viernes, 19 de febrero de 2021

MARTÍN JOSEF DE ALTOLAGUIRRE. Hermandad de la Santa Caridad de Jesús

 MARTÍN JOSEF DE ALTOLAGUIRRE. Iglesia de Nuestra Señora del Pilar.

Fotos personales tomadas el 5 de octubre de 2018
En el día de hoy nos vamos a desplazar un poco e iremos al encuentro de una de las lápidas que encontramos en esta iglesia y que en cierta forma nos revela la forma de recordar a los personajes significativos de la sociedad. En esta lápida que se encuentra a los pies de una significativa imagen colonial de Cristo, podemos leer la siguiente inscripción: "Aqui yase D. MARTÍN JOSEF DE ALTOLAGUIRRE, que falleció el día 8 de Diz de 1813. REQUIESCAT IN PACE. Agrónomo y funcionario público. Hermano Mayor de la Santa Caridad de Jesús. 1736-1813"
Acompaño un estudio sobre la asistencia social y la evolución que ha tenido esa Santa Hermandad porque ilustra mi concepto de una trabajo histórico. Muy pocos adjetivos y un gran esfuerzo para comunicar la mentalidad y la intencionalidad primera de ese grupo social sin hacer una evaluación anacrónica y muy por el contrario comienza como buen historiador haciendo una serie de preguntas para construir posibles hipótesis.
RECURSO
Capítulo II La Intervención en lo Social como una de las vías de ingreso a la Modernidad en Buenos Aires
El desorden de los cuerpos
Los inicios de la Intervención en lo Social llevan, en si mismos una serie de interrogantes.¿ Qué fue lo que motivó el desarrollo de estas nuevas estrategias.?;¿cómo se constituyeron en discursos portadores de “verdad”?; ¿ por qué las prácticas médicas tendrán un papel tan importante?; ¿dónde se dan los puntos de encuentro entre prácticas aparentemente tan diferenciadas como la medicina, la guerra, la filantropía o la evangelización?; ¿ dónde se hace transversal el discurso político en este juego? Y por último ¿cuáles son las inscripciones jurídicas en toda esta cuestión?
En Buenos Aires, el surgimiento de la Hermandad de la Santa Caridad muestra la aparición de una primera forma organizativa, que intervendrá en lo social. Pero, la vía de entrada, curiosamente, no se relaciona con las formas típicas de la Filantropía, sino que tiene una estrecha relación con la muerte.
La Hermandad, aparece como la primera Institución vinculada con lo que hoy denominaríamos Acción Social: Las intenciones de la misma se relacionaban con intentar resolver el problema de los cadáveres que quedaban sin sepultura...”Y a todo esto, se agregaba el problema del entierro. Si se era hombre “de posibles”, no faltaba el sitio en alguna de las principales iglesias, cuyos pisos llegaron a tener más lápidas que embaldosado. Si no se era tan importante, estaba el camposanto, al lado del templo. Pero el pobrerío, los indios, los mestizos, los negros, los ajusticiados y los forasteros, ¿dónde iban a parar?...Nace así la idea de la Hermandad de la Santa Caridad de nuestro Señor Jesucristo.”...(Luqui Lagleyze, J. P; 59) .
Ocurría que Buenos Aires vivía bajo constantes epidemias que generaban índices de mortalidad significativamente altos, se utilizaban fosas abiertas, huecos en pleno centro de la Ciudad como el “Hueco de las Animas”, en la esquina de las calles denominadas hoy Rivadavia y Defensa, frente a Plaza Mayor, hoy, Plaza de Mayo. En otros casos, los cadáveres eran depositados bajo las arcadas del Cabildo y puestos en exhibición, por si alguien los reclamaba, a su lado se colocaba un platillo para que se aportasen limosnas para pagar el entierro. Los ajusticiados eran dejados pendientes de la horca, hasta que alguien los retiraba. Los entierros eran costosos y tenían un arancel eclesiástico: Entierro mayor 30$, entierro menor ; 18$; de negro o de indio 2$; de siete años para abajo 11$ de pobre de solemnidad o conocido pobre , si es español y menor si es indio o mestizo 2$.( AGN. Citado por Luquy Lagleyze,J)
La complicación creciente de estas cuestiones, motivaron quejas y solicitudes a la Corona Española. En 1760; Francisco Alvarez Campana, eleva una nota significativa: “....en la Catedral no quieren darle sepultura, y pretenden que se les pague el entierro con el producto de las limosnas que se recogen...Han dilatado por muchos días el dar sepultura a los cuerpos, por esperar que se junte la limosna correspondiente para la satisfacción de sus derechos parroquiales, dando lugar a que los coman los cerdos y otros animales , por tenerlos arrojados en lugares muy inmundos”...(Citado por Luqui Lagleyze, J. P; 60).
Las complicaciones hacen que el 29 de Abril de 1760 se expida una Real Cédula, en la cual el Rey rogaba y se encargaba al Obispo reprender en forma severa a esos sacerdotes que cobraban por dar sepultura y dar fin cuanto antes al problema.
En aquellos años, Juan Guillermo González de Aragón, nacido en Cádiz, fundará la Hermandad de la Santa Caridad. Este contrajo matrimonio con Lucía de la Caridad Islas y Alva en Santiago del Estero. Al enviudar se traslada a Buenos Aires, donde vive diferentes epidemias y toma contacto con los problemas anteriormente mencionados. Allí realiza una serie de reuniones con vecinos con la idea de fundar una hermandad que se encargue de dar sepultura a aquellos que no tienen recursos, de manera similar a unas Instituciones que existían en Cádiz y Sevilla. Luego de una serie de trámites, autorizaciones y búsqueda de apoyos se fundará la Hermandad de la Santa Caridad en 1727, siendo luego su principal impulsor José Gonzalez y Aragón, hijo de Juan.
Por otra parte, estas primeras intervenciones muestran también el inicio de formas organizativas por fuera de los canales formales, como el Cabildo, la Iglesia, etc.
La motivación principal de las primeras actividades, no se relaciona con una idea básicamente filantrópica sino, pareciera más bien, con resolver un problema que “molestaba” a los habitantes de la ciudad y hacía que esta fuera casi inhabitable. La visibilidad de la muerte, implica una dificultad, pero, esencialmente una sensación de “desorden”, en tiempos que se aproximaban rápidamente a la llegada de la Ilustración. Esa visibilidad, mostraba descarnadamente la vida social de Buenos Aires. Una ciudad que en poco tiempo será una de las puertas de la modernidad en América.
Desde la Hermandad, en todo su desarrollo histórico, las intervenciones en lo social serán cada vez más abarcativas, pero, lentamente se irán corriendo hacia la medicina especialmente a la asistencia médica de los pobres.
La Acción de la Hermandad se encontrará, rápida e inevitablemente con la Filantropía, en términos de tomar contacto con la vida de los otros, ordenar su cotidianeidad, vigilar su salud, el estado de la vivienda, detectar anormalidades, etc.
En definitiva, de la preocupación por los cuerpos de los muertos se pasará a intervenir sobre los cuerpos de los vivos. De esta manera, Filantropía y prácticas de salud, formarán parte de lo que Foucault denomina la <<política del cuerpo>>, desde la perspectiva de un “gran fantasma” denominado <<cuerpo social>>, que se habría conformado por la sumatoria universal de las voluntades expresadas en el contrato societario.
Pero, lo que motiva las intervenciones, es ese desorden de los cuerpos; cuerpos abandonados, mutilados, muertos, que están a la vista de la ciudad. No son cuerpos que tienen el heroísmo de la batalla, muchos de ellos provienen de la vergüenza del patíbulo o de la indigencia. No se trata , de lo que queda luego de un campo de guerra, o tal vez sí, cuerpos producto de una nueva forma de la guerra se se entromete en la filigrana de la paz, cuerpos, que hoy llamaríamos de la exclusión, y en definitiva se trata de no verlos, de ocultarlos. No son cuerpos que fueron mutilados por las armas de la lucha, solamente un tenebroso espectáculo de cuerpos abandonados, que no pueden ser enterrados por falta de dinero, que sigilosamente son quitados de los patíbulos, que juntando limosnas son enterrados. Es el desorden de los cuerpos abandonados, una de las causas de la aparición de la intervención en lo social en el Río de la Plata.





                                ESTA TUMBA ESTÁ A LOS PIES DE ESTA IMAGEN DE CRISTO.


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