Logia Masónica: “Obediencia a la Ley” (Sección: 6; Tablón:11)
Fotos personales tomadas el 24 de octubre de 2019.
Desde septiembre de 2018 he comenzado la tarea de realizar un relevamiento con mayor sistema y más abarcativo de las construcciones que se puede encontrar en el Cementerio de la Recoleta de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. En general el material y los recursos relacionada con cada construcción están dispersos y por ello he querido indicar al pie de cada entrada los links que han alimentado la información.
Logia Masónica: “Obediencia a la Ley” (Sección: 6; Tablón:11)
Fotos personales tomadas el 24 de octubre de 2019.
SIMBOLOGÍA DE LAS ABEJAS.
Los aspectos simbólicos de las ABEJAS en la mentalidadcristiana se fundamentan profundamente en las Escrituras. En ellas encontramosdiversas sitas al igual que en los ejemplos aportados por relatos einterpretaciones brindados por diversos predicadores. Clemente de Alejandría en su comentario al texto de Proverbios 6, 8dice: «Ve a ver la abeja y aprende cuán laboriosa es», y en su libro titulado “Stromata” afirma: «Pues la abeja liba de las flores de todo un prado para únicamenteformar una sola miel» Otros escritores cristiano de la iglesia primitiva lacomparan como un ejemplo de la vida espiritual y aún de la vida monástica. Es interesante como en los hieroglifos egipcios las ABEJAS por tener seis patas se la relacionan con los rayos del sol y por lo tanto se lo considera un símbolo solar. Para los hebreos, por su etimología se relaciona a la ABEJA con la palabra y de allí pasa a ser símbolo del verbo. Símbolo de sabiduría y realiza que va a perdurar hasta el Renacimiento ya que la veremos aparecer en diversos escudos de familias romanas que ocuparn el trono papal. En Grecia se la puede ver representada en algunas tumbas como símbolo de la vida después de la muerte. La ABEJA es símbolo de resurrección para la mentalidad cristiana y esto se fundamenta en que durante el invierno no salen de su colmena durante tres meses y parecen desaparecer. Este número tres se lo asimila a los tres día en que Cristo estuvo en su sepulcro antes de resucitar. También se la puede relacionar como símbolo de Cristo, de victoria y de recompensa para quienes salen victoriosos de las pruebas de la vida. Para san Bernardo de Claraval es símbolo del Espíritu Santo.
FAMILIA DE DIEGO DE ALVEAR. Obra del arquitecto ALBERT BALLÚ
Fotos personales tomadas el 8 de mayo de 2019
RECURSO.
Esta obra desconocida de Albert Ballú
(1849-1939), egresado de la École das Beaux Arts, no está contemplada en
ninguna publicación sobre arquitectura, ni en registros oficiales o ediciones
dedicadas a la historia de la ciudad.
Está fechada en París en 1889, mismo año que el Pabellón Argentino, lo que
habla que la viuda de Alvear, Teodelina Fernandez Coronel, frecuente habitué de
esa ciudad todos los años, haya tomado contacto con el arquitecto Ballú para
encargarle la bóveda familiar.
Fue diseñada en su estudio parisino, con materiales del país y trasladada a la
Argentina para su colocación.
El constructor fue Riffaud, lo que no podemos asegurar es que haya viajado para
dirigir las obras o se contempló la posibilidad de contratar arquitectos
locales para esa tarea, lo que sería más probable…
La bóveda
Al ser una obra realizada con cuatro frentes
sobre planta cuadrada, una pequeña plataforma ensancha su límite perimetral, lo
que significa no tener adosada ninguna otra construcción lindera, puede ser
vista por sus lados aunque el reducido espacio entre sus calles no permite
admirarse desde más lejos, lo que hubiese sido ideal tratándose de una
construcción de gran volumetría.
Su fachada principal es la más sobrecargada
referente a lo ornamental, perfectamente simétrica, con un cuerpo medio
saledizo, un zócalo elevado, dos columnas de orden compuesto de fuste acanalado
con capitel corintio, un tramo desde su basa está adornado con guirnaldas.
flores y cintas, sobre éstas un ancho entablamento donde el friso ostenta el
nombre del patriarca de la familia, un cornisamiento con modillones y el
frontis triangular con una cruz en su centro.
Remata un pequeño muro circunferencial liso,
sin aberturas, con pilastras cortas adosadas a sus esquinas, pináculos grandes
y en sus partes medias dos de menores dimensiones.
La puerta de entrada es de hierro y vidrio a
la cual se accede por dos peldaños de mármol, sobre su dintel un arco de medio
punto con escudo con las letras "D y A " entrelazadas y ramos con
flores.
En sus laterales dos hornacinas cobijan
esculturas.
A la derecha, una niña de pelo largo, desnuda,
con una túnica que la cubre y un ramillete de flores entre sus brazos, con su
cabeza hacia a un costado con signos de congoja y tristeza.
En la izquierda, otra niña con las mismas
características, pero con sus manos juntas hacia un lado en señal de rezo y sus
ojos mirando al cielo. Desgraciadamente esta escultura se encuentra en muy mal
estado ya que está quebrada y desencajada en su mitad.
Estan flanqueadas por las columnas salientes
de la entrada y pilastras jónicas adosadas al muro. Ambas esculturas tienen la
firma casi imperceptible de "J.Hugues" (Dominique Jean Baptiste
Hugues 1849-1930), artista que también trabajó con Ballú en el Pabellón
Argentino antes comentado y que realizara algunas esculturas interiores y de
las cuales probablemente nunca sepamos su destino.
Sobre las hornacinas que contienen las
esculturas se encuentra una corona mortuoria atravesada por una antorcha
encendida con su llama flameante dentro de un marco ornamental.
La firma de Albert Ballú la hallamos entre el
zócalo y la base de la columna izquierda y bastante legible a pesar del tiempo
transcurrido.Textualmente dice: "Ballu arch. Riffaud constor, París
1889".
Los frentes laterales de la bóveda si bien
mantienen la misma distribución de su fachada principal, están ornamentados en
menor medida.
La corona mortuoria ya sin antorchas,
pilastras lisas y una ventana con arco de medio punto de posición fija y
movible que ostenta un vistoso vitreaux. Su contrafrente es ciego, carece por
completo de ornatos, salvo por las pilastras divisorias.
Corona esta magnífica construcción una gran
cúpula circular en el centro con tres guardas circunferenciales y en su remate
un tragaluz con estructura de hierro y vidrio.
Interior
De planta elevada, debido a sus dos peldaños por los cuales se accede a su puerta de entrada, se encuentra un descanso de madera donde se bifurcan hacia ambos laterales los sectores que actúan como balcones de herrería artística ubicándose los vitreaux y las escaleras de dos tramos que llevan al subsuelo.
En la pared contrafrente a la entrada
encontramos un grupo escultórico de gran porte donde el busto de Diego de
Alvear, ya mayor, esta sobre un pedestal ornamentado y alrededor cuatro mujeres
de cuerpo entero vestidas con túnicas que probablemente sean algunas de sus
hijas mayores.
Esta firmado en París en 1899 por
"J.Roulleau" (Jules P. Roulleau), afamado escultor que proyectó la
monumental estatua ecuestre de Juana de Arco en combate contra los ingleses.
Sobre este grupo, adosado al muro y en
relieve, los torsos de tres figuras distribuídas de forma triangular enmarcadas
en óvalos.
El superior de mayor tamaño podría referirse a
su madre, Doña Maria del Carmen Saenz de la Quintanilla (1793-1867), y los dos menores
a algunos de sus hermanos, probablemente Urbelino y Emilio, fallecidos con
anterioridad, aunque Emilio no está sepultado aquí sino en la bóveda de los
Fernández junto a su esposa Delia.
Está ornamentado con pilastras lisas y escudos
en los vértices de sus paredes que contienen la letra "A". Desde la
cúpula un lucernario circular con vitreaux de varios colores permite la
iluminación natural que llega desde el tragaluz.
En el sector referente al subsuelo encontramos
un altar y sobre las paredes se ubican los nichos en fila de cuatro.
La gran mayoría de la familia de Diego de
Alvear y sus descendientes más directos se encuentran aquí.
Las placas adosadas a los muros laterales de la bóveda son alusivas a algunos de los miembros que tuvieron actuación más destacada dentro de importantes y fuertes instituciones.
Una de ellas está dedicada al jefe de la
familia, el Dr.Diego de Alvear que el pueblo de Teodelina, al sur de la
Provincia de Santa Fé, lo homenajea en el centenario de su fundación 1875-1975.
Teodelina Fernandez Coronel de Alvear es
recordada por la Sociedad de San José, de quién fuera su insigne presidenta,
fallecida en París en 1909.
Dos placas hacen alusión a su hija, Teodelina
de Alvear de Lezica, esposa de Ricardo Lezica Thompson, nieto de los célebres
Mariquita Sánchez y Martín Thompson, que tanto el Patronato de la Infancia y la
Comisión y Control de las Damas Protectoras del Obrero, dedican a su presidenta
en el año de su fallecimiento, 24-10-1928.
Otra homenajea al Dr.Francisco Uriburu, esposo
de Teodelina Lezica Alvear, periodista, ministro y legislador. Es obsequiado
por el Partido Demócrata Nacional el 9 de Julio de 1940.
Una placa enorme pertenece a Pedro
Christophersen (1845-1930), quién fuera noruego de nacimiento, diplomático y
naviero. Casado con Carmen de Alvear fundarían también un pueblo al sur de
Santa Fé, llamado "Christophersen". Distintos organismos e
instituciones a las que perteneció lo recuerdan en el centenario de su
nacimiento.
Su sobrino fue uno de los grandes
profesionales de la arquitectura, el genial arquitecto Alejandro
Christophersen.
Cuatro placas de diferentes tamaños recuerdan
al matrimonio conformado por Elisa de Alvear y Ernesto Bosch, respectivamente
la Sociedad de Beneficencia y la Sociedad de San José a su presidenta y la
Institución Mitre, y nuevamente la Sociedad de San José a su benefactor.
Por último una que recuerda a Elvira de
Alvear, hija de Carlos Torcuato de Alvear, Intendente de Buenos Aires en
1906/07, y que es un homenaje que le hace su amigo el escritor Jorge Luis
Borges, que la inmortaliza en este poema.
En una de las pilastras y sobre el muro hay
signos de haber existido por lo menos tres placas más que pudieron ser
retiradas o robadas, tampoco podemos saber a quienes estaban destinadas.
Esto ya pasa a formar parte de los miles de misterios indescifrable que se cuentan en esta antigua y fascinante necrópolis.