martes, 29 de marzo de 2022

ANGELICI. Las virtudes teologales y metopas

ANGELICI. Las virtudes teologales.

Fotos personales tomadas el 12 de diciembre de 2018.
Construcción en cuanto a la riqueza de símbolos, alegorías y signos. Inmediatamente al costado de la cruz que preside la edificación nos encontramos con las VIRTUDES TEOLOGALES, en primer lugar la alegoría de LA CARIDAD que tradicionalmente se la representa a través de una generosa madre cuidando de sus hijos. En un nivel inferior las dos alegorías de las otras virtudes teologales como es LA FE y LA ESPERANZA. Debajo en vemos diversas METOPAS con símbolos semejantes a los que hemos vista sobre la entrada. En la primer metopa UNA CORONA DE FLORES para simbolizar eternidad y afecto. En la segunda UNA ABEJA con múltiples significados, como trabajo, poder y cooperación. La cuarta metopa dos TIBIAS CRUZADAS Y UNIDAS POR CINTAS. Este es un “memento moris”, es decir un recordatoria que nos lleva a pensar que la muerte en forma democrática nos iguala y destruye todas nuestras vanidades. La cuarta metopa es la CLEPSIDRA ALADA que nos advierte de lo rápido que pasa el tiempo y la necesidad de utilizarlo positivamente.
RECURSO.
La abeja es un insecto rodeado de simbolismo- Es el orden y la prosperidad, y está dotada del poder del fuego. La abeja purifica por el fuego y alimenta con la miel.
Está vinculada a la representación de las sacerdotisas de diversos cultos antiguos, y al alma pura de los iniciados. Los egipcios creían que simbolizaba el Alma. Los griegos que esa Alma descendía hacia las tinieblas. Los judíos la vincularon al Verbo.
La simbología de la abeja
La abeja simboliza el orden y la prosperidad, el ardor belicoso y el coraje. Por su trascendencia divina y su conexión terrena fue tomada con atributos de reyes, papas de la iglesia de Roma y por el mismo Napoleón.
Los masones tomaron de la abeja el comportamiento ordenado y atento a su reina y a sus compañeras de colmena; como también la obediencia y la constancia.
Sobre todos esos símbolos la abeja es laboriosa como lo somos los tejedores y bordadores. Son incasables colaboradores de sus hermanos, y no cesan en su actividad.
Así somos nosotros cuando nos sentamos en el taller a rendirnos frente a la creatividad, pidiéndole a esta divinidad que nos ilumine hasta el final de la tarea.
Que no cese su fuerza para inspirarnos y que nos ayude a brindar nuestras obras al prójimo.



                                                             

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