ANDRÉS EGAÑA. Ángel suplicante y corona con palmas.
Fotos personales tomadas el 13 de marzo 2021.
Una sola y primera mirada nunca podrá agotar el lenguaje simbólico del que son portadoras estas obras arquitectónicas y artísticas. Es por ello que debemos regresar a ellas una y otra vez para renovar nuestras preguntas y curiosidad.
Tenemos aquí el lenguaje simbólico del ángel suplicante que preside la arquitectura y hace de comunicación entre cielo y tierra, es decir dos formas de existencia y de las palmas y las coronas que nos hablan de triunfos y memoria.
Esta obra arquitectónica nos ofrece toda una simbología gestual digna de ser considerad. El cuerpo implorante de este ángel necesita de parte de quien lo contempla una interpretación. No nos podemos quedar solo con una mirada inocente. Es necesario tener un proceso tanto de reflexión como de crítica. Tiene que producirse una relación de empatía donde nuestros propios sentimientos sean desafiados por la obra artística que presupone que este ángel, mediador y puente entre dos realidades tiene un mensaje para nosotros aún hoy día. La posición de sus manos y su mirada corresponden a un lenguaje corporal que nos habla. Hay en esta obra un lenguaje simbólico que necesita ser decodificado, actualizado a nuestra mentalidad contemporánea que nos ayude a distinguir esos códigos corporales
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