ENRIQUE CARLOS ALBERTO MOSCONI. (1877-1940) Fotos personales tomadas el 31 de enero de 2020.
Por el momento no tengo mayor información sobre el arquitecto o escultor de esta bóveda y el significado de sus signos o símbolos.
RECURSO.
General de División. Enrique C. A. Mosconi (1877-1940)
Enrique Carlos Alberto Mosconi, nació en Buenos Aires el 21 de febrero de 1877. Es el primer vástago varón de un hogar donde ya hay dos niñas. Su padre era un milanés, de profesión ingeniero, que viene a la Argentina contratado para construir ferrocarriles. Aquí contrae enlace con Juana María Canavery (antigua familia porteña) cuyos dos hermanos, uno sacerdote –Tomás Onésimo- recibe en los Campos de Curupaytí las charreteras de teniente coronel, y el otro –Angel- acompaña a Roca en la Campaña al Desierto, retirándose con idéntico grado.
Antes de cumplir los dos años, su padre se traslada a Italia con toda la familia. Allá inicia sus estudios, pero como consecuencia del fallecimiento de su madre, un amigo del padre lo trae a Buenos Aires, donde prosigue sus estudios en el Colegio San José. Luego de dos años de bachillerato ingresa al Colegio Militar de la Nación (26 de mayo de 1891), de donde egresa –a los diecisiete años- con el grado de subteniente, como número uno del arma de infantería y con diploma de honor.
Con el grado de teniente primero es destinado al Estado Mayor del Ejército, desempeñando comisiones topográficas en la zona cordillerana de Mendoza y de estudio y proyecto de líneas férreas de Neuquén a Pino Hachado y de Perico a Orán, entre otras.
Inicia cursos en la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, obteniendo en 1903 el título de ingeniero civil, siendo reconocido como ingeniero militar en el año 1907, cuando alcanza el grado de mayor.
Se lo destina para viajar a Europa y allí se incorpora por dos años al Batallón de “Pioneros de Westphalia”, participando en las famosas maniobras imperiales.
Realiza varias comisiones en Europa y obtiene el título de ingeniero militar en la Academia Técnica de Prusia. Como integrante de la Comisión de Compra de Armamentos en Europa, tuvo una actuación tan destacada que fue felicitado por su brillante desempeño y por las economías realizadas en beneficio de la Nación.
De regreso al país, en 1911 es designado segundo jefe del Batallón de Ingenieros 1, en Campo de Mayo.
Mosconi fue también precursor de la aeronáutica militar. En 1912 –ascendido a teniente coronel- ocupó la dirección técnica de la Escuela de Aviación Militar, obteniendo durante su desempeño el brevet Nº 1 de aviador militar.
Viaja nuevamente a Europa para la adquisición de material y en 1913 participa de los Grandes Ejercicios Tácticos en la región del Elba.
A su regreso es nombrado Subdirector General de Arsenales de Guerra y hacia 1916, Director del Arsenal Esteban de Luca, donde ascendió a coronel el 31 de diciembre de 1917.
Desde 1920 y hasta octubre de 1922 se desempeñó como Director del Servicio Aeronáutico del Ejército, en la Escuela de Aviación Militar, con asiento en Palomar.
Mosconi y el petróleo
La obra desarrollada por el general Enrique Mosconi en sus 63 años de vida fue tan amplia y diversa que resulta difícil exponerla en pocas palabras. De todas ellas hay una que sobresale con nitidez, por lo que significó para el futuro del país: la exploración, explotación, industrialización y nacionalización de nuestro petróleo. Los aspectos más significativos de esta gigantesca obra se inician a partir de su designación como Director General de Yacimientos Petrolíferos Fiscales en 1922, cuando impulsó la exploración de las áreas potencialmente ricas, su extracción, industrialización, almacenamiento y distribución del usuario. De recibir una empresa incipiente, en 8 años la transformó en la más importante de Latinoamérica.
Durante ese lapso rompió con la dependencia que imponían los “trust” internacionales, tales como la Standard Oil y la West Indian Oil Co., filial de la primera nombrada. A esta actividad, Mosconi la denominó “independencia integral” y lo impulsó a expresar: “Los grandes trust son organizaciones insaciables, difíciles de dominar una vez que han tomado de las tierras y se les ha acordado facultades y derechos”.
Afirmó también el general Mosconi: “dos organizaciones, la fiscal y la privada, no pueden coexistir, pues representan intereses antagónicos, destinados a vivir en una lucha de la cual sólo por excepción saldrá triunfante la organización estatista. Para asegurar para nuestro país la riqueza petrolera debe encararse a fondo la cuestión, siendo ello imposible de lograr mientras el Estado no monopolice íntegramente la explotación de sus yacimientos”.
De una empresa deficitaria en 1922 pasó a dar dividendos positivos para el país a partir de 1923. A tal punto que de una producción anual de 350.000 metros cúbicos logró un rendimiento de un millón.
En diciembre de1925 inaugura la destilería de La Plata, la más importante de Sudamérica, que inmediatamente entró a producir nafta, kerosene, fuel-oil y, a menos de cinco meses de su habilitación, comenzó la elaboración de nafta de aviación. En 1929 rebaja el precio de la nafta y en 1930, antes de su renuncia, unifica el precio de dicho combustible en todo el país.
Como práctica empresaria y comercial definió que la explotación petrolera del país abarcara desde el estudio geológico previo a la explotación, la extracción, la refinación del producto en distintos derivados y su almacenamiento hasta la entrega al público consumidor.
Consecuente con su obra petrolera, creó polos de desarrollo en diferentes zonas del país, particularmente en nuestra Patagonia y en el noroeste argentino. Así fue como nacieron localidades que llevan su nombre a las cuales el propio Mosconi se encargó de darle el mayor bienestar posible, tales como escuelas (primarias y de artes y oficios), hospitales, cooperativas de vivienda, clubes deportivos, centros productores de alimentos de primera necesidad (panaderías, etc.), farmacias, servicios médicos y odontológicos, comedores; baños públicos, etc. En síntesis, una concepción y una obra destinada al bienestar del personal afectado a la explotación petrolera.
Lamentablemente la obra realizada por Mosconi, de norte a sur y de este a oeste del país, en la actualidad ha quedado desnaturalizada. Pueblos enteros fueron desapareciendo por la migración de sus habitantes y el avance de la selva los fue devorando.
Otras obras
Participó, en el marco de una comisión de estudio, en el trazado del Ferrocarril Central Norte, entre Ledesma y Orán y en el tendido de líneas de Perico a Ledesma.
Diseñó los cuarteles del actual Regimiento de Infantería Mecanizado 24 “Gral. Jerónimo Costa” (Río Gallegos) y otras instalaciones, como las que ocupa actualmente el Regimiento de Granaderos a Caballo.
Después de haber realizado estudios en Europa (Italia, Bélgica y Alemania) a partir del proyecto y adquisición posterior de una usina alimentada con “gas pobre”, se logró su instalación en Campo de Mayo, que funcionó hasta 1960.
En 1931 el presidente Agustín P. Justo lo designa Director de Esgrima y Tiro del Ejército, que no era otra cosa que un demérito encubierto, mediante el cual quedaba relegado a un papel meramente protocolar.
En 1933 sufre un ataque de hemiplejía que soportó a lo largo de siete años. El 31 de diciembre de ese mismo año fue retirado del servicio activo del Ejército con el grado de general de división. Ya retirado de su vida profesional y pública y mientras libraba una dura batalla por su vida, testimonió su obra al servicio del país en su libro “El Petróleo Argentino – 1922-1930”.
Condenado al ostracismo político, pobre e inválido Enrique Mosconi fallece el 4 de junio de 1940.
En su cuenta personal del banco de la Provincia de Buenos Aires, tenía un saldo de $ 9,90 y la casa, que compartía con sus dos hermanas en la calle Aráoz 2592, adquirida con un préstamo del Banco Hipotecario Nacional, se encontraba hipotecada por falta de pago de cuotas.
De todas las virtudes que adornaron la personalidad del general Mosconi hay una que no se puede dejar de ponderar, aún a costa de ser reiterativos: su gran honestidad, a punto tal de negarse a cobrar el sueldo que le correspondía por su gestión como Presidente de YPF. Su salario como militar lo consideraba suficiente.
Cuando dejó su cargo, al despedirse expresó: “Me hago un deber expresar en esta oportunidad que esta casa ha sido de cristal y que ellos (sus cristales) jamás han sido empañados durante mi presidencia”. También agregó: “Es bueno vitorear a la patria pero mejor es ayudarla a vivir, contribuyendo a su engrandecimiento, progreso y bienestar”.
Fue un varón ilustre, su vida rompe los moldes comunes para transformarse en un ejemplo. No admite fáciles elogios sino que exige penetrar en los rasgos que hicieron de él un destacado militar, un creador vigoroso y un acendrado patriota.
Fuente
Corbière, Emilio J. – Enrique Mosconi y la defensa de YPF, (2008).
Efemérides – Patricios de Vuelta de Obligado
Gassino, Tte. Grl. Francisco E. – General de División Enrique C. A. Mosconi – Revista Militar, Buenos Aires (2001).
Portal www.revisionistas.com.ar
Senen González, Santiago y Bosoer, Fabián – El desarrollo de la industria petroquímica.
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