martes, 15 de noviembre de 2022

LUISA BERNAL DE VILLAR. La Sociedad de Beneficencia de Salta.

LUISA BERNAL DE VILLAR. La Sociedad de Beneficencia de Salta.

Foto personal tomada el 8 de noviembre de 2022
Muchas veces una placa conmemorativa es el comienzo de una investigación que nos permite constatar una serie de problemas. En este caso puedo ver que en Salta existen diversas instituciones, calles y plazas que llevan el nombre de esta personalidad pero en ninguno de ellos he encontrado datos biograficos. Solo menciones de su nombre sin ninguna información. Es la placa que nos informa: "Homenaje de la Sociedad de Benficencia de Salta a LUISA BERNAL DE VILLA, su benefactora y Presidente Honoraria. Octubre de 1934". En ella vemos a una doliente inclinada sobre lo que puede ser un epitafio o un altar aproximando una palma de gloria. La placa que seguramente es de catálogo esta firmada por su fabricantes: GOTTUZZO Y PIANA.
RECURSO.
¿Cuál fue el legado tangible para nuestra provincia de la Sociedad de Beneficencia? De orden moral y educativo, su valiosa presencia en el seno de nuestra comunidad resulta difícil de dimensionar, por cuanto en cada ser sufriente, en cada mujer o niño desamparado, sus miembros encontraron una ocasión propicia para vivenciar sus valores cristianos. Y como pruebas irrefutables de sus acciones quedaron para la historia centros de salud, el actual Hospital del Milagro, inaugurado el 13 de noviembre de 1895, la Maternidad Luisa Bernal de Villar, el Hospital para Tuberculosos “Josefa Arenales de Uriburu”, cuyos benefactores fueron los miembros de la familia Girondo Uriburu, en memoria de su antepasada. El Hospital de Niños, inaugurado el 23 de mayo de 1913, gracias al apoyo económico brindado, casi en su totalidad, por el matrimonio de don Francisco Uriburu y su esposa doña Dolores Uriburu de Uriburu. El gobierno provincial cedió una manzana, con destino a su construcción definitiva, ubicada en el extremo norte de la ciudad, que comprendía las actuales avenidas Sarmiento, entre Juan M. Leguizamón y Entre Ríos, entonces se consideraba a éste emplazamiento como un lugar alejado del égido urbano. Tanto los planos como la dirección para la erección del inmueble, estuvieron a cargo del ingeniero Fernando Solá, asistido por el constructor don Carlos Macchi.



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