sábado, 31 de julio de 2021

ISAAC FERNÁNDEZ BLANCO. Benefactor. Coleccionista y hacendado.

 ISAAC FERNÁNDEZ BLANCO. BENEFACTOR: Coleccionista y hacendado.

Fotos personales tomadas el 13 de marzo de 2021.
La simplicidad de esta bóveda contrasta con la pasión por la colección de objetos de belleza cotidiana como instrumentos musicales, abanicos y otros elementos que hacen bella la vida. Es digno de rescatar la generosidad cívica para con la ciudad ya que donó tanto su casa que hoy es una de las sedes del museo que lleva su nombre en la calle Hipolito Yrigoyen como la totalidad de su colección.
RECURSO.
ISAAC FERNÁNDEZ BLANCO. (Nació el 17 de octubre de 1862 y falleció en la Ciudad de Buenos Aires el 16 de abril de 1928)
El museo inició su actividad durante la década de 1910, en la mansión donde Isaac Fernández Blanco residía con su familia. Fue el primer museo privado de la Argentina, con un patrimonio formado por la colección privada que Fernández Blanco había conformado durante varias décadas. El patrimonio comenzó a ampliarse con donaciones de varias familias de la aristocracia porteña que querían ubicar sus objetos familiares de gran valor en un lugar prestigioso.
En septiembre de 1921 Isaac Fernández Blanco se mudó con su familia a otro lugar, convirtiendo su mansión en un museo permanente. En 1922 dona el museo a la Municipalidad de la Ciudad, siendo inaugurado el 25 de mayo de ese año como museo municipal. Sin embargo Fernández Blanco continuó, hasta su muerte en 1928, comprando y donando objetos para acrecentar el patrimonio del museo. En 1947 la colección fue mudada al Palacio Noel, sumándose a la colección del Museo Colonial que existía en el edificio y a la colección de un disuelto museo municipal.
Casa Fernández Blanco: contar la vida propia
Las nuevas salas recrean el estilo opulento de una familia tradicional en tiempos de la Belle Époque.´
ADRIANA LORUSSO
Editora de Cultura y columnista de Radio PERFIL
La casa. En 1880, después de casarse, Isaac Fernández Blanco compró la casa contigua a la de sus padres, en el actual emplazamiento del museo. La planta original del edificio correspondía a una típica casa colonial organizada alrededor de tres patios, toda en planta baja. Para ponerla a tono con el nivel de desarrollo del barrio, en el que se acumulaban teatros, tiendas y hoteles de lujo, contrató a Alejandro Christophersen, uno de los arquitectos de moda en la ciudad; que convirtió la vieja casona en un palacio neorrenacentista, el único de ese estilo que queda en pie en la zona.




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