DOMINGO MARÍN. EL GRIFO. Un rico y diverso BESTIARIO.
Fotos personales tomadas el 1º de octubre 2022
Una mirada más atenta y adiestrada puede descubrir en los monumentos funerarios una abundante presencia tanto de animales reales como mitologicos con un contenido simbólico muy rico e interesante.
RECURSO.
Grifo
El grifo (griego: γρυφος, gryphos; persa: شیردال shirdal, ‘león-águila) es una criatura mitológica, cuya parte frontal es la de un águila gigante, con plumas blancas, pico afilado y garras poderosas. La parte posterior es la de un león, con pelaje amarillo, patas musculosas y cola larga.
Descripción
Algunos grifos se representan con orejas puntiagudas en la cabeza o plumas en la cola. De acuerdo con los mitos, es ocho veces más grande y fuerte que un león común y no es raro que se lleve a un jinete con su caballo, o a un par de bueyes, que entran en sus patas. Con sus garras se fabrican copas para beber.
Tiene su origen en Oriente Próximo, pues aparece en las pinturas y esculturas de los antiguos babilonios, asirios y persas.
También se encuentran representaciones de grifos en la pintura minoica, como en el famoso sarcófago de Hagia Triada.
Una leyenda griega relata que el dios Apolo había ido a buscar grifos y había regresado a Grecia cabalgando uno de ellos. Los grifos estaban consagrados a Apolo y vigilaban sus tesoros para protegerlos de los Arimaspos. También custodiaban las cráteras de vino de Dioniso.
Origen
Una hipótesis moderna plantea que el origen real del grifo como criatura mitológica se encuentra en los numerosos restos fósiles de dinosaurios pertenecientes a la familia Ceratopsidae, que se pueden encontrar en gran número en los desiertos de Asia central, especialmente Mongolia. El hallazgo casual de los esqueletos petrificados de estos dinosaurios, de boca en forma de pico ganchudo, amplios huesos escapulares, cola larga y patas con pezuñas de varios dedos pudieron haber dado lugar antiguamente a una reinterpretación de los dueños de esos esqueletos, convirtiéndolos en criaturas mitológicas a falta de un referente real.
Para algunas culturas antiguas, el grifo tenía el poder de controlar los cuatro elementos, (cinco para los hindúes). Según algunos relatos, arrojaban fuego por un orificio junto a su nariz y aire helado de sus pulmones salía por su boca, e incluso se decía que al batir sus alas podían generar maremotos y que al rugir, hacían temblar la tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario