martes, 16 de mayo de 2023

Coronel FEDERICO DE BRANDSEN. Por la libertad y la República.

Coronel FEDERICO DE BRANDSEN. Por la libertad y la República.

Foto personal tomada el 15 de mayo de 2023
En mis primeras visitas me quedaba tranquilo con las fotos que tomaba del frente de estas obras de arte y estos monumento funerarios, pero ahora y con mucho aprendido he comenzado a preguntarme que hay detrás de los mismo. Con esa curiosidad he encontrado esta placa hist{orica que dice: "Por la libertad y la rep{ublica. Coronel FEDERICO DE BRANSEN. Centenario de su ingreso al Ejército Argentino. 1817-6 noviembre-1917". Esta placa me muestra que en otros tiempos hab{ia en la Argentina una memoria histórica y una voluntad de no olvidar que me sorprende agradablemente. Lamento que no hay una placa similar para el Bicentenario de su incorporaci{on al ejercito argentino.
RECURSO.
Federico Brandsen, el que luchó junto a Napoleón
San Martín le prodigó desde entonces gran respeto y cariño, convirtiéndose en su compadre. El 17 de septiembre de 1822 el ya acriollado Federico Brandsen es ascendido a coronel; “…nadie lo supera en valor, y en cuanto a conocimiento y pericia en el arte de la guerra, no es fácil igualarle”.
La historia suele contarse desde el protagonismo de los personajes que mandan. Sabemos con facilidad el nombre de los presidentes, pero es difícil que recordemos a todos sus ministros. Y con los militares, siempre el relato de las grandes épicas argentinas nos pone frente a figuras gigantescas como José de San Martín, Manuel Belgrano, José María Paz, Guillermo Brown y tantos otros.
Charles Louis Frédéric de Brandzen nació en París en 1785, cuatro años antes de la Revolución Francesa. Era hijo de un médico holandés y no tuvo inconvenientes para incorporarse al ejército, estudiando en el Liceo Imperial. Eran los tiempos en que Napoleón Bonaparte se convertía en emperador y era coronado también rey de Italia. Brandzen fue transferido en 1811 al ejército italiano, participando de la campaña contra los príncipes germanos, en la que fue herido en tres ocasiones y es condecorado.
En 1814, luego de la caída de Napoleón y su primer destierro, Brandzen vuelve a Francia y allí lo encuentran los cien días, peleando y cayendo herido bajo las órdenes de Bonaparte, que es derrotado definitivamente. En 1817 nuestro parisino pide la baja del ejército francés. Es el tiempo de su encuentro con Bernardino Rivadavia, quien lo convence de viajar a Buenos Aires, lo que Brandzen hace inmediatamente embarcándose en Calais rumbo al río de la Plata.
El director supremo Juan Martín de Pueyrredón lo destina al 2° Escuadrón del Regimiento de Granaderos a Caballo, que se encontraba en Chile en 1817. Cruza los Andes, participa de la última campaña chilena y luego se embarca rumbo al Perú. Combate bajo las órdenes de Juan Lavalle y se destaca en Nazca. El 8 de noviembre de 1820 en la costa peruana, con sólo 36 hombres del Regimiento de Cazadores, venció a 200 soldados españoles, lo que le significa un ascenso. San Martín le prodigó desde entonces gran respeto y cariño, convirtiéndose en su compadre. El 17 de septiembre de 1822 el ya acriollado Federico Brandsen es ascendido a coronel.
Luego del renunciamiento de San Martín, Brandsen participa de la guerra civil peruana y su bando, el del presidente Riva Agüero, es derrotado por los hombres del mariscal Antonio de Sucre, lo que le vale la cárcel y el posterior destierro ordenado por Simón Bolívar, que aprovechó ese momento para deshacerse de los fieles sanmartinianos. Junto a él compartió ese destino Isidoro Suárez. En 1825, junto a su esposa peruana Rosa de Jáuregui, parte para Chile y desde allí hacia Buenos Aires para comandar el Regimiento 1° de Caballería, nombrado el 23 de enero de 1826 por su viejo amigo el presidente Rivadavia. Parte al frente de batalla contra el Imperio del Brasil, bajo las órdenes del general Carlos de Alvear.
El 20 de febrero de 1827, a orillas del río Santa María, se produjo el mayor enfrentamiento entre los dos ejércitos. Al amanecer el comandante en jefe ordena la disposición de las fuerzas argentinas, y ante la orden de atacar de frente, Brandsen le enrostra: “Nos envía a la muerte”, a lo que Alvear contestó: “Vaya y cumpla mi orden. No me lo imagino a usted discutiéndole una orden a Napoleón”. Hasta hoy los historiadores discutimos si la frase de Alvear fue una forma de poner en orden a un subordinado desobediente en instancias de una batalla decisiva, o sólo una soberbia comparación con el gran corso por parte del argentino. Brandsen calló, cumplió la orden, murió en la batalla con la mayoría de sus hombres, y la victoria se debió en gran parte a su valentía y arrojo.
El mayor elogio al coronel Brandsen lo hizo el general Tomás Guido: “…nadie lo supera en valor, y en cuanto a conocimiento y pericia en el arte de la guerra, no es fácil igualarle”. No deja de ser paradójico que la última morada de Brandsen esté frente al mausoleo del general Alvear, en la entrada del cementerio porteño de la Recoleta.
Fuente: TN





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