ARTURO G. DEAGUSTINI. Amigo leal y funcionario ecuánime.
Foto personal tomadas el 8 de abril de 2019.
Es interesante e importante detenernos en el texto de esta placa dedicada a una personalidad que hoy, lamentablemente, no tiene mayor registro en los archivos más accesibles. El texto de esta placa conmemorativa dice: "Homenaje a la memoria de Don Arturo G. Deagustini. Gran patriota, amigo leal y funcionario ecuánime e intachable". 8 II 1853 - 8 VII 1920. Sus compañeros y amigos. 13 marzo de 1927" Es interesante destacar lo frecuente que aparecen amigos y compañeros de trabajo en estas placas, como si los lazos de amistad tuvieran una gran fuerza que va más allá de la misma muerte.
En primer lugar la mentalidad que subyace en esta placa pertenece plenamente al espíritu predominante de las clases en el poder político de ese tiempo:. Exaltación de los logros personales y el individuo colocado en el centro de la atención. Sorprenden las virtudes que se alaban en esta placa: AMIGO FIEL Y FUNCIONARIO ECUÁNIME. Hoy sería muy difícil decir de un político argentino que es un gran patriota o funcionario ecuánime e intachable sin provocar irónicas miradas y carcajadas.
El ángel que descorre el manto que cubría el rostro del homenajeado nos revela a un personaje rodeado de una prolija corona de laureles. Este mismo ángel es portador de un ramo de hojas que no tengo la menor idea a que planta pertenecen y revela mis limitados conocimientos botánicos. Me pregunto si no son ramos de trigo semejantes a los que encontramos al pie de la placa.
Allí podemos ver un conjunto de elementos muy significativos como la lámpara de la sabiduría rodeada de libros que confirman la cultura del homenajeado.
LA ESPIGA DE TRIGO representa en estas placas y en este espacio las fuerzas de la agricultura, una de las principales riquezas argentinas. Es también un signo de esperanza que vemos en el gesto de todo sembrador y de una prometida riqueza futura lograda por el esfuerzo del trabajo. Es tambien signo de fuerzas latentes, no visibles en el presente, pero que se esperan para un futuro cercano.
Tambien el grano de trigo puede ser interpretado en la iconografía cristiana con la muerte y la certeza de la resurrección fundada en un texto del Evangelio que si el grano de trigo no cae en tierra permanece en soledad y sin producir los frutos esperados. El proceso de germinación del grano depositado en la tierra puede ser toda una parábola del rito funerario del pasaje y transición de las tinieblas de la muerte a la luz de una vida futura en perfección. El texto evangélico que subyace sobre la simbología del grano de trigo dice: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, da mucho fruto» (Evangelio de Juan 12,23-24).
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