BENJAMIN PAZ. Los símbolos de la justicia.
Foto personal tomada el 16 de julio de 2022
Esta placa conmemorativa exige una mirada más detallada. En la parte superior podemos leer en latín. AMBITIO VITAE EJUS JUSTITIA que traducido en forma casi literal podría ser LA JUSTICIA FUE LA PASIÓN DE SU VIDA. Ya hemos compartido una biografía de esta personalidad y por ello ahora nos concentramos en los símbolos de esta placa. Vemos en forma casi central la una figura femenina alegórica apoyada sobre una urna funeraria que por supuesto no tiene la última palabra ya que se la ha cubierto con el sudario de la resurrección. Esta figura tiene en una de sus manos la palma del triunfo o la gloria. Es muy interesante la colección de símbolos que hay en la parte inferior. Allí vemos la BALANZA DE LA JUSTICIA que su significado nos puede llevar al antiguo Egipto. Cadenas rotas para simbolizar la libertad que los CODIGOS abiertos que allí vemos nos aporta en la vida social. La ESPADA DE LA JUSTICIA que simboliza el poder de la ley para diferenciar lo bueno de lo malo en perspectiva social. Finalmente tenemos que prestar atención a lo que se conoce como la MANO DE LA JUSTICIA que algunos reyes de Francia utilizaban en su coronación. Su significado se podría actualizar de la siguiene propuesa: La mano de la justicia. Podemos suponer que el dedo pulgar indica el poder del estado, el dedo índice la necesaria racionalidad de la legislación y el dedo mayor la necesaria igualdad y compasión que sustenta toda legislación. Los dos dedos replegados las convicciones que sustentan los acuerdos y consensos sociales.
RECURSO.
Símbolo de la justicia
Te explicamos qué es el símbolo de la justicia y las características de cada uno de sus elementos: la dama, la balanza y la espada.
El símbolo de la justicia proviene de la antigua diosa griega Diké.
El símbolo de la justicia
Cuando hablamos del símbolo de la justicia, tradicionalmente nos referimos a la figura de una mujer de ojos vendados, en cuyas manos se sostienen una balanza y una espada. Esta mujer es conocida como la “dama de la justicia” o la “diosa de la justicia”.
Normalmente se la utiliza como alegoría de los valores de la justicia en los edificios y los documentos de los sistemas legales en Occidente. En muchas ocasiones, en lugar de la mujer completa, es posible utilizar solamente la balanza o la espada.
Este símbolo ha cambiado a lo largo de los siglos, ya que su origen es difícil de determinar en el tiempo, pero su simbología reúne elementos de diferentes tradiciones mitológicas Occidentales, como la egipcia o la grecorromana, centrales en la construcción histórica de nuestra cultura.
Representaciones similares se hallan en países tan distintos como Alemania, Suiza, Brasil, Canadá, Japón, Hong Kong, Australia o República Checa, con variaciones menores como un cetro, un libro, un trono, un escudo o una corona, cada uno de los cuales suma sentidos específicos a la alegoría, como que la justicia debe reinar, o que debe proteger a quienes lo necesiten. Sin embargo, la espada y la balanza son siempre sus emblemas más comunes.
La dama de la justicia
La mujer que hace de símbolo de la justicia normalmente es una representación de la diosa romana iustitia (“justicia”), equivalente a Dice o Diké en la mitología griega original. Según esta tradición era hija de Zeus y Temis, esta última también asimilada a la justicia (y de hecho, era representada sosteniendo una balanza).
Dice aparece en las antiguas tragedias griegas como una deidad castigadora, que vela por la equidad y atraviesa el corazón de los injustos con su espada, en un papel muy similar al de las Erinias, deidades que velaban por los derechos maternos. Uno de sus epítetos era astrea y se asimilaba a la constelación de Virgo.
En la tradición, tanto Dice como su madre Temis encarnan el símbolo de la justicia, aunque muchos de sus atributos son compartidos con otras diosas romanas como Fortuna (la venda en los ojos) o Némesis (la espada de la venganza).
Pero su representación moderna con los ojos vendados proviene del siglo XV, y se interpreta bajo el lema de la ceguera de la justicia, o sea, que la justicia se debe impartir sin mirar a quién: sin distinguir a nadie por su sexo, raza, proveniencia, etc. De hecho, la primera estatua “ciega” de iustitia fue obra de Hans Giengen en 1543, y hoy en día decora la Fuente de la Justicia en Berna, Suiza.
La balanza de la justicia
El símbolo de la balanza proviene del dios Anubis, que pesaba el corazón de los humanos.
Por su parte, la balanza que a menudo sostiene la dama de la justicia tiene una historia propia que se remonta a la antigüedad egipcia, en cuya cultura era vital el concepto del Maat, el equilibrio universal. Tanto así, que dicho concepto era encarnado en una diosa con el mismo nombre, en cuyas manos se dibujaba, justamente, una balanza.
Además, los egipcios pensaban que en el inframundo el difunto sería juzgado por Anubis, quien depositaría su corazón en una balanza y una pluma de avestruz en el otro platillo, para ver si era digno de ingreso al reino de los muertos. Esa es la razón por la cual el corazón era sepultado junto con el cadáver, a diferencia del resto de los órganos, extraídos durante el proceso de momificación.
Este símbolo fue heredado por los griegos y a su vez por los romanos, y llega a nosotros hoy en día como emblema de la equidad, es decir, de las decisiones tomadas contemplando en bien mayor. La balanza (o a veces las manos mismas de la diosa iustitia) mide el peso de las cosas, contrastando el bienestar individual con el colectivo, o el bien a corto plazo con el bien a largo plazo.
La espada de la justicia
Como hemos dicho antes, la espada de la justicia puede provenir de otras deidades similares, como Némesis (“retribución”), o la propia Diké. Del modo que sea, representa el brazo castigador de la justicia, por lo que a menudo se trataba de una espada de verdugo o ejecutor. Dicha espada incluso puede llegar a tener doble filo, simbolizando así la razón y la justicia, que pueden esgrimirse a partes iguales.
La espada de la justicia fue un emblema de las monarquías absolutistas, en las que el poder de impartir justicia recaía por completo en las manos del rey o del monarca. De hecho, aún se encuentra en las joyas de la corona del Reino Unido. Su interpretación moderna, en cambio, apunta al monopolio de la violencia que se le otorga a las fuerzas del Estado: sólo así puede ejercerse de manera justa, para lo cual existe el poder judicial en la República.
No hay comentarios:
Publicar un comentario