martes, 21 de diciembre de 2021

ARTURO E. DEAGUSTINI. Funcionario ecuánime e intachable.

 ARTURO E. DEAGUSTINI. Funcionario ecuánime.

Foto personal tomada el 16 de diciembre de 2021.
Esta placa tiene una etética compleja e interesante. En ella podemos leer: "Homenaje a la memoria de Don ARTURO E. DEAGUSTINI. Gran patriota, amigo leal y funcionario ecuánime e intachable. 8-II-1852 - 13-VIII-1926. Sus compañeros y amigos. 13-MARZO- 1927". En su composición vemos en primer lugar a un ángel que con una mano corre el manto para dejar a la vista el rostro del homenajeado rodeado de una corona de laureles. En su otra mano el ángel es portador de un ramo de flores. Debajo vemos una lámpara para significar sabiduría colocada sobre una pila de libros y una profución de espigas de trigo que posiblemente nos estén hablando de la profesión de esta persona. No hemos encontrados datos sobre este funcionario.
RECURSO.
Corona triunfal de laurel
La corona triunfal, de laurel, láurea o lauréola es una corona formada por hojas de laurel, generalmente entregada como recompensa a poetas (poeta laureado), deportistas y guerreros en la antigua Grecia y Roma. Consistía en un cerco de ramas, siendo en un primer momento de laurel (de allí en latín: lavrĕa), pero luego realizándose en oro.
En cuanto al nombre latino de esta corona (lavrĕa o laura), ha generado una familia de palabras en diversos idiomas; por ejemplo, el adjetivo español: laureada/o y el nombre propio Laura. Que exista en la etimología de esta denominación una posible relación filológica con el nombre de la doble hacha cretominóica (labrix) es aún conjetural. Los orígenes no están del todo precisados, pero parece indiscutible su relación con una corona vegetal semejante: la de olivos que se otorgaba a los ganadores griegos de los Juegos Olímpicos; muchos consideran que Julio César utilizó la corona de oro imitando dos ramos de laurel para disimular su calvicie. En cualquier caso, durante los homenajes de triunfo a los generales romanos victoriosos, estos eran coronados con láureas (es decir: laureados).
Esta corona se ha mantenido como símbolo de la victoria hasta nuestros días, y destaca su uso heráldico, que siempre simboliza la victoria, aunque en escudos de varios países hispanoamericanos, el símbolo de la láurea adquiere un significado adicional de connotaciones, pues no solo simboliza el triunfo bélico sino también la victoria de la libertad.
En cuanto al adjetivo laureado/a, contemporáneamente significa la persona que ha logrado cumplir y superar las exigencias de educación y cultura, especialmente al concluir los estudios medios (o "secundarios") y, sobre todo, los universitarios. También durante los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, las ceremonias de entrega de premios incluyeron la imposición de coronas de laurel.



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