BESTIARIO DE LA RECOLETA.
EL FISIÓLOGO. BESTIARIO MEDIEVAL EL ÁGUILA.
Fotos personales tomadas el 18 de septiembre de 2018 y 24 de octubre de 2019.
Sin lugar a dudas el significado simbólico de muchos animales depende del contexto en que aparecen. El águila sobre la tumba de Domingo F. Sarmiento es muy posible que no tenga ninguno de las implicaciones morales que los bestiarios medievales le atribuyen a este animal, pero aún así forma parte del rico muestrario del cementerio.
RECURSO.
EL ÁGUILA
DIJO el santo y bendito David.‑ «Tu juventud se renovará como la del águila» (Salmo 103,5).
El Fisiólogo dice, a propósito del águila, que tiene el siguiente atributo: cuando empieza a envejecer, su Vuelo se hace pesado y su vista turbia. ¿Qué es lo que hace el águila? Busca en primer lugar un manantial de agua pura y vuela allá arriba, al cielo del sol, y quema todas sus viejas plumas, hace que se desprenda la película que cubría sus ojos, y desciende volando hacia la fuente, en la que se sumerge tres veces, renovándose y volviendo a ser joven.
En cuanto a ti, oh hombre, discípulo de Cristo, cuando el atuendo del hombre viejo te estorbe y los ojos corazón se hayan entorpecido, busca el manantial lKeturenueva la juventud, la fuente de agua viva, que es la palabra de Dios, que dice: «Me han abandonado a mí, la fuente de agua viva», y vuela a las alturas hacia el sol de la justicia, Jesucristo, y despójate del hombre viejo con todas sus obras. Y sumérgete tres veces en el eterno manantial de la penitencia, en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo; y vístete con el ropaje del hombre nuevo, según la imagen con que Dios creó a los hombres; entonces quedará cumplida la profecía de David, y tu juventud se renovará como la del águila.
[Ponce de León]. El águila es el rey de las aves, y su nombre representa la duración de su vida (aetós), ya que vive cien años. Pero, cuando envejece, su pico se curva y sus ojos se vuelven mortecinos, de modo que no puede ver, ni conseguirse el alimento. Entonces se eleva en los aires y, precipitándose ante el viento, se arroja contra una roca abrupta y se destroza el pico. Luego se baña en agua fría, y a continuación se remonta hacia los rayos del sol: en ese momento, la opacidad desaparece de sus ojos, y vuelve a ser joven.
Y tú, hombre prudente, cuando estés abrumado por la multitud de tus pecados, elévate también hacia las alturas, es decir, hacia tu propia conciencia, y precipítate contra la roca, o sea la fe verdadera, y deplora tus pecados, y purifícate en el agua corriente, a saber, en tus lágrimas de arrepentimiento; y a continuación, caliéntate a los rayos del sol, es decir, en la comunidad de creyentes, y despréndete de la inflamación ‑‑o sea, el pecado‑ que nubla tu vista, y tu juventud quedará renovada como la del águila, y recibirás el nombre de «justo» en presencia de Dios.
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