LAS PUERTAS COMO FRONTERAS ENTRE LO PROFANO Y LO SAGRADO.
Foto personal tomada el 8 de julio de 2022
Desde hace algunas semanas he comenzado a prestar más atención a las puertas de la Recoleta por su riquísicma carga simbólica. A diferencia de las puertas que encontramos en la ciudad y que marcan la frontera entre lo publico y lo privado, entre al adentro y el afuera, entre el hogar y la calle, las puertas de la Recoleta marcan una frotera entre un espacio de vida cotidiana y que podemos llamar secular y el espacio de una existencia virtual en la memoria, que algunos podría llamar como espacio sagrado. De hecho, y es mi observación que puede ser debatida, los escalones que preceden en muchos casos, ya nos introducen y nos advierten que nos aproximamos a un espacio primigenio, sagrado. Es por ello que al igual que los vitrales, las puertas y los estilos arquitectónicos son partadores de mentalidades que su observación nos permiten recuperar. Estas puertas al igual que las placas conmemorativas son importantes soportes en la transmisión de ese mensaje. En esta puerta con un trabajo de herreria significativo podemos ver la centralidad de la cruz y debajo la corona que con su forma circular nos confirma la posibilidad de eternidad y nos anuncia que todo principio y todo fin es un proceso de eterno recomenzar.
RECURSO.
RECONSTRUCCIÓN SIMBÓLICA DEL PASADO.
Uno de los mecanismos de mantenimiento de la memoria se realiza a través de la textualidad, cuyo soporte son las placas rememorativas que se ponen en el lugar de entierro en fechas posteriores al suceso y en las losas sepulcrales. En una primera mirada, se observa que la mayoría de los discursos aluden a demostraciones de cariño, que establecen los roles familiares de quienes los originaron y remarcan siempre la necesidad de la permanencia del recuerdo. En otros casos, los discursos que han sido elaborados en forma colectiva tienen una estructura más formalizada y aluden a hechos trágicos y al contexto político-social que los rodea.
La memoria colectiva produce reconstrucciones simbólicas del pasado, por medio de la narrativa de los escritos históricos, de la arquitectura y del arte. El monumento funerario es soporte material del discurso sobre el muerto y su memoria, a la vez que un discurso respecto del sector social que lo erigió.
El cementerio, por su naturaleza y finalidad, es un lugar donde el pasado se hace siempre presente, por el sólo hecho de trasponer su portal de acceso; porque en él se encuentran los monumentos característicos de la muerte y, en este caso especial, los erigidos en recordación de hechos de una época de importancia histórica particular para la población por estar relacionados con sucesos luctuosos.
Antropología y muerte. Monumentos conmemorativos de hechos políticos luctuosos en el cementerio de La Plata, Argentina
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