miércoles, 2 de junio de 2021

FAMILIA DE BARY. Mausoleo de TEODORO GUILLERMO DE BARY MACKINLAY.

 FAMILIA DE BARY. Mausoleo de TEODORO GUILLERMO DE BARY MACKINLAY.

Fotos personales tomadas el 12 de septiembre de 2020.
Existen muy poca información sobre esta familia y sobre este hombre de negocios y sobre esta arquitectura y obra de arte.
Teodoro Guillermo de Bary Mackinlay nació el 17 de abril de 1876 en la ciudad de Buenos Aires y falleció en la misma el 29 de agosto de 1928. Se lo relaciona con la fundación de la Casa de Cambios TORNQUIST.
En el solar en que actualmente se encuentra lo que queda del Palacio Duhau y que es parte desde 2006 del "Park Hyatt Buenos Aires" ubicado en la Avenida Alvear 1661 y que forma parte del conjunto de las residencias de este barrio antiguamente había en este solar una gran residencia de dos plantas perteneciente a la familia de Teodoro de Bary. Había sido diseñada por el arquitecto Carlos Nordmann en 1898, y albergó en 1910 a la Infanta Isabel de Borbón en su visita a Buenos Aires, con motivo de las festejos del centenario de la Revolución de Mayo.
Lamentablemente hasta el momento no he encontrado detalles de la impactante figura de la doliente que abraza una urna funerario al pie de la cruz
RECURSO.
La señorial y majestuosa morada de Teodoro De Bary, ubicada en Avenida Alvear 1657/71 fue concebida por el arquitecto Carlos Nordmann en 1898 y demolida en el año 1933 para erigir el soberbio palacio Duhau, como símbolo del poderío y prosperidad de esta familia.
Su noble fachada y el nombre de su propietario nos es familiar al siempre señalarse que allí se alojó la infanta Isabel de Borbón durante su visita al país en los fastos del Centenario y, desde sus balcones, asistió al emocionado desfile de sus compatriotas que, con lágrimas en los ojos, contemplaban un trozo de su terruño al que jamás, probablemente, no volvieran jamás.
Pero... como eran estas suntuosas moradas por dentro? que de tesoros deslumbraban a sus visitantes?, como vivían? como era su mobiliario? cual era el entorno en que sus elegantes y refinados habitantes se movían habitualmente?
En esta página, gentilmente, los De Bary nos franquean la puerta de ingreso para admirar algunos sectores de su interior, tal cual era en el año 1927.
Desafortunadamente la vida del palacio fue excesivamente breve debiéndose lamentar la pérdida de una residencia emblemática y bellísima.
Teodoro De Bary, el encargado de crearla y propietario había nacido en Alemania en el año 1845.
A los 21 años llegò al paìs vinculàndose a grandes industrias y casas bancarias, siendo socio de Ernesto Tornquist hasta el año 1913.
En 1898 mandò a construir su residencia particular en la Avenida Alvear que para 1910 recibiò como huesped a la Infanta Isabel en los Festejos del Centenario.
De Bary fue el fundador del pueblo del mismo nombre en el Partido de Pellegrini en 1910, solicitàndole al Ministerio de Obras Publicas de la Provincia el trazado del mismo.
Mandò a edificar la capilla Santa Marta y la Escuela, que permanece hoy como mudo testigo junto al actual edificio.
Fue además, propietario de la Estancia "La Filipina"en su pueblo,"La Guardia" en Areco y "La Julieta" en Guaminì.
Theodoro de Bary Wittenstein, fallecido a los 84 años de edad, en 1929, fue hijo de Samuel Eduardo de Bary Pilgrim, (1801-1895) y de Bertha Wittenstein, quienes habían contraído matrimonio en 1833.
Por su parte, Teodoro, contrajo nupcias en 1873 con Fidela Isabel Mackinlay Casati, nacida en Buenos Aires, en 1854 y fallecida a los 75 años de edad, el 26 de junio de 1929.
Fueron padres de Eduardo Daniel, Alberto Teodoro, Teodoro Guillermo (fallecido el 29 de junio de 1929); Marta Isabel y Dora Isabel
Esta hermosa residencia apenas existió durante 35 años.
Un poco antes de su construcción, en el año 1883, Richard Morris Hunt erigió para el multimillonario William K. Vanderbilt un hermosísimo castillo que parecía trasplantado desde la ondulada campiña del valle del Loira e instalado en plena Quinta Avenida de Nueva York.
Sin embargo, mientras asistía a las carreras de Auteuil, Francia, el 15 de abril de 1920 "Willie", que tenía setenta y un años, cayó derribado por un ataque cardíaco falleciendo tres meses después, el 22 de julio, en su casa de París, acompañado de sus hijos, Consuelo, Willie K y Harold.
A principios de la década del '20 el castillo había ya quedado avasallado por edificios comerciales y bloques de apartamentos, permaneciendo como un pintoresco y ridículo anacronismo.
Finalmente, el 22 de noviembre de 1922 la Empire Trust Company compró el chateau de la Quinta Avenida 660 que por 40 años había sido admirado por el público, siendo demolido el 1 de marzo de 1926. Su lujosísimo interior había sido ya rematado.
Y aunque la historia sea algo diferente, pues, a pesar de todo, la Av. Alvear conserva aún, aunque reducida, su antigua atmósfera señorial, nos recordó la pesadumbre de sus constructores que habían concebido este castillo para perdurar por siglos.
También, y como habrá sido en el caso de la residencia De Bary y de otras aun más grandiosas y versallescas, probablemente sus geniales constructores hayan imaginado para ellas una larga existencia que despertara la admiración y fuera símbolo perdurable del señorío de sus propietarios...
Sin embargo, sus sueños fueron derribados demasiado rápido y Ay! ni siquiera podemos jugar con la fantasía de imaginar en sus artísticos balcones, a una sonriente y satisfecha infanta española que saluda a una multitud de compatriotas que ven en ella, la dulce y nostálgica morriña de la minha terra esa infanta a la que muchos incomodaba por considerarla demasiado "populachera" y que el pueblo sencillamente adoraba...
El tiempo ha arrasado con la residencia y sus fantasmas, sin embargo, le hemos dado, con todo afecto, la chance de sobrevivir en nuestra memoria y, por qué no? también en nuestros sentimientos, evocando aquellos gloriosos momentos del Centenario y de una Argentina que también imaginábase -y lo era- grandiosa y tal como recuperamos aquellos instantes ya perdidos en el tiempo, plegue a Dios que volvamos nosotros, sus herederos del siglo XXI a recobrarlos también..




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