sábado, 26 de septiembre de 2020

PIERRE BENOIT Y EL DELFIN LOUIS XVII

 PIERRE BENOIT Y EL DELFIN LOUIS XVII. PARA DESTRUIR UNA LEYENDA.

Foto personal del corazón recuperado del Delfín en la Abadía de Saint Denis. París, tomada el 17 de febrero de 2018.
Lamento mucho destruir otra legenda que ronda por los caminos del Cementerio de la Recoleta. El padre del ingeniero que hizo los planos de la Ciudad de La Plata nunca fue el Delfín de Francia, el hijo de Louis XVI y de María Antonieta.
RECURSO.
Estudios dados a conocer el 19 de abril de 2000, certifican que “el Delfín” (Luis XVII) murió en una prisión parisina. Esta conclusión impacta de lleno en la otra versión de la historia -sostenida por Federico Zapiola y los descendientes de Pedro Benoit- que afirman que el que murió en la cárcel fue otro niño, mientras el verdadero heredero del trono era enviado a la Argentina con el nombre de Pierre Benoit. Los borbones franceses decidieron a fines de 1999 llevar adelante sus propias pruebas genéticas sobre el corazón del niño muerto en prisión hace doscientos años que se mantiene desde entonces en una cripta real en la iglesia de Saint Denis: las conclusiones de esos estudios determinaron que el niño que murió enfermo en la prisión parisina era realmente el hijo de María Antonieta y Luis XVI, y por lo tanto, heredero legítimo del trono francés. Los científicos de dos universidades europeas que compararon muestras de ácido desoxi-ribonucleico (ADN) del corazón del niño muerto con muestras similares tomadas del cabello de María Antonieta durante su infancia en Austria, consideran que los estudios por ellos realizados dan por resuelto el misterio. Los experimentos fueron realizados por Jean-Jacques Cassiman, profesor de genética de la universidad belga de Lovaina, y por Ernst Brinckmann, de la universidad alemana de Muenster. Ambos científicos llegaron a la misma conclusión. La historia cuenta que el corazón fue extraído del cadáver por el médico que hizo la autopsia al niño en 1795. El órgano fue conservado en alcohol durante muchos años, hasta que uno de sus estudiantes se lo robó. En su lecho de muerte, empero, el estudiante pidió a su esposa que lo devolviese, y tras la restauración de la monarquía en 1814 el corazón le fue ofrecido a varios miembros de la familia real, pero ninguno lo aceptó. Finalmente, el corazón momificado quedó en posesión de la rama española de los Borbones, quienes lo devolvieron a París en 1975. El corazón fue colocado entonces en la cripta real francesa.



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