MAUSOLEO DE BARTOLOMÉ MITRE. El Deber, la Libertad y la Justicia. Obra de Edoardo Rubino.
Fotos personales tomadas el 18 septiembre de 2018 y el 24 octubre de 2019
Algunas veces descubro que en la Recoleta hay temas de los que nadie quiere hablar y es el caso de la estetica de la tumba mausoleo de MITRE. Tengo entendido que existió un primer monumento funerario que se demolió para dar lugar al actual y es importante destacar la fecha: 1938. En ese momento los gobiernos autocráticos y dictatoriales triunfaban tanto en Alemania como en Italia y se los consideraba en las democracias occidentales como eficaces barreras en contra de los movimientos MAXIMALISTAS, tal como la sociedad se expresaba en esos tiempos, como el comunismo y los anarquistas. En Argentina seguramente el mismo temor y la misma estrategia debe haber afectado el pensamiento de las clases dirigentes y por ello los descendientes de una figura tan importante para el liberalismfo nativo escogio a este escultor y esta estética y estos valores. Eso en cierta manera explica aquello que pocos quieren hablar. La estética de este monumento es francamente FASCISTA y para ello me fundamento en que el escultor de esta obra fue más que cercano al gobierno de Benito Mussolini. Fue electo senador durante ese gobierno y su estetica responde a las ideas apoyadas por ese sistema político y por ello no me sorprende que justamente que la alegoría masculina, con rasgos tan duros y tan hieráticos sea el DEBER, una virtud tan valorada por los sistemas autocráticos y bélicos de entonces y de ahora. Igualmente y a la derecha de la LIBERTAD, que ocupa el centro de la escena, vemos la alegoría de la JUSTICIA blandiendo una significativa espada para destacar el aspecto punible de la misma por sobre el promover la equidad y la armonía.
RECURSO.
La Justicia esculpida y la tumba-mausoleo de Bartolomé Mitre. Mujeres eternamente observadas1 María Ángela Amante y Lorena Russo
La tumba de Bartolomé Mitre (Cementerio de la Recoleta, Buenos Aires) En la presente oportunidad, nos detendremos en el estudio de un grupo escultórico ubicado en el cementerio de la Recoleta: la tumba-mausoleo de Bartolomé Mitre…
Su mausoleo fue realizado por Edoardo Rubino,quien nació en la ciudad de Turín, Italia, el 8 de diciembre del año 1871 y falleció en 1954 en esa misma ciudad.Escultor y diseñador, se formó en la Real Academia Albertina de Turín; más tarde, ingresó en el Curso Superior de Escultura de la misma Academia y se convirtió en discípulo del prestigioso artista Odoardo Tabacchi. Entre 1888 y 1891 ganó menciones y premios en las disciplinas de diseño, escultura y ornamental. Tuvo una prolífica producción artística y expuso en los más destacados lugares de su país.
La obra que aquí analizamos fue inaugurada en el año 1938. Se utilizó mármol de Carrara, material noble y duradero, que trasmite una sensación de “eternidad”.
El artista cinceló tres figuras de pie al frente del mausoleo: en el centro “la libertad”; a su derecha, “el deber”,la única representada por un cuerpo masculino, y a la izquierda, “la justicia”. En la parte superior del mausoleo se encuentra enmarcado, entre dos figuras aladas, el nombre del prócer.
La “justicia” está representada por un cuerpo femenino erecto, con la mano izquierda que descansa en una espada con la punta hacia abajo, apoyada entre sus pies; el pie izquierdo se encuentra más adelantado que el derecho y está calzado con sandalias.
La espada de la justicia procede, de acuerdo con González García (2016), de tradiciones griego helenistas, germanas y judeocristianas, como uno de los símbolos principales de la justicia y del derecho. Denota poder, jurisdicción y capacidad para celebrar juicios. Y, según Cirlot (1992), es un símbolo de fortaleza espiritual.
La imagen está vestida con una túnica hasta los tobillos, que simboliza el yo o el alma, y tiene su cabeza cubierta por un velo. Con sus manos sostiene un pergamino desplegado, representando el conjunto de normas.
Esta identificación del derecho con la ley escrita es frecuente en la iconografía tradicional y resulta coherente con una definición dogmático-normativa, tal como lo hace el positivismo jurídico, que tuvo su auge, precisamente, en el siglo XIX.
Conclusiones
Desde tiempos antiguos, en las sociedades patriarcales, la mujer estuvo frecuentemente recluida al ámbito doméstico y le fue ajeno el espacio de lo público. De este modo, ella no participaba del mundo político ni artístico. Su esfera de actuación quedaba reducida al hogar, es decir, al ámbito reproductivo familiar, y solo participaba del mundo cultural extra-hogareño de manera limitada.
Paradójicamente (o coherentemente), algunas manifestaciones artísticas exaltaron su figura, la sacaron del anonimato y le dieron un espacio de mayor visibilidad.
Los cuerpos femeninos estudiados fueron esculpidos en materiales duraderos, de acceso al público por su ubicación, y muy visibles, tanto por su tamaño como por su ubicación al aire libre.
Aunque las obras de arte pueden provocar en el espectador un sinfín de sentimientos, su representación, en tanto escultura, es estática, trasmitiéndose, en muchos casos, un mensaje “paralizante”; así, los cuerpos femeninos se manifiestan de manera contradictoria y ambigua, oscilando entre el reconocimiento de una supuesta libertad y la sacralización de las figuras de las mujeres, las cuales son transformadas en un objeto para ser observado, es decir, ocupando un rol pasivo en las imágenes.
Simbólicamente, los monumentos y estatuas asociados a la justicia siguen esculpiendo en las actividades y la vida cotidiana de las mujeres la estructura patriarcal histórica y socialmente heredadas.
A través del arte, a lo largo de la historia, al género femenino se lo reconoce en la representación de valores, como por ejemplo, la justicia. Se le otorga fuerza, fortaleza, sosteniendo elementos que utilizaban los guerreros para defenderse y luchar.
La tumba-mausoleo de Mitre, hombre que ocupó diferentes e importantes roles en la función pública en la época de consolidación de la sociedad nacional (Agulla, 1984a y 1984b), constituye un claro ejemplo. Se destaca, entre los ornamentos de su sepultura, la justicia con sus atributos, como símbolo de virtud, materializada en un cuerpo femenino, grande, esplendoroso, visible, inmaculado, aunque inmóvil para toda la eternidad (la muerte).
Gastron, Andrea L. “Cinceles y martillos, balanzas y espadas: representaciones escultóricas de la justicia en Buenos Aires” / Andrea L. Gastron. - 1a ed. - Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Universidad de Buenos Aires. Facultad de Derecho. Secretaría de Investigación / Departamento de Publicaciones, 2020.
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