domingo, 9 de octubre de 2022

ERNESTO A. BAVIO. (1860 - 1916) PASIÓN DE LA VERDAD.

ERNESTO A. BAVIO. (1860 - 1916) PASIÓN DE LA VERDAD.

Fotos personales tomadas el 24 de septiembre 2019
La estética de esta placa es sorprendente. El cuerpo masculino como doliente, siempre presentado en su plenitud abrazado como protegiendo la urna funeraria cubierta por el sudario de la resurrección. A su lado izquierdo vemos los elementos educativos: un globo terráqueo y un tintero y una pluma para escribir. Me llamo la atención que aquello que más se destaca de este docente es que "Tuvo la pasión de la verdad". La placa esta firmada por quienes la realizaron: Gottuzzo y Piana, muy conocidos artesanos de aquellos años. En la placa podemos leer: "ERNESTO A. BAVIO. Tuvo la pasión de la verdad. +24 de julio de 1916. Los ex alumnos de la Escuela Normal de Profesores de Paraná"
RECURSO
Un profesor de una Escuela Normal 1937
Ernesto A. Bavio (Paraná, Entre Ríos, 1860- Buenos Aires, 1916).
Cuando en 1877 egresó de la Escuela Normal de Paraná, recibió su título de profesor de manos de Sarmiento. Fue maestro de grado en 1881-1882, y profesor de Historia y Geografía Argentina hasta 1892. Basándose en sus experiencias docentes redactó con método científico el "Curso de Geografía General" que apareció en 1888. La obra tuvo 56 ediciones. En un acto de colación de grados de los nuevos profesores de la Escuela Normal de Paraná leyó un largo discurso, que más tarde fue conocido como “Testamento pedagógico de Bavio”.
Escribió, además, varios libros de lectura escolar. Pionero de la educación patriótica, en la memoria que envió al ministro de Justicia e Instrucción en 1891, dedicó 14 páginas a sus logros en esta materia, que juzgaba profundamente moralizante.
Requerido por el Dr. José María Ramos Mejía, desempeñó los cargos de Inspector General de Provincias, Inspector Técnico General de Escuelas de la Capital y Secretario General de Enseñanza Normal. Junto con Ángel Graffigna, es autor de los programas para las Escuelas Comunes de la Capital, que orientaron nuestra educación elemental a lo largo de un cuarto de siglo (1910-1936). Estos programas agudizaron fuertemente el carácter "nacionalizante" de los programas anteriores, que como ya hemos visto, no estaban para nada desprovistos de esta dimensión. El programa de historia paso a ser exclusivamente de "historia patria", enfatizándose sus "aspectos dramáticos".
El programa de Instrucción Cívica establecía que la fórmula "el primero y principal deber del hombre y del ciudadano es amar, honrar y servir a su Patria, trabajando por su prosperidad interior y por su grandeza y su gloria en el exterior' debla ser aprendida de memoria y "comentada inteligentemente por los alumnos". En 1909 se estableció la obligación de memorizar el "catecismo patriótico" de Bavio, posteriormente reemplazado por el de Enrique de Vedia, que había ganado un concurso convocado en 1908 por el Poder Ejecutivo.
El plan de “educación patriótica”, como lo llamó su autor, “consistía básicamente en alusiones patrióticas que deberían realizarse en todas las materias (incluso en matemáticas) y en la veneración sistemática de los símbolos patrios y los festejos solemnes. La idea parecía ser la introducción en las mentes de los pequeños de un sentimiento patriótico irreflexivo, basado en el símbolo sobre todo”.




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