BENITO NOEL - CARLOS NOEL. INMIGRANTES MERITORIOS.
Fotos personales tomadas el 24 de enero de 2022
Encontrar estas obras de arte y estos nombres me confirma en la convicción que la Recoleta es principal y claramente el MEMORIAL de esa inmigración exitosa y meritoria y pone en duda esa afirmación que proclama con argumentos parciales que es el espacio de la oligarquía. En este frente vemos una sugestiva obra de arte donde un ángel portador en cada mano de una corona se encuadra en lo que podríamos intuir una cruz. En una de las placas podemos leer: "DON BENITO NOEL 1840-1940. Centenario de su nacimiento. En el altar de su recuerdo le rinde devoto culto la Casa Noel". En la otra placa se nos dice: "A CARLOS NOEL. 1941-3 3n34o -1942. Primer aniversario de su muerte. Ofrenda de admiración a su memoria. Homenaje de la Casa Noel" En la siguiente placa conmemorativa vemos el busto de dos personas destinatarias del siguiente homenaje: "MARTÍN C. NOEL. CARLOS M. NOEL. Unidos en brillante trayectoria por la vida, dejaron con su ausencia un eterno recuerdo en el personal de NOEL Y CIA. Ltda. 8-10-1968"
RECURSO.
Noel, una familia vasca que dejó su huella en Argentina
Carlos Noel Echave fundó la primera fábrica de dulces en el país. Por muchos años, la firma Noel, fue líder de la industria del chocolate y de los dulces.
En 1804 nació en Guetaria, España, Carlos Noel Echave. Luego de la derrota que sufrieron los vascos en la Primera Guerra Carlista, emigró a América. Por aquellos tiempos, en Buenos Aires todavía se desarrollaba la industria criolla que se reducía exclusivamente a la explotación de los saladeros y la producción agropecuaria.
El Sol: la primera fábrica de dulces Noel
En 1847, Carlos Noel, anunció a los vecinos la apertura de su empresa, ubicada en la esquina Europa (hoy Carlos Calvo) y Defensa. La fábrica, llamada El Sol, tenía poca competencia. Allí comenzó a venderles confituras a los porteños y tiempo después empezaron a producir dulces de frutas. Noel en persona inspeccionaba el proceso de fabricación y la compra de los ingredientes básicos como, limón, miel y algarroba, que adquiría en la feria a orillas del Riachuelo o cerca de la iglesia de San Telmo.
El Sol, primera fábrica de Noel.
Años más tarde, cuando sus productos ya se habían impuesto, se lanzó al cultivo de frutales para abastecer su producción. En los primeros tiempos, los dulces se vendían en puestos ubicados en la Recova y en los alrededores del Cabildo.
Los primeros caramelos, una dulzura exitosa
La empresa tuvo enorme éxito y muy pronto, amplió su oferta agregando la fabricación de caramelos, yemas y mazapanes.
Según registros históricos, cuentan que una de sus principales clientas fue Manuelita Rosas, la hija del gobernador, que contaba con las dulzuras de “El Sol” cada vez que organizaba una fiesta.
La muerte de Carlos Noel y un cambio de marca
Carlos Noel falleció en 1865. En ese entonces, su hijo Benito se hizo cargo de la fábrica y realizó algunos cambios significativos, entre ellos, modificó el nombre de la firma. Comenzó a utilizar el apellido de la familia y en 1875 adquirió algunos terrenos en el barrio de La Boca, donde asentó la fábrica de dulces y chocolates.
Dos años más tarde, con el nombre de Benito Noel y Cía. la empresa se convertiría en uno de los establecimientos más importantes de la industria. A partir de su fundación fue un éxito, alcanzando la producción de 40 toneladas de dulce de membrillo en el año 1910.
Martín Noel, el arquitecto de la familia
En 1916, Benito falleció y sus hijos continuaron con el negocio familiar. Uno de sus hijos, Carlos Noel, dirigió la fábrica de chocolates en La Boca. La antigua fábrica estaba situada en Avenida Regimiento Patricios 1570, entre General Daniel Cerri y California, límite entre Barracas y La Boca.
Fue obra del arquitecto de la familia, Martín Noel, en el año 1926. Precisamente Martín Noel, fue un profesional reconocido que desarrolló un nuevo estilo de arquitectura nacido de la combinación del Art Déco y el estilo neocolonial, con elementos precolombinos. La variante estilística de Noel se llamó Neoprehispánico, y dejó muestras acabadas de su arte como el actual Museo de Arte Hispanoamericano Fernández Blanco (antes hogar de la familia Noel), y el notable, y muy bien conservado, pabellón argentino para la Exposición Íbero–Americana de 1929, en Sevilla.
La privatización: Arcor compra Noe
La fábrica Noel se fue deteriorando bajo la conducción de Martín Noel, y luego, el tiempo de las devastadoras privatizaciones de los años 90 en Argentina significó el final para Chocolates Noel.
En 1994, fue comprada por Arcor, que también compró Bagley. La antigua fábrica Noel hoy se encuentra prácticamente abandonada, sólo usada en su parte posterior como garaje.
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