lunes, 18 de mayo de 2020

ISABEL CALDERÓN Y EL ART NOUVEAU

ISABEL CALDERON. Fotos personales tomadas el 18 de septiembre y el 5 de octubre de 2018
Creo que esta obra del Art Nouveau fue la que primero me impacto al comenzar mis peregrinaciones. No esperaba encontrar una bóveda con tal mensaje de optimismo y de amor a la naturaleza y la vida. También se me impuso la identidad de esta mujer y la familia que seguramente obedece su mandato de querer justamente una morada eterna con estos rasgos. Todo este frente nos habla en un lenguaje simbólico complejo como las enredaderas que como látigos se entrecruzan como los caminos de la existencia. Nada es casual y no todos los elementos son simplemente decorativos. Los creadores de esta obra en este espacio nos siguen convocando al diálogo.
RECURSO
EL ART NOUVEAU.
Las formas del cambio
Transcurría 1900. En Occidente predominaba el optimismo. La ciencia y la tecnología auguraban un confort cada vez mayor, las costumbres se modernizaban, la idea de una renovación a la medida humana impregnaba la búsqueda artística. Sordamente, la modernidad también engendraba sus monstruos; así lo demostraría la guerra desatada en 1914.
En el diseño y la arquitectura surgía una tendencia que, acorde con el espíritu de los tiempos, buscaba generar formas absolutamente nuevas. Se trataba del art nouveau. Aunque sus refinadas formas encontraron en Francia e Inglaterra la máxima expresión, también tuvo versiones de otras nacionalidades. En España adoptó el nombre de modernismo; en Estados Unidos, se lo llamó Tiffany; en Alemania, Jugendstil; en Viena, Sezessionstil.
¿La aspiración de todos ellos? Rechazar un arte rutinario y conservador y, por el contrario, incorporar la belleza a la vida diaria a través de conjuntos decorativos claros, fluidos y dinámicos.
¿Existe algún rasgo que permita identificar rápidamente este estilo? Seguramente: la línea latigazo o serpentina . Los objetos e ilustraciones del art nouveau rebosaban de trazos dinámicos, surcos que se volvían sobre sí mismos, rodeaban las imágenes y a veces se fundían con ellas. Con esos movimientos se pretendía simbolizar la creatividad de la naturaleza. Por eso los motivos: hojas y ramas entrelazadas en delicados arabescos, lianas, algas, juncos, lirios. Y los animales, exóticos y ondulantes como el cisne, el pavo real, las medusas y pulpos.






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