sábado, 4 de febrero de 2023

COMPLEGIDAD DE LA SIMBOLOGÍA CRISTIANA.

COMPLEGIDAD DE LA SIMBOLOGÍA CRISTIANA.

Cuadro de Caravaggio titulado LAS OBRAS DE LA MISERICORDIA
Con el objetivo de presentar una breve introducción a la difícil lectura que nos presenta la simbología cristiana comparto este cuadro donde aparecen en un solo espacio las alegorías de las siete obras de misericordia a las que los cristianos están llamados a realizar frente a toda persona en situación de vulnerabilidad. Algunas de estas obras de misericordia pero por separado, tambikén las podemos encontrar en la Recoleta. Este es el único cuadro de este pintor que permanece en el lugar original para el cual se pensó. Las obras de misericordia son: 1. Dar de comer al hambriento. 2. Visitar a los presos. 3. Ayudar al enfermo. 4. Vestir al desnudo. 5. Dar albergue al peregrino. 6. Dar de beber al sediento. 7. Enterrar a los muertos.
RECURSO.
En un oscuro callejón dos hombres trasladan un cadáver envuelto en un sudario, uno alumbra la escena con una vela, es un sacerdote, el otro lo sostiene por los pies. Mientas, una mujer amamanta con su pecho a un viejo entre rejas y dirige la mirada a un grupo de hombres, de los cuales uno de ellos se encuentra en el suelo, desnudo y algo escuálido, dos dialogan, otro agarra un manto y un último hombre bebe. Y no olvidemos que en el cielo tenemos una virgen con el niño y dos ángeles en arremolinado movimiento. Supongo que a estas alturas la escena ya no entraña misterio, ¿o sí?. Si buscáis una explicación en este cuadro no la encontraréis porque son siete, los siete actos de misericordia de la iglesia católica…
Esta obra encargada por la Hermandad del Pío Monte de la Miseria, nos recuerda que hay que dar de comer al hambriento y visitar a los presos, como hace la mujer amamantando al viejo tras las rejas; vestir al desnudo y ayudar al enfermo, como la figura del joven San Martín que entrega su manto al desnudo y delgado hombre postrado en el suelo; dar cobijo al peregrino, representado en las dos figuras que hablan ya que uno de ellos es el apóstol Santiago; dar de beber al sediento, como sacia su sed el mítico Sansón que bebe en una quijada (mandíbula) de asno.
Tradicionalmente las obras de misericordia se representaban individualmente, pero el astuto Caravaggio nos presenta las siete en una única escena donde aúna cielo y tierra a través de la luz, con la vela del callejón y otro haz más poderoso desde lo celestial, esa iluminación cenital tan frecuente en sus claroscuros. De nuevo lo sagrado y lo profano, las Antiguas Escrituras y los personajes bíblicos se mezclan o encarnan en hombres comunes, en muchos casos de los bajos fondos, que Caravaggio frecuentaba como su hábitat natural, dando así absoluta veracidad a una escena de difícil interpretación para el espectador contemporáneo.




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