MARTÍN ETCHEGARAY. Placa conmemorativa.
Foto personal tomada el 10 de octubre de 2020.
Si bien no tengo datos sobre la biografía de la persona objeto de este homenaje, creo que podemos hacer algunas consideraciones sobre esta obra evidentemente influida por el clasicismo historicista que le brinda a esta obra la buscada dignidad.
Es común encontrar en estas placas un diálogo entre las alegorías que le proporcionan al homenajeado un escala de valores que funcionan como una encarnación de esas virtudes en una persona que ha vivido en ese plano terrenal y que le otorga una cierta credencial de ideal. Aquí vemos a una figura alegórica que en general es una mujer con ropajes de otros tiempos que nos remite a un pasado glorioso que irrumpió a través de la figura de la persona objeto de la conmemoración en este tiempo. En esta escena se produce una tensión entre la figura alegórica y el retrato de Martín Etchegaray, como en muchas otras placas, como si nos enfrentáramos a dos cronologías temporales que se unifican en este homenaje.
femeninas- que lo acompañan son sus credenciales de pertenencia a ese espacio. Esta alegoría ofrenda al retrato una rama de laurel para simbolizar el triunfo de las virtudes cívicas.
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