jueves, 11 de marzo de 2021

MARÍA DEL CARMEN SUSANA ROGRÍGUEZ VIANA. Primera dama

 RECURSO PARA PROFUNDIZAR LA CONMEMORACIÓN DEL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER EL 8 DE MARZO 2021.

Con este material es mi intención recuperar la memoria que vive en este Cementerio de las mujeres protagonistas de nuestra historia injustamente olvidadas. Me sorprende el protagonismo de estas personalidades en la política y cultural. A través de sus datos biográficos se nos abre el entendimiento de las costumbres sociales, la situación de las mujeres, el concepto de promoción social, etc.
MARÍA DEL CARMEN SUSANA RODRIGUEZ VIANA,
PRIMERA DAMA, esposa de Manuel Quintana. 
Fotos personales tomadas el 31 de enero de 2020.
Al rescatar la memoria de esta mujer, tenemos que saber que nación el 9 de julio de 1843, en Asunción del Paraguay y que falleció en la ciudad de Buenos Aires el 5 de mayo de 1930 a la edad de 86 años. Era hija de Ramón de la Paz Rodríguez Sagastume y Francisca Carlota Viana de la Mora y esposa de Manuel Pedro de la Quintana Sáenz Gaona, que llegaría a ser Presidente de Argentina
Como un verdadero indiscreto debe compartir con ustedes un secreto a voces: el Presidente Quintana murió en la cama de su amante, lejos de su legitimo hogar. Sus amigos se vieron obligados a realizar una serie de maniobras para trasladar sus restos sin ser notados hasta la casa de gobierno. Durante el cortejo fúnebre que formaba parte de los honores rendidos a un presidente muerto en el ejercicio de sus funciones, y mientras se acercaban al Cementerio de la Recoleta, la amante anónima del Presidente, se acercó a la legitima esposa y le entregó un paquete que contenía una ropa íntima del difunto, diciéndole: "Esto se olvido su marido en mi mesita de luz". Aparentemente esta anécdota está registrado en relatos dudosos.
RECURSO. SUSANA VIANA DE QUINTANA.
Debió alejarse de su tierra natal cuando apenas tenía 12 años, compartiendo el exilio de su familia. Susana se consagró al cuidado de su numerosa familia y cultivó un bajísimo perfil público.
Sin embargo, en la evocación efectuada por Mercedes Moreno en Caras y Caretas del 17 de mayo de 1930 con motivo de su fallecimiento adivinamos una personalidad con mayores inquietudes de las habituales.
Esa modestia la conservó durante su rol de "Primera Dama", siendo sumamente respetada y apreciada por quienes la conocieron; dedicada a obras solidarias, Mercedes Moreno señala que en más de una ocasión esquivó las rígidas reglas para conseguir su objetivo cuando se trataba de proporcionar beneficios para sus semejantes.
También nos cuenta que hubo varias artistas, sin individualizarlas, famosas a las que asesoró; le encantaba la literatura, la música y le apasionaba el teatro y el ajedrez.
Nunca olvidó el solar de sus antepasados y, cuando las horas difíciles conmovieron al país hermano, hacia allá se dirigió Susana llevando consuelos espirituales y materiales.
Pocos días antes de su muerte, presintiendo el inexorable e inminente final, ella misma dispuso las medidas a tomar en su propio sepelio.
Susana Rodríguez de Quintana
In Memoriam
Por Mercedes Moreno
"El olvido absoluto de sí misma, y una abnegación sin límites, unidos a la modestia que la hizo desdeñar todas las prerrogativas inherentes a su elevado rango y a su actuación preponderante dentro de la sociedad argentina, fueron rasgos característicos de la noble figura cuya vida acaba de apagarse: doña Susana Rodríguez de Quintana.
Las palabras luminosas del monje austero aquilatan la esencia misma del espíritu de la venerable matrona que se ha dormido en la muerte, plácidamente, esperando su despertar sereno en el amanecer de su vida inmaterial.
En la noble y destacada personalidad de la ilustre dama se fundía armoniosamente la grandeza de sus virtudes cristianas con el desenvolvimiento brillante de las dotes de su talento, que amplió su cultura extraordinaria, abarcando las más altas manifestaciones del pensamiento y del arte.
La integridad moral de su carácter le sugería, sin duda, aquella serena indulgencia que prevaleció siempre en sus actos, en sus juicios: centro luminoso de respeto y de cariño en su hogar patricio, que dirigió hasta el último momento de su vida, con actividad infatigable, su actuación señoril en los salones porteños, como en los círculos más representativos de la aristocracia europea, tuvo a su vez rasgos de singular nobleza, inspirando la admiración y el respeto de los hombres de gran prestigio que fueron colaboradores de su esposo, el ilustre presidente don Manuel Quintana.
En la caridad oficial, dado su carácter de dama de beneficencia, como en las distintas instituciones de previsión social, su talento y su actividad impusieron iniciativas generosas en las que olvidó más de una vez la rigidez de los reglamentos.
¡Pero la forma en que ella supo ejercer la caridad privada no puede sintetizarse en estas líneas!.
Tal como las almas elegidas, supo dar, cumpliendo una ley niveladora de amor y de igualdad fraterna.
Jamás hubo en su gesto oportuno siempre, y ¡tantas veces previsor!, el matriz humillante de la dádiva que hiere.
Practicaba el bien, sin ostentación ni condiciones.
En su libreta íntima de apuntes, sólo una breve anotación consignaba el empleo de las sumas con que remediaba más de una situación angustiosa: «Para un socorro, tanto...», «Para limosnas, cuanto...».
Pero ni el nombre ni la inicial siquiera, que pudiera revelar la identidad de las personas a las que prodigaba la gran dama su generosidad inagotable.
Cuántas veces, al obedecer a ese sentimiento imperioso de su bondad, que la hacía reiterar sus dádivas sabiendo que la demanda (en determinados casos) era un abuso, respondía a la razonable advertencia que su gesto suscitaba:- Ya sé que me engañan... ¡Pero qué grande ha de ser su desgracia, cuando tratan de engañarme!
Su luminosa ancianidad, iba a cumplir ochenta y siete años, abarcaba las múltiples actividades de la mente y del corazón.
Más de una artista consagrada hoy por la fama ha surgido al gran público merced al consejo de la ilustre dama, a ese estímulo generoso que la hacía movilizar todas las influencias, para dotar de alas poderosas a la artista cuyas aptitudes no podían ser un secreto para ella. Seguía siempre, con el mayor interés, la evolución moderna de las letras, de la música.
Asidua a conferencias y conciertos, el teatro cautivó siempre sus preferencias, que solía compartir con el más noble de los juegos: el ajedrez.
Perteneciente por su origen a la sociedad más encumbrada del Paraguay, vivió desde su infancia lejos de su patria, perdiendo en el largo transcurso de los años aquella vinculaciones de la sangre y del afecto que podrían haberla atraído nuevamente; pero llegó para el Paraguay la hora del infortunio... luchas internas desgarraron y ensangrentaron la integridad de la heroica nación, y fué entonces cuando la noble dama quiso visitar el solar de los suyos, con el anhelo de consolar y remediar en lo posible las miserias y dolores, lógica consecuencia de la jornada sangrienta.
La viuda del presidente Quintana, gestionó entonces, y obtuvo del gobierno del presidente Sáenz Peña, la cantidad de cincuenta mil pesos. Por disposición del Poder Ejecutivo, zarpaba inmediatamente, rumbo a la Asunción, el barco de guerra en el que dos matronas ilustres, doña Susana Rodríguez de Quintana y doña Carolina Lagos de Pellegrini, acompañadas de S.S. IlMa. monseñor Terrero y el joven sacerdote consagrado más tarde como Obispo de Temnos, llevaban la ofrenda de la Argentina al país hermano.
Ha querido el destino que monseñor De Andrea presidiera hoy el duelo de la sociedad argentina en pleno, acompañando los restos de la noble y venerada anciana -su grande amiga- hasta la última morada.
Indudablemente un fúnebre presentimiento se había adueñado de su espíritu superior y flotaba en derredor suyo. Este sentimiento le sugirió el deseo de preparar personalmente el sitio que debía ocupar en el mausoleo levantado como homenaje al ilustre hombre de estado, y en el que reposa la forma yacente del tribuno.
Este último gesto, realizado tan sencilla y serenamente pocos días antes de cerrar sus ojos a la vida terrenal es la más admirable demostración del temple extraordinario de su alma".
Caras y Caretas del 17 de mayo de 1930






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