lunes, 20 de enero de 2020

IMÁGENES MACABRAS, LA CRUZ Y LA FIGURA DEL ÁNGEL.

LAS IMÁGENES MACABRAS, LA CRUZ Y LA  FIGURA DEL ÁNGEL.
Superposición y amontonamiento de elementos tomados de diversas tradiciones se imponen en una primera visita al lugar. Las imágenes macabras son escasas y corresponden a fechas tempranas. En general se limitan a la calavera con tibias cruzadas y si bien el cementerio era católico los símbolos propiamente cristianos son pocos. Sólo la cruz (más del 80% de las tumbas) y la figura del ángel[1]que remata numerosas tumbas son predominantes, en contraposición, por ejemplo, a los pocos casos en los que se representa el cristo crucificado.26 Los elementos exóticos son significativos como las clepsidras aladas, la serpiente ouróbica y la lechuza; sin descontar el gusto por lo egipcio manifiesto a principios del siglo XX. [2] Las imágenes macabras y las escenas de tristeza o desesperación son escasas. Ni en los epitafios ni en la variopinta representación icónica que caracteriza al cementerio la desesperación por la pérdida de un ser querido se impone como forma de conmemoración y como medio de fijación de la memoria. El miedo universal a la muerte, el miedo a la muerte de un ser querido que porta el siglo XIX y el miedo a no ser lo suficientemente valorado, no recurrió en sus formas de representación al desgarro y la desolación. Desenfado, desafío y hasta vitalidad son expresiones pasibles de encontrar en esta ciudad de los muertos. [3]
Sandra Gayol. “LA CONSTRUCCIÓN DEL RECUERDO DE LAS ELITES ARGENTINAS EN EL CEMENTERIO DE LA RECOLETA: EL MIEDO AL OLVIDO Y A LA INVISIBILIDAD SOCIAL, 1880-1920. Colegio de México Universidad Nacional Autónoma de México


[1] La figura del ángel llevando el libro del Apocalipsis y la trompeta, conduciendo el alma al cielo o colocando una corona de laurel al difunto -que en este último caso se laiciza y confunde con la fama- fueron las más habituales. En general son de factura muy cuidada y de una belleza atrapante, siendo ésta quizá una razón importante en su
[2] 7 La ornamentación de inspiración egipcia proviene de la asociación con la ciudad de los muertos que ya había sido instituida en los cementerios europeos. Es difícil encontrar evidencias directas, pero es claro que algunas tumbas de La Recoleta son réplicas de algunos cementerios europeos, especialmente el de Staglieno. La circulación de catálogos con modelos de tumbas europeas, así como el parecido que cobraron algunas porteñas, es sugerente. Cuando se descubren las pirámides egipcias y especialmente la tumba de Tutankamon, proliferaron imitaciones en Buenos Aires. Para las expresiones exóticas en varias construcciones públicas y privadas de la ciudad: Jáuregui, A. y Munilla Lacasa, M. L., "Máscaras y dragones".
[3]  Quizás uno de los ejemplos más significativos sea la tumba de Carlos Pellegrini, vicepresidente de la república y significativo miembro de la sociedad de la época. Fallecido en 1906, construida en etapas, llama la atención el bajorrelieve que evoca la sede del Jockey Club de la calle Florida creado bajo su patrocinio y especialmente la figura, en la cima, del mismo Pellegrini. Colocado por encima del ataúd, sentado sobre él en una actitud que trasluce energía y vitalidad, su postura no sólo desafía claramente a la muerte sino también evoca el rol de Pellegrini como reconocido orador. No sólo sonrie su rostro sino que su mano derecha, levantada, remite a la arenga política









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