viernes, 19 de mayo de 2023

JOSÉ GIULIANO COSTA. EL HELECHO Y LA HUMILDAD.

JOSÉ GIULIANO COSTA. EL HELECHO Y LA HUMILDAD.

Fotos personales tomadas el 15 de mayo de 2023
Muchas veces hemos encontrado en placas conmemorativas hojas casi impedrceptibles de helechos que la simbología cristiana medieval asocial con la humildad, tanto porque carece de los elementos que impactan en las otras plantas, como las coloridas flores o las hojas importantes. El helecho aparece como sinónimo de fragilidad y por los lugares en los que crecen, casi siempre relacionados con la poca iluminación, humedos y marginales se lo considero como una adecuada forma de simbolizar con la HUMILDAD. En esta placa conmemorativa vemos, formando un círuculo ramas de roble y laurel pero en la parte inferior aparecen dos hojas de HELECHO. En la placa podemos leer: "JOSÉ GIULIANO COSTA. +18 junio 1923. La Compañia Argentina de Navegación. (Nicolás Mihanovich Lda.)"
RECURSO.
EL HELECHO.
La planta del helecho aún desprovista de aquellos atributos que a otras dan vistosidad y belleza: atractivas flores, bulbosos frutos, hojas carnosas; encerraban un profundo encanto emanado de su aspecto frágil y delicado, e incrementado por el lugar de crianza: bosques sombríos, lugares olvidados y semiocultos. Estas cualidades no pasaron inadvertidas para los Padres de la Iglesia, pues en sus comentarios aluden al helecho considerándolo símbolo de la humildad. Así pues, el cristianismo pudo haber conferido al helecho un simbolismo derivado esencialmente de sus características botánicas, que se irá incrementando, llegando a simbolizar humildad solitaria, franqueza, y sinceridad
Durante los siglos del Medievo el helecho incrementó su carácter simbólico; tal vez su reiterado uso con fines terapéuticos por doctos e iletrados, cleros y campesinos; y el conocimiento que unos y otros tenían de su morfología y lugar de crianza contribuyeron a ello. De cualquier forma, el helecho en su amplia variedad de formas o especies era la planta más idónea para encerrar una enseñanza moral, una lección de humildad para la Cristiandad; era el elemento apropiado para trasmitir un mensaje doctrinal: “la importancia de la virtud de la humildad en el buen cristiano”; virtud imprescindible entre la numerosísima clase social no privilegiada: el campesinado.
La humildad hubo de ser durante el Medievo una virtud particularmente apropiada a esa amplia y numerosa clase social que constituía el campesinado, para motivarle a continuar sumisa a los estamentos privilegiados, y así mantener inamovible el status socio-político y religioso medieval; que por otra parte, respondía a las exigencias dogmáticas requeridas por la Orden de Cluny, creadora y difusora del Arte Románico.
Por otra parte, considero de importancia relevante incidir en la elevada estima que durante el Medievo se tuvo de esta planta por sus infinitas propiedades curativas, incrementadas notoriamente por las creencias populares, recogidas, como se ha indicado anteriormente, en la obra de Santa Hildegarda (prestigiosa doctora de la Iglesia del siglo XII). El helecho se convirtió en una panacea, capaz de curar todo tipo dolencias y males; y puesto que el dolor y la enfermedad eran considerados manifestaciones diabólicas, esta planta se hizo merecedora, y no sólo a nivel popular, sino en ámbitos religiosos, de un marcado carácter divino, capaz de alejar y vencer el mal, es decir, al diablo. Esto queda confirmado por Santa Hildegarda, que escribe: “El helecho es muy cálido y seco y poco jugoso, pero tiene una gran fuerza, o sea, un poder tal que el diablo huye de él. Y en el lugar donde crece, el diablo no suele poner en práctica sus tretas, sino que más bien esquiva y se aleja de la casa y lugar donde se encuentra, y los rayos, truenos y granizo raramente caen allí, y en el campo donde crece pocas veces cae el granizo. Pero, incluso, el hombre que lo lleva consigo se ve libre de hechizos y de encantamientos y conjuros diabólicos y otras fantasmagorías. Y así se dispone un objeto que represente a alguien para causarle lesión o muerte, y éste lleva consigo en ese momento el helecho, no pude sufrir daño. Porque a veces a una persona se le infiera una maldición a través de una “representación suya”, quedando herida y perturbada como resultado de ello”... .“El mal, por su parte, nace del odio y de la envidia, y así un mal se une a otro mal. Y la sugestión diabólica busca el embotamiento del hombre, y se afianza en él, y de ese modo, continuamente le está poniendo acechanzas, y así un mal se une a otro mal. Y del mismo modo que el ser humano tiene conocimientos buenos y malos, así también tanto las hierbas buenas como las malas han sido creadas para él. En efecto, el jugo del helecho está destinado a la sabiduría, “y en el ámbito de la rectitud natural, representa el bien y la honradez” y, por tanto, toda maldad y hechicería huyen de él y lo esquivan. Porque, en cualquier casa en que se encuentre, el hechizo y las visiones no pueden realizarse. Por tanto, póngase helecho alrededor de la parturienta y cerca del niño, incluso en su propia cuna, para disminuir las acechanzas del diablo, ya que éste, en cuanto ve por primera vez el rostro del niño, siente un gran odio contra él y le hostíga
MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Ana María Quiñones Costa DIRIGIDA POR Fernando de Olaguer-Feliu Alonso La decoración vegetal en el Arte Español de la Alta Edad Media: su simbolismo Madrid, 2002




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