domingo, 26 de septiembre de 2021

MARIANO CABAL. Bestiario: los DRAGONES

MARIANO CABAL. Bestiario de la Recoleta. DRAGONES.

Foto personal tomada el 18 de septiembre de 2018
Una misma obra arquitectónica necestia varias miradas que generalmente no agotan la riqueza de mensajes. En este caso mi objetivo es ampliar nuestra mirada sobre este más que significativo frente arquitectónico y su lenguaje simbólico. ¿Es un dragón o una salamandra?
RECURSO.
¿Qué simboliza el dragón?
El dragón aparece en las mitologías de prácticamente todas las culturas del mundo, con múltiples atributos y variaciones, por lo que no existe una simbología única mundial a la que podamos referirnos.
En China, los dragones pueden simbolizar la buena suerte, el trueno o la sabiduría. Suelen ir asociados a ideas de bondad y prosperidad, ya que se considera que ellos traen la lluvia y, por tanto, son beneficiosos para las cosechas. Ese mito los convirtió en seres asociados al gobierno y, desde el siglo VII al XVIII, el uso de la imagen del dragón fue exclusivo del emperador y su familia o de aquéllos autorizados por la familia real a usarlo, como es el caso de la iconografía de dragones en los templos dedicados al Rey Dragón.
En la misma línea de considerarlos protectores, en los tejados de las casas vietnamitas aparecen dragones esculpidos, ya que se cree que protegen las casas de los incendios.
Por otra parte, el hecho de que el dragón esté asociado al mito de la creación en muchas culturas orientales hace que su figura suponga una representación de la sabiduría ancestral y que se asocien también con la generación de vida y la potencia sexual.
En cambio, en occidente el dragón suele ser un símbolo dual: los primeros dragones de la mitología europea eran seres de carácter divino o mágico, pero en la mayoría de los casos estaban asociados a realidades oscuras, desconocidas o directamente negativas, desde la caída del hombre en el pecado por culpa de la serpiente en las creencias judías a ser guardianes del inframundo en la tradición grecolatina. Seguían simbolizando ciertos valores positivos, como la fortaleza y el valor, pero se da más relevancia a sus valores negativos, asociándolos a menudo con el mal, la envidia, la avaricia… El mito de los dragones que custodian tesoros y devastan ciudades, que es el más extendido hoy en día, aúna toda la simbología negativa acerca de estos seres.
Sin embargo, el dragón occidental también simboliza el poder (propio o del enemigo), y a lo largo de la historia ha habido casos en que se ha usado el dragón como enseña. Un caso interesante son dos órdenes de caballería de la Baja Edad Media: la Orden de los Caballeros de San Jorge y la Sociedad de los Caballeros del Dragón, que identificaban como “el dragón” al enemigo de la fe cristiana, es decir a los turcos otomanos. Uno de los caballeros de la Orden del Dragón fue Vlad Tepes, emperador de Valaquia, que es el personaje real que inspiró el mito de Drácula.


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