LA SEMANA SANTA EN RECOLETA.
Cabeza ensangrentada inspirado en un poema de san Bernardo de Claraval.
Foto personal tomada el 31 de enero de 202l.
Creo que siempre es interesante relacionar las obras de arte, en este caso un vitral, con la inspiración de un poema para que nos ayude a enriquecer nuestra mirada frente a aquello que nos causa admiración. La música de Juan Sebastián Bach, tomada de una de sus Pasiones y que acompaña este poema de una profundidad y belleza que nos puede emocionar.
1. Cabeza ensangrentada,
cubierta de sudor,
de espinas coronada
y llena de dolor.
¡Oh celestial cabeza,
tan maltratada aquí,
de sin igual belleza,
yo te saludo a Ti!
cubierta de sudor,
de espinas coronada
y llena de dolor.
¡Oh celestial cabeza,
tan maltratada aquí,
de sin igual belleza,
yo te saludo a Ti!
2. Te admiro rostro herido,
espejo de bondad,
aunque en Ti han escupido
con infernal maldad.
¿Quién se atrevió, mi vida,
con loco frenesí
y saña fratricida
a escarnecerte así?
espejo de bondad,
aunque en Ti han escupido
con infernal maldad.
¿Quién se atrevió, mi vida,
con loco frenesí
y saña fratricida
a escarnecerte así?
3. Cubrió tu noble frente
la palidez mortal,
cual velo transparente,
de tu sufrir señal.
Cerrose aquella boca,
la lengua enmudeció;
la fría muerte toca
al que la vida dio.
la palidez mortal,
cual velo transparente,
de tu sufrir señal.
Cerrose aquella boca,
la lengua enmudeció;
la fría muerte toca
al que la vida dio.
4. Señor, lo que has llevado
yo sólo merecí;
la culpa que has pagado
al Juez, yo la debí.
Mas mírame; confío
en tu cruz y pasión;
otórgame, bien mío,
perfecta salvación.
yo sólo merecí;
la culpa que has pagado
al Juez, yo la debí.
Mas mírame; confío
en tu cruz y pasión;
otórgame, bien mío,
perfecta salvación.
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