domingo, 12 de noviembre de 2023

JUAN ORTIZ DE ZÁRATE. Sepulcro y antorcha que vence las tinieblas.

JUAN ORTIZ DE ZÁRATE. Sepulcro y antorcha que vence las tinieblas.

Fotos personales tomadas el 11 de noviembre de 2023
Este escondido y humilde sepulcro no lo había registrado en mis sucesivas visitas. Si bien tenía noticias de su existencia nunca me había fijado en él. En la lápide dice: "Sepulcro de JUAN DE ORTIZ DE ZÁRATE y de su familia. Q.P.D. Años de 1843". Los datos que he encontrado de esta personalidad como parte del proceso conquistador me deja muchas interrogantes sobre la forma en que sus restos llegaron a la Recfoleta ya que, el supuesto Juan de Ortiz de Zárate falleció en Asunción a fines del siglo XVI. Me falta poder relacionar este supulcro con el relato de vida de esta personalidad. Es interesante destacar que en el vallado que rodea de hierro podemos ver una ANTORCHA INVERTIDA para confirmar que aún en las tinieblas de la muerte la luz de la vida sigue iluminando.
RECURSO.
Ortiz de Zárate, Juan. Orduña (Vizcaya), 1522 – Asunción (Paraguay), 1577. Conquistador, encomendero, rico hacendado, adelantado, capitán general y gobernador del Río de la Plata.
Hijo de Lope Ortiz de Mendieta, capitán de Caballería y alcalde alguacil del Santo Oficio de la Inquisición; su madre fue Lucía Martínez Usquiano. Además de Juan, tuvieron otros tres hijos varones: Lope, Diego y Pedro. Gracias al apoyo de un pariente, Diego de Zárate, contador de la Casa de Contratación, no fue difícil para los cuatro hermanos obtener en diferentes años el pase a las Indias.
A los catorce años, Juan Ortiz de Zárate asistió a la fundación de Lima y estuvo presente en el apresamiento de los jefes incas; intervino también en la batalla de las Salinas, en 1538, como partidario de Diego de Almagro.
Juan Ortiz de Zárate sintió también la atracción por la conquista de tierras de los chunchos, por sus presuntas riquezas. La tierra de los chunchos estaba en la región del río Beni, junto con los capitanes Pedro Anzures y Pedro de Candia. Ese anhelo lo llevó hasta la tierra de Tucumán.
Nunca se aclaró cuál fue su verdadera intervención en el asesinato de Francisco Pizarro, porque en el momento del ataque se hallaba en una de las salas de la casa, pero como era también corriente entre los conquistadores el cambio de partidos, en 1542 formó en las filas de Diego de Almagro el Mozo, en la batalla de Chupas; sin embargo, rápidamente volvió a las filas pizarristas a las que había combatido y que eran las que representaban en ese momento la lealtad a la Corona cuando llegó el primer virrey Blasco Núñez de Vela, que venía con el principal propósito de llevar a la práctica las Nuevas Leyes.
En Charcas alzó bandera por el Rey, hecho que le llevó muy cerca de la muerte a que fuera condenado. Pudo librarse en última instancia de la muerte, pero perdió un brazo en un combate. En adelante sería conocido como el manco, y recibió la mitad de una encomienda en Tarija.
Si su señuelo primordial era la fortuna, Juan no sólo alcanzó cuantiosos bienes materiales, sino también prestigio y fama, lo cual lo hacía merecedor de un privilegiado destino dentro de la estructura virreinal.
Había llegado el momento del prestigio de Ortiz de Zárate con el nombramiento de éste a una categoría destacada. Había alcanzado la fortuna, como uno de los objetivos y llegó el momento en que sus aspiraciones fueron plenamente colmadas. No era sólo propietario de la casa más importante de La Plata, sino también de tierras en Tucsupaya con “obraje”, o sea, una fábrica de lana; con una chacra llamada Sequincha y varias “cuadras”, es decir, extensiones de terreno situadas en las tierras de Chuquisaca. Sus bienes se hallaban también en Porco (Potosí), donde tenía tres casas.
Pero seguramente el más rentable de sus bienes eran sus encomiendas de 1000 pesos al año; en Yamparáez y Charcas, aledañas a La Plata y una de indios “tomatas” en Tarija. Todas esas propiedades le permitieron, por ejemplo, dar al virrey de Lima 60.000 pesos de oro. La mina la “Mendieta” fue la parte que Ortiz de Zárate puso en la sociedad que firmó con Francisco Lobato, dueño de la veta San Francisco, de rendimiento equivalente (
Fotos personales tomadas el 11 de noviembre de 2023
Este escondido y humilde sepulcro no lo había registrado en mis sucesivas visitas. Si bien tenía noticias de su existencia nunca me había fijado en él. En la lápide dice: "Sepulcro de JUAN DE ORTIZ DE ZÁRATE y de su familia. Q.P.D. Años de 1843". Los datos que he encontrado de esta personalidad como parte del proceso conquistador me deja muchas interrogantes sobre la forma en que sus restos llegaron a la Recfoleta ya que, el supuesto Juan de Ortiz de Zárate falleció en Asunción a fines del siglo XVI. Me falta poder relacionar este supulcro con el relato de vida de esta personalidad. Es interesante destacar que en el vallado que rodea de hierro podemos ver una ANTORCHA INVERTIDA para confirmar que aún en las tinieblas de la muerte la luz de la vida sigue iluminando. He encontrado diferencias en las fechas y lugar de nacimiento. En algunas genealogias indican que Juan Ortiz de Zárate nacio en el año de 1511 en Bilbao y falleció en 1576 en Asunción del Paraguay a los 65 años de edad. 
RECURSO.
Ortiz de Zárate, Juan. Orduña (Vizcaya), 1522 – Asunción (Paraguay), 1577. Conquistador, encomendero, rico hacendado, adelantado, capitán general y gobernador del Río de la Plata.
Hijo de Lope Ortiz de Mendieta, capitán de Caballería y alcalde alguacil del Santo Oficio de la Inquisición; su madre fue Lucía Martínez Usquiano. Además de Juan, tuvieron otros tres hijos varones: Lope, Diego y Pedro. Gracias al apoyo de un pariente, Diego de Zárate, contador de la Casa de Contratación, no fue difícil para los cuatro hermanos obtener en diferentes años el pase a las Indias.
A los catorce años, Juan Ortiz de Zárate asistió a la fundación de Lima y estuvo presente en el apresamiento de los jefes incas; intervino también en la batalla de las Salinas, en 1538, como partidario de Diego de Almagro.
Juan Ortiz de Zárate sintió también la atracción por la conquista de tierras de los chunchos, por sus presuntas riquezas. La tierra de los chunchos estaba en la región del río Beni, junto con los capitanes Pedro Anzures y Pedro de Candia. Ese anhelo lo llevó hasta la tierra de Tucumán.
Nunca se aclaró cuál fue su verdadera intervención en el asesinato de Francisco Pizarro, porque en el momento del ataque se hallaba en una de las salas de la casa, pero como era también corriente entre los conquistadores el cambio de partidos, en 1542 formó en las filas de Diego de Almagro el Mozo, en la batalla de Chupas; sin embargo, rápidamente volvió a las filas pizarristas a las que había combatido y que eran las que representaban en ese momento la lealtad a la Corona cuando llegó el primer virrey Blasco Núñez de Vela, que venía con el principal propósito de llevar a la práctica las Nuevas Leyes.
En Charcas alzó bandera por el Rey, hecho que le llevó muy cerca de la muerte a que fuera condenado. Pudo librarse en última instancia de la muerte, pero perdió un brazo en un combate. En adelante sería conocido como el manco, y recibió la mitad de una encomienda en Tarija.
Si su señuelo primordial era la fortuna, Juan no sólo alcanzó cuantiosos bienes materiales, sino también prestigio y fama, lo cual lo hacía merecedor de un privilegiado destino dentro de la estructura virreinal.
Había llegado el momento del prestigio de Ortiz de Zárate con el nombramiento de éste a una categoría destacada. Había alcanzado la fortuna, como uno de los objetivos y llegó el momento en que sus aspiraciones fueron plenamente colmadas. No era sólo propietario de la casa más importante de La Plata, sino también de tierras en Tucsupaya con “obraje”, o sea, una fábrica de lana; con una chacra llamada Sequincha y varias “cuadras”, es decir, extensiones de terreno situadas en las tierras de Chuquisaca. Sus bienes se hallaban también en Porco (Potosí), donde tenía tres casas.
Pero seguramente el más rentable de sus bienes eran sus encomiendas de 1000 pesos al año; en Yamparáez y Charcas, aledañas a La Plata y una de indios “tomatas” en Tarija. Todas esas propiedades le permitieron, por ejemplo, dar al virrey de Lima 60.000 pesos de oro. La mina la “Mendieta” fue la parte que Ortiz de Zárate puso en la sociedad que firmó con Francisco Lobato, dueño de la veta San Francisco, de rendimiento equivalente (





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