EUGENIO MATTALDI. Un monumento funerario en venta.
Fotos personales tomadas el 13 de marzo de 2021
Este monumento funerario nos conduce a la memoria de otro inmigrante meritorio que por su sentido del negocio y la imaginación pasao de ser un cadete y empleado trabajando en relación de dependencia a la construcción de un emporio de bebidas alcoholicas.
RECURSO
Destileria Mattaldi
Eugenio Mattaldi nació en 1843 en Milán, Italia. Su padre, Don Luis Mattaldi fue un destacado financista propietario de un banco y casa de cambio. Durante la dominación austríaca, el Gobernador de Milán, Juan José Radetzky, lo nombró banquero agregado a la Corte de Austria. En 1853, el Conde Cavour expulsó a los austríacos, Don Luis fue acusado de colaborar con el enemigo y en una pueblada sus propiedades quedaron destruidas, Esta situación dejó a la familia en la calle.
El niño Eugenio decidió resolver este problema con una solución aventurera. Con solo once años se escondió dentro de un velero y llegó hasta Montevideo en 1854.
Llegó enfermo de cólera, incluso se lo llegó a dar por muerto, siendo su cuerpo depositado con los cadáveres de las otras víctimas. Una Hermana de la Caridad notó que el joven respiraba. Lo rescató y lo cuidó hasta su completa curación.
En 1857 viajó a Estados Unidos, donde vivió dos años. Recorrió desde Baltimore hasta Nueva york. Como no se adaptó al país a pesar de haber aprendido el idioma, decidió volver a Buenos Aires, en 1860.
Una vez en nuestro país, trabajó en varias tareas. Fue entre otras cosas cadete de farmacia, y hasta confitero en la panadería que luego se convertiría en “Los dos Chinos”.
Más tarde entró como empleado en la talabartería de Alejandro Astoul, aprendiendo el oficio de trabajar el cuero. Muy pronto, al descubrir su capacidad creadora, se instaló su propia talabartería. Su negocio tuvo gran crecimiento al convertirse en principal proveedor del Ejército durante los conflictos con el Paraguay la Conquista al Desierto. Como pago de esto último recibió una gran cantidad de tierras en el Sur de la Provincia de Córdoba, en las cuales instaló la “Cabaña San Eugenio”.
En Buenos Aires se hizo amigo de nuestro ya conocido Adolfo Sourdeaux, relacionándose además con varios pioneros de la época.
En 1865 se casó con una joven francesa llamada Ana Simón D´Hangard. Con quien tuvo 8 hijos También por esos años logró traer a sus padres y hermanos a la Argentina, donde pasaron sus últimos años
En 1869 llegó a Bella Vista, donde compró tierras tanto para trabajarlas como para instalar su casa de verano, que se ubicaba en O’higgins 650 frente de la quinta “El Retiro” de Sourdeaux (ambas fueron demolidas). Se trataba de una lujosa mansión de estilo romano, con cancha de tenis, caballerizas, árboles frutales, quinta de verduras y gallineros. Es aquí en su casa, donde lo más distinguido de la sociedad se reunirá para tratar obras “de bien y de progreso” para Bella Vista. Mattaldi siempre estuvo vinculado a las instituciones fundadoras, tales como el Club Regatas y la Unión Comunal.
En 1873 adquirió una porción de terreno entre la Ruta 8, la Avenida Senador Morón, la avenida Francia y el Río Reconquista. En estas tierras sembró cebada y maíz. Años más tarde, al disminuir el precio del maíz, decidió comenzar a interiorizarse en la producción de alcohol a partir de maíz. Para ello, viajó a Alemania y se empleó dos años en una destilería para aprender la técnica. Además vendió parte de sus tierras en Córdoba para instalar una destilería que compró en Alemania y que la hizo trasladar completa a la Argentina. En 1885 comenzó la producción en un galpón, inaugurándose el 13 de septiembre de 1888 su monumental edificio.
La destilería Mattaldi fue la primera en el país en fabricar alcohol absoluto de 100 grados, alcohol amílico y alcohol de 96, 8 grados. De esta forma se convirtió en proveedor de productores de licores y perfumes. Podemos mencionar entre sus clientes a Erven Lucas Bols, Cinzano, Atkinson, Bagley, Anís 8 hermanos. Además Mattaldi fue el primer fabricante de hielo seco y de un aceite de germen de maíz “ Acaya”.
Falleció un 15 de octubre de 1918 en su quinta de Bella Vista, Sus restos descansan en el Cementerio de la Recoleta.
Por Victoria Armoa *Basado en los escritos de Eduardo Munzón sobre los Pueblos de General Sarmiento.
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