ENRIQUE MELCHOR BALTAZAR MORENO MONTES DE OCA. Militar y diplomático.
Fotos personales tomadas el 14 de agosto de 2021.
RECURSO.
Enrique B. Moreno
Enrique Melchor Baltazar Moreno Montes de Oca (Tacna, 4 de enero de 1846-Alta Gracia,19 de junio de 1923) fue un militar y diplomático, combatió en la guerra del Paraguay. Herido, se dedicó a la diplomacia. Fue enviado como ministro argentino a Paraguay, Uruguay y Brasil. En 1881, siendo ministro, tuvo participación en la fundación de Necochea.
Datos biográficos
Enrique B. Moreno nace Tacna, Perú, el 4 de enero de 1846, debido a que sus padres se exiliaron por cuestiones políticas. En 1860, regresa a Buenos Aires con la intención de continuar sus estudios, pero se enrola en el Primer Batallón de las Guardias Nacionales al mando de Manuel Quintana. Emprende la carrera militar, especializándose en estudios militares e impartiendo clases en la Escuela Militar. En 1865, participa en la Guerra del Paraguay, es promovido a capitán y al ser herido de bala en Carcarañá, se le concede la baja y la separación del servicio. El 1872, es designado teniente coronel y dos años más tarde interviene para reprimir la revolución de López Jordán impidiendo el desembarco en las costas de Quilmes. En 1876 es electo diputado en la legislatura, llegando a ser presidente y vicepresidente de la misma. Asciende a teniente coronel de la Segunda División de Guardias Nacionales en 1880, año que es electo diputado nacional. Cargo que ejerce poco tiempo ya que el presidente Avellaneda lo envía a Paraguay como representante de asuntos internacionales. En 1883, viaja a Uruguay como enviado extraordinario y Ministro plenipotenciario. Con esa misma designación viaja a Brasil en 1885, función que culmina en 1891. Sus dotes de diplomático lo llevan a Italia en 1895, nombrado por el presidente José Evaristo de Uriburu para desempeñar la misma función, la cual se extiende por los países de Suiza, Bélgica y Holanda. En 1909 regresa para ejercer por tercera vez la misma representación en Uruguay. Su desempeño como diplomático fue muy exitoso, por ello, recibió muchos homenajes y condecoraciones. Muere en Alta Gracia, Córdoba, el 19 de junio de 1923. Sus restos se encuentran en el cementerio de la Recoleta. Cabe mencionar que en 1945 el escritor Fermín Vicente Arenas Luque publica el libro "Enrique B. Moreno, un gran diplomático argentino".
Cuestión con Brasil (1889)
La Cuestión con Brasil fue consecuencia directa del litigio secular entre Portugal y España y motivó la pérdida de las Misiones Orientales - 30.650 km. 2- que pertenecían al Virreinato del Río de la Plata, Según los tratados de Madrid (1750) y San Ildefonso (1777), el límite entre los dominios de uno y otro país en dicha zona debía correr, por los ríos Pepirí Guazú y San Antonio. Pero la guerra estallada posteriormente entre aquéllos interrumpió la demarcación, Y la duda existente acerca de la reposición del último de los tratados mencionados, favoreció la ocupación de hecho de Portugal y, luego, de Brasil, en la referida zona. Por tratado entre este país y la Confederación, iniciado por gestión del plenipotenciario brasileño, vizconde de Río Branco, fijóse el límite, por el río Uruguay desde el Cuareím hasta el Pepirí Guazú, por éste hasta su fuente, de donde .seguiría para encontrar la del San Antonio Miní, por el que correría hasta desembocar en el Iguazú, y, por este último, hasta su confluencia con el Paraná (Paraná, 14 de diciembre de 1857). Al procederse empero, a la demarcación, surgió una desinteligencia fundamental: Brasil atribuía las denominaciones de los ríos Pepirí y San Antonio a otros dos ríos situados más al oeste, y, a los mentados, los de Chapecó y Jangada. El tratado no fue, por ello, ratificado, y la cuestión quedó en suspenso. Una negociación iniciada por el plenipotenciario Argentino en Río de Janeiro, Enrique B. Moreno, epilogó, luego de alternativas diversas, en el tratado de 7 de septiembre de 1889 que sometió la cuestión al arbitraje del presidente de Estados Unidos, La Argentina había sostenido, y volvió a hacerlo ante el árbitro por intermedio de su ministro de Relaciones Exteriores, Estanislao S. Zeballos, que los citados ríos limítrofes eran los señalados en el Mapa de las Cortes cuya confección había sido ordenada a raíz del tratado de Madrid, los que habían sido perfectamente individualizados por los comisarios demarcadores en 1789-91. No obstante, el laudo - pronunciado por Grover Cleveland- fue en un todo favorable a la tesis brasileña (5 de febrero de 1895). Un tratado de 6 de octubre de 1898 estableció la línea de demarcación de toda la frontera, adoptando, en los ríos, la de vaguada, salvo en su fuente. Sendos acuerdos celebrados en 1910 especificaron las islas fluviales pertenecientes a cada país.
Italia (1895-1911)
En 1895 fue nombrado Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario en Italia, país en el que realizó adquisiciones navales, selló un Tratado de Arbitraje, fomentó la inmigración y los lazos culturales, y realizó gestiones para frenar la escalada bélica entre la Argentina y la República de Chile. Asimismo, contribuyó mucho con las obras del Hospital Italiano de Buenos Aires.
El tratado de límites en el río Uruguay (1916)
La delimitación de las respectivas jurisdicciones en el río Uruguay se mantuvo indefinida hasta 1916. Los dos países respetaban un modus vivendi, por el cual la divisoria coincidía con la línea del canal que utilizaban los barcos de mayor calado. Sin embargo, análisis técnicos posteriores llegaron a la conclusión de que, en muchos sectores del río, el canal más profundo no era el balizado hasta ese momento. Este hecho provocó dificultades de jurisdicción, pues si se seguía el criterio de los canales más hondos, muchas islas debían cambiar de soberanía.
En el mes de enero de 1916, el gobierno uruguayo envió para la consideración del gobierno argentino un proyecto de tratado que realizaba la delimitación en base al criterio de la línea del thalweg, lo cual coincidía con la posición tradicional del gobierno argentino y representaba el abandono de la línea media defendida por el gobierno uruguayo hasta ese momento. Dicha propuesta se tradujo en el tratado del 28 de septiembre de 1916, firmado por el canciller uruguayo, Baltasar Brum, y el ministro argentino en Montevideo, Enrique B. Moreno. La primera cláusula de este tratado dispuso que:
La línea divisoria entre la República Argentina y la República Oriental del Uruguay desde la desembocadura del Cuareim, seguirá por el thalweg de dicho río Uruguay hasta la desembocadura de éste en el estuario del Plata, quedando bajo el dominio argentino las islas situadas al occidente de la línea divisoria y bajo el dominio uruguayo las islas situadas al oriente de la misma línea.
No obstante, el convenio no alcanzó la sanción legislativa, debido a la férrea oposición del partido blanco uruguayo. El problema sobre la jurisdicción de las aguas e islas del río continuó en estado de indefinición hasta 1961.