martes, 29 de marzo de 2022

JUAN PODESTÁ. Un escritor MANUEL T. PODESTÁ y un periodista BASILIO CITTADINI

JUAN PODESTA. Un escritor MANUEL T. PODESTA y un periodista BASILIO CITTADINI.

Fotos personales tomadas el 1º de marzo de 2022 y el 1º de octubre 2022
Es increible como simbles placas conmemorativas nos conducen a investigar nombres, vidas y obras de personas que hasta ayer nos eran desconocidas. En esta arquitectura neo gótica con coronas de flores con cintas para simbolizar afecto y eternidad, encontramos dos placas a un costado que han sido nuestra introducción a la vida de un médico que escribe obras de teatro cuya memoria se puede recuperar y la obra de un periodista inserto en la vida política y de su comunidad italiana. En una placo podemos leer: "DOCTOR MANUEL T. PODESTÁ. Eminente. Prestigioso. Hombre de Letras. 1853-1920" y en la segunda: "BASILIO CITTADINI. 1844-1928. Embajador de dos pueblos"
RECURSOS.
Manuel Podestá (1853-1920), médico, funcionario, y escritor argentino, contemporáneo a Eugenio Cambaceres, es considerado junto con este último y otros de su época uno de los fundadores de la novela naturalista argentina.1​ Formado y también docente en enfermedades mentales, a lo largo de su rica vida profesional se alejó de todos los puestos salvo el último, de médico del hospital de alienadas (hoy Moyano) en el que llegaría a director, y su primera novela, la más popular y casi la única que se recuerda, Irresponsable (disponible para descargar2​), fue tratada más que como una obra literaria como una estrategia para exponer su tesis, adhiriendo a la escuela italiana (pero no a la francesa) de que la irresponsabilidad es un deterioro cerebral con base genética, sobre un protagonista al que se niega en toda la obra a ponerle un nombre.3​ Sus dos siguientes novelas, Alma de niña y Delfina, tuvieron poca repercusión y rápidamente fue olvidado como escritor, rescatándoselo en la actualidad por su valor histórico al marcar los orígenes de la novela naturalista argentina.1
Biografía
Nació en 1853, hijo de genoveses que llegaron al país con ciertos recursos y fueron fecundos y reconocidos socialmente, en 1867 entró al Colegio Nacional de Buenos Aires cursando en parte al mismo tiempo que Miguel Cané, el autor de Juvenilia, y se recibiría de médico en 1878. Tuvo una rica vida como médico, a los 20 años ya era jefe de clínica quirúrgica en el antiguo Hospital de Hombres,2​ y desde que se recibió hasta 1880 fue docente universitario como sustituto en la Cátedra de Patología Interna, Enfermedades Mentales y de Niños.1​ En esa época también fue elegido subdirector de los hospitales municipales.1​ Cuenta en una biografía de la época:2​ "Los servicios sanitarios -nos cuenta él mismo- no andaban en aquel entonces muy ajustados que digamos al sentido común. Imagínese que bajo el mismo techo se asistían los enfermos de viruela y los atacados de afecciones comunes que no cabían en el Hospital de Hombres, lleno de enfermos, pululante de microbios, saturado de miserias. Tenía entonces el pomposo título de médico subdirector de todos los hospitales municipales... de los que no existían sino uno y medio, pues el de San Roque estaba a la mitad no sé por qué dificultades, falta de fondos, falta de voluntad... La revolución del 80 me desalojó del puesto. Mejor dicho: renuncié harto de muchas cosas que me ocasionaban una indigestión diaria y me hacían más mala sangre que la de todos los enfermos juntos".
En 1883 ingresaría a la Legislatura como diputado hasta 1889. Su carrera política fue "anémica y breve".1​ Fue su vida como funcionario la que le permitió gestar sus primeros escritos, entre los que se encuentra su novela con más repercusión, Irresponsable, publicada en forma de folletín en un diario popular en la época a lo largo de 5 entregas en el año 1889, y que fue tratada por los lectores más que como una obra literaria como una estrategia para exponer su tesis, adhiriendo a la escuela italiana (pero no a la francesa) de que la irresponsabilidad es un deterioro cerebral con base genética, demostrada en un protagonista al que se niega en toda la obra a ponerle un nombre3​ La obra valorada solo en parte por su valor literario, suscitó inmediatamente encendidos intercambios con otros médicos y con juristas de la época, notablemente con José María Ramos Mejía y Norberto Piñero, en forma de cartas abiertas en los diarios de tirada popular, como se estilaba en el momento.3
Fue médico del Hospital Italiano donde llegó a jefe de servicio de enfermedades internas2​ y recibiría un título honorífico al final de su carrera,1​ y también participó en el Departamento Nacional de Higiene donde llegó a vicepresidente.2​ Su último cargo, y el único que conservó en sus últimos años,2​ fue el de médico de sala del Hospital Nacional de Alienadas, en donde fue director desde 1905.1
Gran señor burgués y rodeado de una abundante clientela como médico, moriría en 1920, "soltero y casi setentón. Lo despidió en el cementerio una enorme multitud muy calificada y elegante en la que no se veían escritores".1
Su novela Irresponsable que sufriera varias reediciones en vida del escritor, se editó por última vez en 1926, después de lo cual sus obras desaparecen del panorama editorial
Basilio Cittadini
Basilio Cittadini (PilzoneBrescia1846 - Buenos Aires1921) fue un periodista italiano que se desempeñó tanto en Italia y Argentina, como redactoreditor y director de varios periódicos. Actuó como secretario del Banco de Italia y Río de la Plata; profesor de Literatura Clásica en el Colegio Nacional Buenos Aires; presidente de la Asociación Dante Alighieri de Buenos Aires durante once años y condecorado por el gobierno italiano con el título de “Gran Oficial”.1
Biografía
Nació en Pilzone, una fracción del municipio de Iseo, en provincia de Brescia. Antes de llegar a la Argentina había tenido actuación como periodista en Italia, fundando en Brescia La Voce dei Giovani, y colaboró con la Gazzetta di Brescia, fue redactor en Florencia de La Riforma, y corresponsal parlamentario de Il Secolo de Milano. Profesaba ideas republicanas, igual que la mayoría de los periodistas italianos, aunque no era un sectario mazziniano.
Llegó a Buenos Aires en 1869 para hacerse cargo de la dirección de La Nazione Italiana, que dejó de publicarse por la epidemia de fiebre amarilla de 1870/1871. Durante esta, integró una comisión popular de salud pública para socorrer las numerosas víctimas del flagelo, recibió una medalla de oro por su coraje y abnegación.
Terminada la epidemia, dirigió por algunos meses el periódico L’Italiano, y estuvo a cargo del periódico L’Operaio Italiano en 1872. También presidió ese año la comisión encargada de redactar las bases de la Sociedad Unione Operai Italiani, fue su primer presidente en 1874. Designado por el gobierno de Nicolás Avellaneda como agente de inmigración a Europa, viajó a Italia desde donde envió familias al Chaco argentino y a Entre Ríos.
Luego de regresar a la Argentina en 1876, fundó el periódico La Patria, que a los pocos años se transformó en La Patria Italiana, para diferenciarse de La Patria Argentina de los hermanos Gutiérrez. Durante 1877/1878 participó del directorio de Il Maldicente, semanario de corte satírico.
Aunque su diario carecía de buenos colaboradores, logró imponerse en el mercado gracias a impetuosas luchas contra otros periódicos: muchas veces las luchas verbales se matizaban con duelos de armas.
Una de sus campañas importantes fue la protesta contra la matanza de italianos perpetrada cerca de Lima durante la Guerra del Pacífico. Otra fue la campaña a favor de las escuelas italianas, sostenida contra Domingo Faustino Sarmiento, aunque la más riesgosa pero redituable a nivel tirada, fue la referida a los malos tratos inferidos durante la epidemia de cólera a los inmigrantes italianos en el Lazareto de Martín García, en 1885.
Por esas denuncias contra el gobierno y la polémica contra L’Operaio Italiano que lo defendía, se batirían a duelo los directores de ambos medios, aunque salieron ilesos.
De regreso en Italia, asumió la dirección del periódico La Provincia di Brescia. Fue luego vicedirector del Popolo Romano. Mientras, en Argentina, la quiebra de La Patria Italiana obligó a fundar La Patria degli Italiani.
Regresó a la Argentina en 1896, hizo resurgir el diario L’Italiano. En 1902, los periódicos L’Italiano y L’Italia al Plata se fusionan con La Patria degli Italiani bajo este último nombre, conservó la dirección y le imprimió impulso.
Bajo su dirección y como periódico republicano que era, La Patria degli Italiani apuntó a extender su audiencia más allá del arco de lectores de la pequeña y mediana burguesía bonaerense. De ahí la importante cobertura otorgada al prolongado movimiento huelguístico de chacareros arrendatarios conocido como El Grito de Alcorta en 1912.
Justo al inicio del conflicto, dejó la dirección del diario y viajó a Italia. Regresaría en 1916, continuó vinculado al periodismo hasta su fallecimiento en Buenos Aires, en 1921.
Su hijo Bruno Cittadini, fue un importante periodista deportivo, y otro de sus hijos, Tito Cittadini, fue un reconocido pintor argentino.








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