerra. Traspasó los Pirineos junto a su familia y estudió Medicina en la Universidad de Montpellier durante tres años; pasó posteriormente a París. En 1840 decidió viajar al Río de la Plata; revalidó su título en la Facultad de Medicina de Buenos Aires en 1846. Se doctoró dos años más tarde con una tesis sobre El paralelo entre el tifus y la fiebre tifoidea. Adquirió enorme prestigio como cirujano y se le recuerda por haber practicado en el país la primera operación de traqueotomía. Fue socio fundador, presidente y primer médico de la Asociación de Socorros Mutuos de Buenos Aires. Perteneció a la Sociedad de Beneficencia, a la Institución de San Francisco Javier de niños obreros, a la Sociedad San Vicente de Paúl y a la Cruz Roja Argentina.

Había contraído matrimonio en 1851 con Adelina Zabala, con la que formó una ilustre y respetable familia. Sus restos descansan en el cementerio de la Recoleta, donde en 1890 fue levantado un monumento de mármol de Carrara, obra del escultor Miguel de San Sebastiano. La prensa porteña comentó extensamente su desaparición, recordando su espíritu humanitario y de servicio abnegado. Santiago Estrado y Ricardo Monner Sans le dedicaron unos sentidos versos a su memoria, al pie de su mausoleo. Era federal de convicciones y el doctor Daniel Cranwell lo describía como “un hombre alto, fornido, de marcha firme y elegante, con cabeza erguida; su porte era severo y lleno de dignidad. Frente ampliamente despejada, ojos verdosos y brillantes, de mirada penetrante y dominadora, nariz recta, labios finos y barba blanca en U [...]”.

Bibl.: In Memoriam: Dr. D. Toribio de Ayerza, Buenos Aires, 1890; D. J. Cranwell, Nuestros grandes médicos, Buenos Aires, Hermanos Coni, 1937; G. Furlong Cardiff, Don Rómulo Ayerza, Buenos Aires, Eudeba, 1958, págs. 67-6

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Este monumento fue realizado por Miguel San sebastiano. La armónica composición fue ejecutada en mármol de Carrara y la estructura, una gran roca, sobre la que se adosan figuras femeninas. Una, simboliza la caridad y está cobijando a dos niños. La otra, un ángel del dolor, apoyado sobre la antorcha invertida, simboliza la vida que se ha extinguido. Corona la obra el busto del Dr. Ayerza

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