RUFINA CAMBACERES. Fotos personales tomadas el 18 de septiembre de 2018
PARA TERMINAR CON UNA LEYENDA. TERCER aporte.
Comparto con ustedes una serie de notas que he encontrado en un detallado documento que va sistemáticamente refutando cada uno de los elementos con los que se construyo una leyenda sin sustento. Con paciencia aconsejo leer toda la investigación:
RECURSO.
Cuándo fue sepultada Rufina Cambaceres. La leyenda de Rufina, y su séquito de difusores de la patraña, han contado en sus relatos que el entierro se produjo el mismo día del fallecimiento, es decir, el 31 de mayo de 1902. En esos cuentitos de cementerio, afirman que era un día de mucha lluvia y tormenta, y que por eso no se procedió a inhumar los restos dentro de la bóveda familiar. La fuente que refieren los amarillistas de siempre es un librito de historias de miedo escrito por un tal Ortelli, que sin ningún compromiso con la verdad nos cuenta lo siguiente: “Cuando el cortejo llegó a la Recoleta llovía torrencialmente y así se dispuso dejar el féretro en la capilla hasta el otro día. A la mañana, algunos viandantes se encontraron con un cuadro horrible: una mujer amortajada, fuertemente asida al porta de la Recoleta… ¡Era Rufina Cambaceres! Había sido víctima de un ataque cataléptico y así parecía verdaderamente muerta… Ya repuesta, mediante el esfuerzo imaginable, destruyó la caja mortuoria y salió con intenciones de llegar a la calle. Pero no pudo salir y aterrada murió tomada de las rejas”. Se le recomienda al lector, una vez repuesto del ataque de risas y convulsiones, se dirija a la sección “Recortes”, donde podrá informarse al respecto. Además, según los registros internos del cementerio, el cuerpo de Rufina Cambaceres ingresó el 1 de junio a la cripta familiar sin incidencias. El diario La Nación nos exime de mayores palabras con su breve descripción del clima en la página 5 de su ejemplar del 01/06/902: “El tiempo se presentó claro ayer, aunque no del todo despejado, y luego fue nublándose continuadamente hasta quedar por la noche completamente cubierto. Temperatura máxima: 19,8. Mínima: 12. Media: 17.” Pero no es esa la única precisión sobre esa trágica jornada, sino que con tan solo hojear el diario de ese mismo día se puede leer la necrológica que invita a familiares y amistades a participar del velatorio y sepulcro de Rufina Cambaceres, que finalmente se produjo por la tarde del día posterior al de su muerte.
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