viernes, 24 de diciembre de 2021

JUAN CRUZ VARELA. Doliente, urna y sudario de la resurrección.

 JUAN CRUZ VARELA. Doliente. urna y sudario de resurrección.

Fotos personales tomadas el 16 de diciembre de 2021.
Me gustaría que por un momento concentráramos nuestra mirada sobre la magnifica obra de arte que preside esta arquitectura. Es una doliente que se lamenta apoyada sobre una urna cubierta por el sudario de la resurrección. Lamentablemente no hay datos sobre el escultor o arquitecto que ha la ha realizado. Como para tener una idea del estilo literario de este podema comparto un breve fragmento de uno de sus extensos poemas.
RECURSO.
En honor de Buenos Aires [Fragmento]
Era la noche; y la ciudad amada
por el Dios de los libres,
tranquila en brazos de la paz dormía,
en profundo silencio sepultada.
La mole de sus torres parecía 5
antiguo monumento,
allá en remoto siglo levantado,
para grandioso y digno enseñamiento.
Y era mudo olvidado,
pero del crudo tiempo respetado. 10

De lumbreras menores rodeada
la luna en medio cielo,
en su carroza de ébano sentada,
con su luz melancólica y serena
bañaba el quieto suelo; 15
y el grande río de la patria mía
de su orilla feliz la suelta arena
suavemente en sus aguas revolvía;
a la luz de la luna así brillando,
cual una copia inmensa 20
de derretida plata brillaría,
trémula, undante, en movimiento blando.

Dejando el lado de mi dulce dueño,
que, en esas horas mudas, misteriosas,
ya descansaba el delicioso sueño 25
de las fatigas del amor preciosas,
contento el corazón, suelta la mente,
me sentí de repente
a la lira impulsado,
cual de poder divino, 30
y a cantar el destino
del suelo afortunado
en que la suerte plácida me diera
abrir mis ojos a la luz primera.
¡Buenos Aires! ¡Mi patria! En algún día 35
la maldición del cielo
tu recinto inundó, y oscuro velo
tus inmortales glorias encubría.
En su carro de espanto
rodando por tus calles la anarquía, 40
tus calles anegaba en sangre y llanto,
y en fratricida mano se agitaba
de la discordia impía
el tizón infernal. Entonces era
cuando ni el hijo al padre respetaba, 45
ni el hermano al hermano
debida parte en su cariño diera.
De las leyes al solio soberano
subió el crimen triunfante,
y el altar de la ley cayó al instante, 50
en trozos dividido,
por entre el polvo en vilipendio hundido.
Los dioses tutelares nos miraron
con ojos de piedad, y a su desgracia
la ciudad infelice abandonaron…

http://www.cervantesvirtual.com/.../fef82d34-82b1-11df... 




No hay comentarios:

Publicar un comentario