viernes, 18 de octubre de 2019

Bestiario El LEÓN. LENGUAJE SIMBÓLICO. Bóveda Juan y Emilio Berisso Vignale y Solari

EL LEÓN. LENGUAJE SIMBÓLICO. 
Bóveda Juan y Emilio Berisso Vignale y Solari (Sección: 8; Tablón: 24)
Fotos personales tomadas el 14 de noviembre de 2018; el 8 de abril de 2019 y el 24 de septiembre de 2019.
El lenguaje simbólico sumamente rico y variado que encontramos en este espacio hace necesario un serio aprendizaje si realmente queremos comprender el mensaje que sus residentes tienen para con nosotros. Uno de esos símbolos es un modelo de león muy semejante que aparecen custodiando la bóveda de Martín de Alzaga, de Emilio Berisso y de Ignacio de las Carreras. Seguramente todos ustedes podrán citar otros ejemplares dispersos por los diferentes senderos. Como significado quisiera rescatar, uno muy evidente, que es el de guardián de las puertas. El otro muy ancestral es símbolo de la resurrección que seguramente funcionan aquí como una afirmación de fe en esa vida perfecta que todos están esperando y por ello este es un cementerio y no una necrópolis.
RECURSO
EL LEÓN EN LA EDAD MEDIA

La Edad Media veía también en el león un símbolo de la resurrección de Cristo; entre otras razones, por la referencia a diversos autores que aseguraban que los leones nacen muertos y son despertados a la vida, después de tres días, por el aliento de sus padres. Las representaciones de leones rugientes pueden hacer también referencia a la resurrección de los muertos al día del juicio final. Al aspecto negativo y amenazador del vigoroso león se refieren a representaciones medievales de león devorando seres humanos o animales: generalmente, símbolos de fuerzas o poderes malignos, amenazado- res o castigadores.
De modo parecido, la fuerza del león en su aspecto negativo aparece en representaciones o narraciones míticas de luchas o caza de león, en las que se ofrece la imagen del león como representante de fiereza indomable que es vencida por los héroes (Hércules, Sansón). El león alado es atributo y símbolo del evangelista San Marcos. En heráldica aparece el león, generalmente haciendo referencia a su fuerza, como animal heráldico y manteniendo el escudo de armas. Leo es el quinto signo del Zodíaco. Su elemento es el fuego.
De nuevo representa nobleza y fuerza. Es frecuente encontrar leones, águilas y grifos en las enjutas de las portadas, y también muy frecuentemente en las puertas En estos casos, representan a los guardianes del templo que no impiden el paso al recinto pero advierten que el umbral que se está apunto de traspasar separa el recinto sagrado del templo y el profano del exterior y debe ser el propio hombre quien debe preguntarse si se encuentra en condiciones de dar ese paso. Una variedad muy interesante de la representación de animales guardianes del templo es la de los leones andrófagos, cuya más genuina representación se encuentra en la puerta navarra de Artaiz. En este caso, además, se simboliza con ello la muerte iniciática que supone el paso de toda puerta sagrada.
El Fisiólogo, un texto alejandrino del siglo II III traducido al latín en el siglo IV, constituyó la base para los Bestiarios latinos medievales. Éstos describen las distintas partes del cuerpo del león: la cabeza, donde reside su ferocidad; el cuello y su melena; el pecho, fuerte y potente en oposición a los cuartos traseros, delgados y débiles (antítesis que comporta valores morales de virtud y vulnerabilidad); las patas, las garras y, finalmente, la cola. A las características físicas se suman los comportamientos o “naturalezas” del animal, algunas de ellas descritas ya en la literatura zoológica de la Antigüedad. Las principales, y aquellas con mayor repercusión en la iconografía, son las siguientes: cuando se le va a dar caza, borra sus huellas con la cola para distraer a sus perseguidores: símil de la Encarnación, por medio de la cual Cristo “ocultó” bajo aspecto humano su naturaleza divina. Al dormir, permanece alerta con los ojos abiertos: idea de vigilancia perpetua aplicada a Cristo, que vela por los suyos, y cuya divinidad velaba en el sepulcro mientras su naturaleza humana dormía. Pasados tres días, es capaz de revivir a las crías que nacen muertas mediante su hálito o rugido: una de las metáforas más evidentes de la Resurrección, con especial eco en la liturgia. Perdona al que se prosterna ante él, al igual que hace Cristo con quien se arrepiente.

EL LEÓN EN LA BIBLIA
La Biblia menciona al león tanto en sentido positivo como negativo: Dios se asemeja al león por su poder y Justicia, los israelitas lo asimilaron con la tribu de Judá "que se recuesta como el león", razón por la que figura en el estandarte del reino que lleva el mismo nom- bre, el mismo Cristo se llama "el león de Judá"; pero, por otra parte, también se compara al demonio con un león enfurecido. En la Biblia, es el personaje de pasajes muy importantes, como el encierro de Daniel en un pozo lleno de ellos y la lucha que Sansón emprendió con una de esas fieras, además de varios pasajes en que es usado metafóricamente – como el “León de la tribu de Judá”, que se refiere a Jesús. El mismo Mesías es comparado con un león: Sansón, famoso por su fuerza y valentía, se topó con un león cuando iba a visitar a su futura esposa filistea. Venció al animal sin usar armas.
“Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos. Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos? Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo. Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo. Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.” Apocalipsis 5:1-5






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