viernes, 5 de noviembre de 2021

ÁNGEL PACHECO. Una doliente triste pero nunca desesperada

GENERAL ÁNGEL PACHECO. Una doliente triste pero nunca desesperada. Simplicidad republicana.

Fotos personales tomadas el 31 de enero de 2020

Una construcción con la sobriedad propia de la naciente república, vemos coronada por una figura femenina, una doliente que se apoya sobre una urna funeraria cubierta por el sudario de la resurrección mientras que en la otra mano es portadora de una corona de triunfo y gloria. Todo este conjunto, si bien denota tristeza, nunca llega a expresar desesperación.

RECURSO.
BREVE BIOGRAFIA DEL GENERAL ANGEL PACHECO

Si bien su fecha y lugar de nacimiento fue largamente discutida, varios autores coinciden en que nació en Buenos Aires, y existen registros que su nacimiento habría sido el 4 de Mayo de 1794. Su padre fue José de Diego Pacheco y Gómez Negrete, de origen Español, y su madre, Teresa Concha y Darrigrande, de origen Chilena; quienes se conocieron en Chile, y luego se radicaron en Buenos Aires.

Su carrera militar

Para entender su vida militar, hay que remontarse a un hecho que marcó su vida. Desde temprana edad, Ángel Pacheco comenzó a trabajar en una estancia, que estaba vecina a otra en la que trabajaba Juan Manuel de Rosas; quien alejado de su familia y con el apellido cambiado, tomó la decisión de dedicarse al trabajo rural. Esta relación de vecindad fue muy importante para Ángel Pacheco, quien siendo diez años menor que Rosas, se convirtió en admirador y aprendiz de quien luego fuera su jefe político y militar.

Luego de finalizar sus estudios en filosofía en el Colegio San Carlos, a la edad de 16 años, se incorporó, en el año 1811 como cadete del Regimiento de milicias “Patricios de Buenos Aires” y con tal grado pasó al Regimiento de Granaderos a Caballo el 22 de noviembre de 1812. Su primera gran acción militar fue en el Combate de San Lorenzo. En esa oportunidad, San Martín lo envió desde Buenos Aires con antelación, encargado de que, en carácter de avanzada, fuese preparando la caballería de reemplazo en las distintas postas. El viaje de casi 400km se hizo de noche y con luna nueva, es decir, casi a oscuras.

Pacheco no participó del combate de San Lorenzo, ya que quedó a cargo de los heridos en el convento de San Carlos y de vigilar la flota española que venía desde Rosario por el Río Paraná. De este modo, con un piquete de 40 hombres rechazó otro desembarco realista, cerca de Zárate.

Con posterioridad al combate, San Martín lo promovió a Alférez del primer escuadrón, el 26 de febrero de 1813. En el mes de Noviembre de ese año marchó con el escuadrón de Granaderos a Caballo a apoyar al Ejército del Norte, acompañando al entonces coronel San Martín, quien lo promovió al grado de teniente. Permaneció allí hasta 1816, participando de varias acciones de guerra (Puesto de Marqués, en la cual combatió con el ejército de Martín Miguel de Güemes; Venta y Media; Sipe Sipe, en la que recibió una gran herida de bala en el brazo, entre otras). Permaneció en el Norte y en 1815 fue ascendido a Ayudante Mayor.

Al año siguiente, bajó por La Rioja a Mendoza para incorporarse al Ejército de Los Andes al mando del General San Martín. En el cruce de Los Andes marchó en la escolta de Necochea, intervino en la batalla de Las Coimas y luego en Chacabuco. El 27 de febrero de 1817 fue ascendido a Capitán y el 10 de marzo el General Pueyrredón lo ascendió a Sargento Mayor. Marchó después, a la campaña de Talcahuano y más tarde, en la definitiva acción de Maipú. Participó después en la campaña al sur de Chile, en 1818 y 1819.
Finalmente regresó a Buenos Aires, comisionado para traer los trofeos de batalla.
En 1826 Pacheco quedó a cargo del Departamento Norte de la Provincia de Buenos Aires, siempre al mando del Regimiento de Lanceros. En 1827 participó en la campaña de guerra al Brasil a las órdenes del general Carlos María de Alvear. Allí, participó de la batalla de Ituzaingó, Yaguarón, Yerbal, Camacuá, entre otras que se sucedieron en el actual territorio brasileño.

El 1º de mayo de 1827 ascendió a Coronel efectivo. El 7 de septiembre fue nombrado Comandante en Jefe del Departamento Norte. En noviembre de ese año estuvo a cargo de una expedición contra los pueblos originarios de la provincia de Buenos Aires, marchando hasta la costa del Rio Salado. Luego participó en otras acciones en Guardia de Rojas y en el Salado.

En 1831 mandó las fuerzas de Santa Fe y Buenos Aires, en la batalla de Fraile Muerto (Córdoba), contra los unitarios, comandados por el General Paz. Por este triunfo fue promovido a Coronel Mayor.

En 1833 el gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rosas lo nombra jefe del Estado Mayor en la “Campaña al Desierto”. El ejército estaba planteado en tres formaciones: el ala izquierda partió de Buenos Aires al mando de Juan Manuel de Rosas y acompañado por el General Ángel Pacheco. Su objetivo era bordear la costa Atlántica hasta el Rio Negro, y remontar éste hasta su confluencia con el Rio Limay.

El ala centro partió de Córdoba, pero fue derrotada en la primera batalla y se abandonó la expedición. Por último, el ala derecha partió desde Santiago de Chile, con el objetivo de llevar a las comunidades originarias hacia el sur, pero esta partida también se abandonó al inicio.

Por cuestiones políticas que se suscitaron en Buenos Aires, Rosas se vio obligado a abandonar la campaña y regresar a Buenos Aires. De esta forma, Pacheco continuó la campaña hacia el sur llegando a la desembocadura del Rio Negro en el océano Atlántico. Avanzando con sus tropas por ambas márgenes del Río Negro, Pacheco llega hasta la isla Choele Choel. El 3 de Julio, toma por asalto dicho territorio y apresa a los habitantes de la región. Luego de la campaña, esta isla fue asignada en parte a Rosas y en parte a Pacheco, de modo que en planos de la época se puede ver una porción de la isla con el nombre “Isla del General Pacheco”.

Asimismo, luego de la “Campaña al Desierto” por ley se compensó a quienes habían intervenido en ella con tierras y dinero. A Ángel Pacheco se le asignaron campos en la zona de Salto, provincia de Buenos Aires; que luego transformó en una importante estancia, hacia 1847, gracias a la compra de tierras a otros combatientes.

Al volver a Buenos Aires, desempeñó funciones de Ministro de Guerra, Diputado en la Legislatura de Buenos Aires e Inspector de Armas. Enrolado en las filas del federalismo, intervino en la lucha contra los unitarios. Combatió contra Lavalle en el combate de La Cañada de la Paja, el 5 de agosto de 1840.
Al año siguiente, bajo el mando de Oribe, con fuerzas federales y operando en La Rioja y Catamarca, derrota al coronel José María Videla en San Cala el 8 de enero de 1841. A mediados de ese año operó en Cuyo, en persecución de Lamadrid, el encuentro se produjo en Rodeo del Medio, derrotando a éste, que se refugió en Chile.
En 1842, las fuerzas federales de Oribe y Pacheco, derrotaron en Entre Ríos a las del General Rivera, en la sangrienta batalla de Arroyo Grande. Como consecuencia de este triunfo, intervino durante los años 1843 y 1844 en el sitio de Montevideo.

En 1845 expedicionó contra los pueblos originarios y estableció los Fuertes de Bragado y 25 de Mayo. En 1850 fue elegido Diputado de la provincia ante la Legislatura.
En 1851, al levantarse Urquiza contra Rosas, fue nombrado comandante en jefe de las fuerzas federales. No participó en la batalla de Caseros. En este punto los historiadores no coinciden sobre las posibles causas que llevaron al general Pacheco a no participar. Al caer Rosas, le tocó organizar la defensa de la ciudad de Buenos Aires.
Después de la Revolución del 11 de Septiembre de 1852, se lo nombró sucesivamente, Comandante General de Armas de la provincia, luego General en Jefe de las fuerzas de la Capital y, finalmente, Ministro de Guerra, cargo que ejerció hasta febrero de 1853. Ante un ataque armado a Buenos Aires por la Confederación, cuyo presidente era Urquiza, renuncia a su cargo de Ministro de Guerra y Marina, para ponerse al mano de las tropas y rechaza al ejército de Lagos en diversas batallas en San José de Flores. Allí es herido de bala en el antebrazo. Esta fue la última acción de guerra de Pacheco. La primera en San Lorenzo, en 1813 y la última en 1853. Fueron cuarenta años de campañas militares en cinco países: Argentina, Bolivia, Chile, Uruguay y Brasil.
Su familia**

En 1822 Ángel Pacheco se casó con Dolores Reynoso, nacida en Cádiz, e hija de Domingo Reynoso, que fuera el Intendente del Virreinato del Río de la Plata desde 1803 hasta 1809. Para el momento en que sucedió el casamiento entre Ángel Pacheco y Dolores Reynoso, Domingo Reynoso había enviudado de la madre de Dolores y se encontraba casado con Maria Ignacia Riglos y San Martín.

Por otro lado, una hermana de Dolores, Elvira Reynoso y Mas, se casó con Mariano de Escalada, hermano de la esposa de San Martín.

Del matrimonio entre Ángel Pacheco y Dolores Reynoso nacieron nueve hijos: Angel (quien falleció a temprana edad), José Felipe, Julio, Román, María Elvira, Agueda, Dolores, Eduardo y Pablo. Entre ellos, podemos destacar la descendencia de José Felipe – quien heredó la estancia El Talar – y de María Elvira, quien se casó con Torcuato de Alvear.

José Felipe Pacheco Reynoso, se casó con Agustina Anchorena, hija de Tomás de Anchorena, con quien tuvo un solo hijo: José Agustín Pacheco Anchorena. Este último se casó con otra nieta del General Ángel Pacheco (y por ende, su prima): Elvira Alvear y Pacheco, hija de Torcuato de Alvear y de Elvira Pacheco. De ese matrimonio nació José Carlos Pacheco Alvear, quien se casó con Petronila Pirovano, y tuvieron un solo hijo: José Aquiles Pacheco Pirovano, quien se quitó la vida en el año 1981, sin dejar descendencia.

En cuanto al matrimonio entre María Elvira y Torcuato de Alvear, cabe recordar que este último era hijo del general Carlos María de Alvear – quien, vale recordar, estuvo al mando en la batalla de Ituzaingó - y Carmen Quintanilla. De ese matrimonio nació Marcelo Torcuato de Alvear, quien fuera Presidente de la Nación entre 1922 y 1928.
La Estancia El Talar
Si bien la historia de la Estancia se encuentra detallada en otro artículo, al cual remitimos, en este texto no podemos dejar de mencionar brevemente su fundación y algunas importantes transformaciones realizadas por el General Angel Pacheco en estas tierras.

En sus orígenes, las tierras que conformaron la Estancia “El Talar” pertenecieron a diferentes propietarios desde la fundación de Buenos Aires - a mediados del siglo XVI - momento en el cual Juan de Garay repartió las “suertes” a los nuevos pobladores. En 1837 el General pacheco compró a los herederos de la familia López Camelo una propiedad conocida como “El Talar de López” o “Rincón de López”, tomando posesión el 15 de Noviembre de ese año. La propiedad se extendía entre los ríos De las Conchas, hoy Rio Reconquista, hasta el arroyo Escobar, limitadas al este con el rio Luján y por el oeste con parte de lo que hoy es Campo de Mayo.

Luego de la caída de Rosas, ocurrida en 1852, parte de la familia López Camelo inició un juicio de reivindicación (en año 1855) contra Pacheco, el cual finalizó en 1912. Este pleito se fundaba en defectos en los títulos de adquisición de las tierras, por un intermediario, quien vendió a Pacheco. El conflicto finalizó con un acuerdo por medio del cual se entregó en propiedad los terrenos que hoy circundan la estación del ferrocarril López Camelo, hasta la autopista Panamericana ramal Escobar.

En el año 1853 por instrucción de Ángel Pacheco – quien se encontraba en Europa -, su hijo José Felipe crea en la estancia los primeros 60 lotes destinados a arriendos. Además, comienza las gestiones para construir un puente sobre el Rio de las Conchas (hoy Rio Reconquista) para facilitar el comercio y obtener rentas con la instalación de un peaje. El “Puente Pacheco” se construyó en el añó 1854, totalmente de madera, y estaba ubicado al lado del que hoy se conoce como puente “El Taurita”, sobre la vieja traza de la ex ruta 197. Además, Angel Pacheco acuerda con comerciantes de San Fernando la realización de obras para mejorar el camino.

La Estancia El Talar, fue heredada por su hijo, José Felipe Pacheco Reynoso y su hija Agueda Pacheco de Berdier. Ellos, lo transmitieron a sus hijos José Agustín Pacheco Anchorena (hijo de José Felipe) y cuatro hermanos Berdier, quienes murieron sin dejar descendencia. Por esta razón, el hijo de José Agustín – José Carlos Pacheco Alvear – heredó la totalidad de la Estancia. José Carlos tuvo un solo hijo, José Aquiles, quien se suicidó en el año 1981 sin dejar descendencia. Sus herederos testamentarios vendieron, a fines de la década de 1980, el predio que aún pertenecía a la Estancia El Talar – reducido a aproximadamente 60 hectáreas -, el cual fue adquirido por la familia Ganzábal para desarrollar un barrio privado, en el cual aún se encuentra en pie la casa del General Ángel Pacheco – monumento histórico nacional – las Caballerizas, el Castillo, una pérgola y parte del parque diseñado por Carlos Thays.

Su muerte

El General Pacheco falleció enfermo de pulmonía en Buenos Aires, el 25 de septiembre de 1869. Los restos del general, su mujer y varios de sus hijos se encuentran en un mausoleo construido a su orden en 1861, en el cementerio de La Recoleta. En el acto del sepelio de sus restos, hablaron entre otros, el poeta Guido y Spano y el General Bartolomé Mitre.

El General Pacheco era amigo de Juan Manuel de Rosas desde su juventud. Dice de él Ernesto Quesada “no quiso ser político, ni antes ni durante, ni después de Rosas. (...). Su timbre de honor, su gloria, era haber sido soldado de San Martín: no quería aspirar a otra. Nació con vocación militar y con ella murió, sin haber claudicado una sola vez en su vida”.

http://www.generalpachecoweb.com.ar/historia/biografia.php 





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