FAMILIAS DE ACHORENA. NICOLÁS Y JUAN ANCHORENA.
Fotos personales tomadas el 24 de octubre de 2019.
Es interesante observar la arquitectura de esta bóveda. Más allá de su estilo neoclásico, nos encontramos en lugar destacado la imagen de la CLEPSIDRA ALADA que por su abundancia en las obras de fines del siglo XIX y principios del XX en este cementerio, le otorgan a este espacio una identidad inesperada. La simbología establece siempre un diálogo que nos impulsa a aprender su lenguaje porque de otro modo estas construcciones permanecen mudas y solo nos muestran lo superficial. La clepsidra siempre es un recordatorio de aprovecha el tiempo de forma intensa. Aprovechar este tiempo de nuestra existencia porque en el más allá el tiempo desaparece. A ambos costados de la puerta central encontramos dos alegorías cuya identidad, por el deterioro de las mismas mantienen en reserva su identidad.
Es de destacar que esta familia tiene un escudo de armas de caracter familiar.
RECURSO.
NICOLÁS DE ANCHORENA.
POR OMAR LÓPEZ MATO
Nicolás de Anchorena nació en Buenos Aires, el 1 de agosto de 1785, hijo de don Juan Esteban de Anchorena y de doña Romana Josefa López de Anaya.
Realizó sus estudios en el Colegio de San Carlos, y desde joven se dedicó al comercio como sus hermanos Juan José Cristobal y Tomás Manuel (que se graduó de abogado).
Participó activamente en política. Perteneció al Partido Federal y desde 1821 fue miembro de la Sala de Representantes. Decidido opositor a Rivadavia prestó su apoyo para la elevación de Dorrego al gobierno de Buenos Aires. Estuvo a su lado durante el motín del 1ero de diciembre de 1828. A consecuencia del triunfo de Lavalle se vio obligado a emigrar, mientras sus dos hermanos eran confinados en un barco. En esta situación permaneció hasta la Convención de Barracas, que le dio el poder a Rosas, su primo.
Elevado Juan Manuel de Rosas al poder, Nicolás actuó en política. En 1832, fue designado miembro de la Comisión encargada de redactar el Código de Comercio con Mateo Vidal y Faustino Lezica. El 3 de junio de 1833, en su carácter de diputado propuso que la Legislatura tratara un proyecto de Constitución para la provincia bajo la forma federal. Con intención política Rosas expresó su adhesión pidiendo no una Constitución provincial sino nacional. Proyectada por la Comisión de Negocios Constitucionales debió ser postergada por la Revolución de los Restauradores. Electo gobernador de Buenos Aires, en 1834, no aceptó el cargo. Anchorena se opuso a la delegación de la Suma del Poder Público por la Junta de Representantes y del pueblo en el plebiscito de los días 26 a 28 de marzo de 1835 que contó con la adhesión de la campaña, porque creaba el poder absoluto con todos sus males, como lo anticipó en un elocuente discurso pronunciado en la Legislatura. Se opuso a tal delegación “por el honor del héroe y de la provincia de Buenos Aires”, “idea fomentada por los enemigos”, manifestó.
En 1836, adquirió al Estado el edificio de la Recova vieja, en la suma de 250.000 pesos como reembolso de otra cantidad igual que había prestado al gobierno de Rosas. (En realidad se cuenta que intimidó a los primitivos propietarios que vendieron el bien a los hermanos Anchorena por miedo a una venganza). Tuvo un sonado pleito contra José María Riglos en el juicio de retracto sobre alhajas y perlas de la familia entablada por este, y debido a que lo perdió, fue elevado en queja a Rosas contra la sentencia de la Cámara de Justicia en 1836. Después de un año, Rosas envió los antecedentes a la Junta de Representantes, de allí la ley de 1838, restableciendo el Tribunal de Recursos Extraordinarios, quien falló a favor de Anchorena.
Hombre de negocios poseyó una gran fortuna, y en 1839 era la familia Anchorena la que pagaba la más alta cuota de contribución directa en el país. Era llamado popularmente Plata Labrada o Plata blanca. Fue hombre de consejo de don Juan Manuel de Rosas. Después de la batalla de Caseros se pronunció como defensor de los derechos de Buenos Aires y adversario decidido del Acuerdo de San Nicolás. Fue uno de los representantes más conspicuos en las agitadas sesiones de 1852.
Estallada la Revolución del 11 de septiembre y efectuado el sitio de Buenos Aires por las tropas de Hilario Lagos, Anchorena integró la comisión que, con Vélez Sarsfield, Paz y Lorenzo Torres firmaron la convención de paz, el 2 de mayo de 1853. El gobernador Pinto le ofreció el cargo de ministro de gobierno que rechazó, y ocurrida la muerte de aquél, la Sala de Representantes lo eligió el 9 de julio de 1853, para reemplazarle, pero también desistió invocando razones de salud.
Falleció en Buenos Aires después de una larga y cruel enfermedad, el 24 de mayo de 1856. Estaba casado con doña Estanislada de Arana y Andonaegui, de los que derivan las familias de gran actuación en el país. Según Tomás de Iriarte, “este Anchorena, el menor de los tres hermanos, estaba vaciado en el mismo molde, fanático y misántropo por sistema, bien que no tan extremoso como sus hermanos. Don Nicolás era el más acaudalado de los tres, pero tan pagado de sí mismo como ellos.
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