viernes, 3 de septiembre de 2021

ANTONIO ETCHEGARAY. Cruz con corona de flores, calaveras y capiteles corintios

 ANTONIO ETCHEGARAY. Cruz con corona de flores, calavera y columnas con capiteles corintios.

Fotos personales tomadas el 19 de junio de 2021.
Como se puede constatar cada una de estas obras arquitectónicas me son útiles para profundizar conceptos y ampliar la mirada. En este caso mirando este frente arquitectónico podemos ver que la preside una cruz en estilo rocalla que imita con cemento los troncos de la naturaleza y en ella se ha colocado una corona de flores que tiene dos simbolos. La forma de la corona nos recuerda aquello que no tiene principio ni fin y las flores le agregan el sentido de los sentimientos y de lo efímero. En el tímpano del frontón vemos una fecha en números romanos: MDXXXLXXXIX. A ambos lados del frontón vemos una urna tal como la roma clásica utilizaba para guardar las cenizas de un difunto cubierta por el sudario de la resurrección y otra corono de flores. Sobre el dintel de la puerta vemos la palabra REQUIEM que seguramente es un consejo que esta dirigido no hacia el titular de esta bóveda sino que es una expresión de deseo dejado en herencia para quienes transitamos estos caminos. Nuevamente aparece la calavera y los huesos que me son útiles para recordar que simbolizan el deseo de promover en nosotros sentimientos de humildad.
RECURSOS.
MEMENTO MORI. Promover la humildad y evitar la vanidad.
…los diversos sentidos, moralizadores y doctrinales establecidos por la Iglesia católica a sus fieles: memento mori (“recuerda que vas a morir”); el triunfo de Jesús sobre la muerte; la memoria del pecado original y su castigo; la invitación a llevar una vida de humildad alejada de toda vanidad (Vanitas); e incluso, “la muerte igualadora”, que independientemente de la condición social, nos hace a todos iguales (Navas, 2020).
Andrés Moctezuma en su investigación sobre La Calavera menciona que el uso de este símbolo es un descubrimiento como cualquier otro donde el hombre puede ver el devenir de su propia existencia, la brevedad de su permanencia, se abre un enigma, un misterio ontológico ¿qué se ha hecho del ser al que remite la osamenta? ¿Qué lugar habita? ¿Dónde se encuentra ahora?






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