JOSE A. CORTEJARENA Diario "LA RAZÓN"
Foto personal tomada el 16 de octubre de 2021
Esta placa conmemorativa nos introduce en la historia de uno de los diarios con mayor impacto popular sin ser populista. Reflejó con dedicación la vida cotidiana de la Argentina durante muchas décadas y bajo la dirección de diversas personalidades. En la placa podemos leer: "LA RAZÓN. El carácter, la probidad, el talento y la nobleza de CORTEJARENA. El personal de su diario. 22-1-1877 - 25-7-1921"
RECURSO.
La historia de un diario pionero
La Razón es un diario casi centenario: fue fundado por Emilio B. Morales el primero de marzo de 1905. Vespertino, de tamaño "sábana", pronto impuso un estilo distinto en la prensa argentina. Pero recién en 1911, cuando lo compró el periodista José A. Cortejarena —que había ingresado en su redacción en 1907—, La Razón adquirió un perfil de diario moderno, objetivo y ágil. Cortejarena dice a sus redactores: "No hay que confundir la moral con los sentimientos y los principios con las instituciones: debemos ser parcos en el elogio y serenos en el ataque".
Pero el talentoso Cortejarena murió joven, a los 44 años, el 25 de julio de 1921. Su viuda, Helvecia Antonini, convocó a tres amigos íntimos de su marido para que dirigieran el diario: Angel Sojo, Uladislao Padilla y Gaspar Cornille, quienes siguieron la línea editorial que había fijado Cortejarena.
En 1929, La Razón inauguró edificio propio, en Avenida de Mayo. Ya era un vespertino consolidado, con lectores fieles, que no podían prescindir de un medio independiente y serio.
Pero el diario dio el "gran salto" en 1937, cuando Ricardo Peralta Ramos —casado con una hija de Cortejarena— pasó a ser su principal accionista y su director ejecutivo. También ese año, el periodista Félix Laíño asumió la secretaría general de Redacción. Con él, La Razón inició otra etapa, que revolucionó al periodismo argentino.
En la década del sesenta, el vespertino vendía más de 500 mil ejemplares por día. Eran tradicionales su tipografía, sus títulos, sus copetes, su última página dedicada al espectáculo. En 1963, La Razón empezó a publicar, junto con sus ediciones, la revista Siete Días, que editaba asociada a la Editorial Abril.
Laíño estuvo al frente de la redacción hasta agosto de 1984, año en que Jacobo Timerman se hizo cargo del diario. Pasó de vespertino a matutino, y de tamaño "sábana" a tabloide. Pero el proyecto de Timerman no prosperó.
En los 90, el diario volvió a ser pionero, al hacer "punta" en el mercado de la distribución gratuita.
Esta placa conmemorativa nos introduce en la historia de uno de los diarios con mayor impacto popular sin ser populista. Reflejó con dedicación la vida cotidiana de la Argentina durante muchas décadas y bajo la dirección de diversas personalidades. En la placa podemos leer: "LA RAZÓN. El carácter, la probidad, el talento y la nobleza de CORTEJARENA. El personal de su diario. 22-1-1877 - 25-7-1921"
RECURSO.
La historia de un diario pionero
La Razón es un diario casi centenario: fue fundado por Emilio B. Morales el primero de marzo de 1905. Vespertino, de tamaño "sábana", pronto impuso un estilo distinto en la prensa argentina. Pero recién en 1911, cuando lo compró el periodista José A. Cortejarena —que había ingresado en su redacción en 1907—, La Razón adquirió un perfil de diario moderno, objetivo y ágil. Cortejarena dice a sus redactores: "No hay que confundir la moral con los sentimientos y los principios con las instituciones: debemos ser parcos en el elogio y serenos en el ataque".
Pero el talentoso Cortejarena murió joven, a los 44 años, el 25 de julio de 1921. Su viuda, Helvecia Antonini, convocó a tres amigos íntimos de su marido para que dirigieran el diario: Angel Sojo, Uladislao Padilla y Gaspar Cornille, quienes siguieron la línea editorial que había fijado Cortejarena.
En 1929, La Razón inauguró edificio propio, en Avenida de Mayo. Ya era un vespertino consolidado, con lectores fieles, que no podían prescindir de un medio independiente y serio.
Pero el diario dio el "gran salto" en 1937, cuando Ricardo Peralta Ramos —casado con una hija de Cortejarena— pasó a ser su principal accionista y su director ejecutivo. También ese año, el periodista Félix Laíño asumió la secretaría general de Redacción. Con él, La Razón inició otra etapa, que revolucionó al periodismo argentino.
En la década del sesenta, el vespertino vendía más de 500 mil ejemplares por día. Eran tradicionales su tipografía, sus títulos, sus copetes, su última página dedicada al espectáculo. En 1963, La Razón empezó a publicar, junto con sus ediciones, la revista Siete Días, que editaba asociada a la Editorial Abril.
Laíño estuvo al frente de la redacción hasta agosto de 1984, año en que Jacobo Timerman se hizo cargo del diario. Pasó de vespertino a matutino, y de tamaño "sábana" a tabloide. Pero el proyecto de Timerman no prosperó.
En los 90, el diario volvió a ser pionero, al hacer "punta" en el mercado de la distribución gratuita.
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